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13 de novembre del 2018

Adiós al gran Stan Lee (1922-2018)


Stanley Martin Lieber. Poco puedo decir que no se haya dicho ya. En un mundo en el que el comic book, la novela gráfica o el tebeo en general es un entretenimiento para niños, "The Man" Lee consiguió que estos dejasen de considerarse como tal al dotarlos de personalidad y problemas "humanos".

Stan "The Man" Lee consiguió dar una vuelta al concepto de "superhéroe". Si el Superman de Shuster y Siegel era la quintaesencia del superhéroe, valiente, fuerte, infalible, Lee dotó de humanidad al superhéroe.

Stan Lee dio voz a los marginados, a los raros, a los empollones, a los rechazados. Sus héroes (Spider-Man, The X-Men) no eran populares, no eran aclamados, no eran los mejores. Eran marginados, eran temidos y odiados por ser diferentes. Pero no por ello dejaron de luchar. Los superhéroes de Stan Lee eran poderosos, sí, pero conscientes de su poder. Conscientes de que un gran poder conlleva una gran responsabilidad.

A continuación, hemos recopilado algunas de las reacciones que se han producido tras conocerse el fallecimiento del maestro:

30 de desembre del 2016

Top ten cinéfilo 2016


Finaliza el año 2016 y es el momento de hacer balance de aquellas películas que más nos han impactado. A continuación, os presentamos las preferencias de cada uno de nosotros. Hemos tenido en cuenta las películas estrenadas en salas españolas durante el 2016. Eso incluye cintas de 2015 que aquí se estrenaron más tarde (Spotlight, El Regalo, Los Odiosos Ocho, Remember, etc.). En mi caso, lamento no haber podido visionar títulos como Animales Nocturnos, Hacksaw Ridge o Comanchería pero, en cualquier caso, el momento ha llegado y estas son las preferencias de la gente de El Cine de Hollywood. Feliz 2017 a tod@s!!!


Néstor Company

Spotlight
El Regalo (The Gift)
Remember
Capitán America: Civil War (Captain America: Civil War)
Hitchcock / Truffaut
La Llegada (Arrival)
Sully
Doctor Strange
Rogue One. A Star Wars Story
Dos Buenos Tipos (The Nice Guys)


Francesc Marí

Los Odiosos Ocho (The Hateful Eight)
Animales Fantásticos y Dónde Encontrarlos (Fantastic Beasts and Where to Find Them)
Eddie el Águila (Eddie the Eagle)
Zootrópolis (Zootopia)
Deadpool
Dos Buenos Tipos (The Nice Guys)
Trumbo
Jason Bourne
Star Trek: Más Allá (Star Trek: Beyond)
Doctor Strange


Eva Buendía

Spotlight
Remember
Dos Buenos Tipos (The Nice Guys)
Rogue One. A Star Wars Story
Sully
El Regalo (The Gift)
Aliados (Allied)
Espías desde el Cielo (Eye in the Sky)
Los Hombres Libres de Jones (Free State of Jones)
La Llegada (Arrival)


Carles Martinez Agenjo

El Extraño (The Wailing)
Elle
Swiss Army Man
Capitán America: Civil War (Captain America: Civil War)
Zootrópolis (Zootopia)
Comanchería (Hell or High Water)
Deadpool
Tarde para la Ira
Kiki, el Amor se Hace
Rogue One. A Star Wars Story


Adriano Calero

La Llegada (Arrival)
Paterson
Frantz
La Doncella (The Handmaiden)
Todos Queremos Algo (Everybody Wants Some!!)
El Extraño (The Wailing)
Swiss Army Man
Deadpool
Elle
Neruda


Mike Sanz

La Llegada (Arrival)
Spotlight
Captain Fantastic
El Renacido (The Revenant)
Todos Queremos Algo (Everybody Wants Some!!)
Kubo y las Dos Cuerdas Mágicas (Kubo and the Two Strings)
Calle Cloverfield 10 (10 Cloverfield Lane)
Tarde para la Ira
¡Ave, César! (Hail, Caesar!)
Dos Buenos Tipos (The Nice Guys)


Juan Pais

Historia de una Pasión (A Quiet Passion)
Hasta el Último Hombre (Hacksaw Ridge)
Animales Nocturnos (Nocturnal Animals)
Carol
La Bruja (The Witch)
Que Dios nos Perdone
Hitchcock / Truffaut
Todos Queremos Algo (Everybody Wants Some!!)
Tarde para la Ira
Spotlight


Xavi López

Deadpool
Suicide Squad
Rogue One. A Star Wars Story
Capitán America: Civil War (Captain America: Civil War)
Batman v Superman: El Amanecer de la Justicia (Batman v Superman: Dawn of Justice)
Swiss Army Man
Un Monstruo Viene a Verme (A Monster Calls)
Zootrópolis (Zootopia)
Doctor Strange
Yo, Daniel Blake (I, Daniel Blake)

5 d’agost del 2016

Suicide Squad - The Dirty Dozen con superpoderes

Un artículo de Xavi López.

“A finales de los 80, un programa secreto del gobierno destinado a eliminar amenazas super-poderosas fue reactivado…”

Task Force X, The Suicide Squad, El Escuadrón Suicida es la nueva apuesta por trasladar al celuloide algunos de sus cómics más celebres por parte de la Editorial DC COMICS.

The Suicide Squad parte de la premisa que ya se hizo célebre en la película Doce del Patíbulo (The Dirty Dozen, 1967) en la que una docena de soldados condenados a la pena capital eran reclutados por el Mayor Reisman en plena Segunda Guerra Mundial para llevar a cabo una misión en la que ninguno de ellos sobreviviría.

En este caso, se cambia a doce soldados condenados a la pena capital por varios supervillanos de segunda categoría (o primera según sea la alineación) para que realicen una serie de misiones (de número indeterminado), a cada cual más peligrosa, para el Gobierno de los Estados Unidos a cambio de una rebaja sustancial (conmutación) de la pena que se les ha impuesto.

Huelga decir que las misiones serán del tipo “necesito a tres voluntarios para una misión MUY peligrosa” y que el mismo gobierno, en caso de fallar la misión, echará mano a la proverbial “negación plausible”, es decir, que negarán cualquier implicación en el caso.

De hecho, la encarnación inicial dista un poco del resultado final. The Suicide Squad nació en 1959, en el número 25 de “The Brave and The Bold”, de la mano de Robert Kanigher y Ross Andru. Se trataba de un equipo de científicos formado por la Dra. Karin Grace, el Dr. Hugh Evans y el Dr. Jess Brigh, todos ellos liderados por el Coronel Rick Flagg para investigar y luchar contra amenazas monstruosas, creado a modo de reemplazo de la Sociedad de la Justicia de América (The Justice Society of America) y cuyos miembros “se retiraron” en pleno auge de las injustas acusaciones del Comité de Actividades Antiamericanas.

El Escuadrón Suicida original


Pero no fue hasta 1987, tras su aparición en la Mini-serie LEGENDS (Legends número 3) y gracias a John Ostrander y a John Byrne que realmente se llegó a fraguar el concepto de Escuadrón Suicida o Task Force X (nada que ver con el Universo Mutante de la Casa de las Ideas) hasta su aceptación y éxito posteriores.


La encarnación sobre la que se basa su actual concepto.

Lo que destaca de The Suicide Squad es el elenco de personajes, unos principales que NO DEBEN MORIR y repiten en cada misión y los secundarios (léase por secundarios a villanos de serie B – carne de cañón – que van a morir sí o sí – amigos, esto es un cómic adulto, NO Candy Candy) con todas sus características, fobias, filias, personalidades, gustos, perversiones, paranoias….

Y en eso, precisamente, Ostrander nos demuestra que domina el terreno.

Tenemos a:
  • Deadshot (Floyd Lawton), uno de los asesinos más mortíferos del mundo, pero que como consecuencia de una tragedia familiar, es un hombre con tendencias suicidas. Quiere morir y acepta todas las misiones que le asignen, no importa cuan peligrosas sean.
  • Capitán Boomerang (George “Digger” Harkness), un miserable, capaz de cualquier cosa por dinero o por salvar su miserable pellejo. Un antiguo “rogue” de The Flash (uno de sus villanos de cabecera). El hijo ilegítimo de un soldado americano y una australiana, criado en la pobreza. Un cobarde rastrero, con una gran habilidad con los boomerangs.
  • Tigre de Bronce (Ben Turner), un artista marcial de primer nivel intentando luchar contra su lado oscuro (interpretado por Michael Jai White en la serie Arrow).
  • La Encantadora (June Moone), una artista freelance que al ser invitada a una fiesta de disfraces en un castillo antiguo, tropieza con una cámara secreta donde un ser mágico (conocido como Dzamor) le da poderes para luchar contra una presencia maligna en ese mismo castillo pronunciando las palabras mágicas “La Encantadora” y cambiando su aspecto.
  • Nightshade (Eve Eden) una espía y princesa de otra dimensión. 
  • Blockbuster (Mark Desmond), un científico que deseoso de aumentar su fuerza física creó una formula que lo transformó en una especie de gigantón forzudo pero con el cerebro de un bruto. Moriría en la miniserie Legends y sería reemplazado por Mindboggler (Leah Wasserman), quien fallecería a causa de la traición del Capitán Boomerang.
  • Plastique (Bette Sans Souci), una terrorista que amenazaba al gobierno de Canadá con la independencia del Québec.
  • Nemesis (Tom Andrew Tresser), un vigilante reconvertido en operativo del Gobierno de los Estados Unidos y maestro del disfraz.
  • Rick Flagg Jr., líder de campo del equipo, un militar con un código de conducta rígido, hijo de un héroe de guerra (Richard Montgomery Flagg Sr.) y miembro del 2º Suicide Squad (tampoco exento de remordimiento y soportando un gran peso psicológico sobre sus espaldas) y, por último, la Doctora Amanda Blake Waller“The Wall”, una mujer que hace palidecer el término “igualdad de género”. A excepción de Nightshade, Nemesis o el Tigre de Bronce, que se unen voluntariamente, el resto lo hace “a petición” de Waller.

Waller manda a ese montón de escoria que es el Escuadrón a todas y cada una de aquellas misiones que les encomiende. No importa lo peligrosas que sean o si jamás volverán con vida ellas. Como se suele decir “SHE CALL THE SHOTS”. Ella manda. Es despiadada, manipuladora, ocupa una posición de poder y no le importa lo que ocurra con los hombres y mujeres a los que manda a una muerte más que segura. Lo único que importa es la misión.

El Volumen 1 de la colección también cuenta con un plantel de secundarios no exento de sus propios problemas, y que lo conforma el personal de Belle Reve, la prisión donde el Escuadrón tiene su base (y de donde Waller selecciona a la carne de cañón). Son guardias, miembros de personal, el capellán de la cárcel o el personal psiquiátrico cuyas vidas personales y motivaciones también son mostradas para ver como interactúan con los criminales.

Ese hermoso elenco de seres humanos es el que conforma uno de los más heterogéneos y dispares grupos de seres superpoderosos que pueblan el Universo DC y que este viernes 5 de Agosto asalta la gran pantalla.

(de izquierda a derecha) Diablo, Killer Croc, Deadshot, Harley Queen, Rick Flagg, La Encantadora, - sentada – Katana, el Capitán Boomerang y Slipknot.

5 de febrer del 2016

Deadpool: orígenes y desarrollo. Por Xavi López



¿Quién es Wade Wilson?

“Una combinación de Punisher, el Universo de los X-Men y X-Force, y los dibujos animados de la Warner Bros."

Más o menos así venía a definir Fabián Nicieza a Deadpool.


Wade Wilson, Wade Winston Wilson. Wade K. Wilson, Mithras, Jack, etcétera. Todos ellos muchos nombres para designar a un solo hombre, un solo ser: DEADPOOL (Masacre en español), el MERCENARIO BOCAZAS (The Merc With a Mouth en el original). 

Creado por Fabián Nicieza y Rob Liefeld, hace su primera aparición en The New Mutants (The New Mutants nº 98 – Febrero de 1991). El personaje fue ideado como parodia/homenaje del letal Deathstroke (Slade Wilson) de DC Comics. Más adelante y como nota curiosa, el propio DEADPOOL sería objeto de parodia/homenaje en la figura del 3er. Ravager (Wade DeFarge) y con su diseño por el personaje de Spider. El nombre fue tomado directamente del quinto film de la saga de Dirty Harry, The Dead Pool (1988). Si bien es cierto que las anteriores influencias son cruciales para la creación del personaje, el propio Nicieza no deja indiferente a nadie al rematar su creación con la siguiente frase: “un imbécil, comparado con el héroe típico”. A eso añade una sentencia taxativa: “no querrías que tu hija se casara con él”.

The New Mutants 98 – Dominó, Gideon y Masacre… ¡Ha nacido una estrella!

Creado además como villano para la colección The New Mutants/X-Force y por extensión al personaje de Cable, con el cual ha compartido más de un cruce y aventura, originalmente tenía un carácter mucho más serio y retorcido sin ninguno de los rasgos que actualmente le caracterizan. No obstante, tras el éxito de dos mini-series que exploraban su relación con otros personajes del Universo Marvel (Deadpool: Circle Chase y Deadpool vol. 2), se decidió apostar por una vertiente más cómica que se puso en liza con el inicio de la serie regular, guionizada por Joe Kelly y Ed McGuinness. La evolución del personaje, desde que fue concebido hasta la actualidad, ha sido una constante fuente de crecimiento, así como los recursos cómicos que se han empleado para ello. Desde el punto de partida hasta su vuelo en solitario, la personalidad de nuestro mercenario favorito ha ido progresando y ganándose el favor del público. 

Wade Winston Wilson, de origen canadiense – o eso dice él – es hijo de un general del ejército. Tras pasar por la milicia y descubrir su especial facilidad para acabar con vidas humanas, decidió convertirse en mercenario. Tras conocer a Vanessa Carlysle (la futura Copycat), de la que se enamoró, descubrió que padecía un cáncer muy agresivo y de carácter terminal. Después de abandonar a la desconsolada chica, fue reclutado por el Programa Arma-X (el mismo que creó a Arma X, más conocido como Lobezno) para que trataran de curarle de dicha enfermedad. En el Programa, tras numerosas operaciones de dudosa ética y moralidad, llevadas a cabo por el Dr. Killebrew, y diversas torturas perpetradas por su asistente, llamado Francis, le inyectaron una dosis del factor curativo mutante de Lobezno. Dicho factor curativo, aún siendo muy potente, pretendía curarle el cáncer agresivo que estaba acabando con su vida pero ocurrió algo no previsto. El factor curativo y el cáncer, al entrar en contacto, se anularon mutuamente causando que el primero vaya eliminando sistemáticamente la enfermedad. El cáncer, en el cuerpo de Deadpool, mata todas sus células mientras que el factor curativo lo evita, aunque no impide que las células muertas o en descomposición revivan. El mismo hecho es aplicable a Lobezno puesto que el factor curativo de éste le permite seguir viviendo sin sufrir envenenamiento por el adamantium de sus huesos. Al ser un cuerpo extraño, el organismo lo rechaza constantemente. Lo mismo ocurre con el cáncer que asola el cuerpo de Wade. 

El “rostro” de Wade y una nada velada referencia a Iñigo Montoya.

22 d’octubre del 2015

El western según Sergio Leone (III). Por Xavi López



Para tres hombres, la Guerra Civil no fue el Infierno… ¡Tan sólo fue práctica!” – Tagline de la película


Con El Bueno, El Feo y el Malo (Il Buono, Il Bruto, Il Cattivo, 1966) termina la llamada Trilogía del Dólar de Sergio Leone. Con ella, Leone cerraba un capítulo de su filmografía, aunque no se despediría del western puesto que de ello se encargaría en Hasta Que Llegó su Hora (C'Era una Volta il West, 1968) que sería su “canto del cisne”, su carta de amor al género que le encumbró.

El Bueno, El Feo y el Malo supone una suma de las anteriores y una exaltación de los elementos tanto sonoros como estéticos que marcarían el género. En ésta, todo está magnificado, todo va a más. No en vano Leone contaba con mayor presupuesto y más medios para llevar a cabo su empresa. Una empresa que le llevaría a embarcarse en nuevos proyectos.

Pero, antes de empezar a hablar del presente film, hablemos un poco del pasado…. Hagamos un poco de historia….

Tras La Muerte Tenía un Precio, los ejecutivos de la United Artists contactaron con Luciano Vincenzoni para proceder a firmar un contrato por los derechos de la película y para los derechos de un próximo film. Vincenzoni, el productor Alberto Grimaldi y Sergio Leone no tenían planes por el momento pero, con las bendiciones de éstos, Vincenzoni pergeñó una idea, realizar una película sobre “tres rufianes que se dedicaban a buscar un tesoro durante el transcurso de la Guerra Civil Americana”. El estudio estuvo de acuerdo pero, por el contrario, querían saber cuanto costaría el film. Al mismo tiempo, Grimaldi, estaba intentando cerrar su propio trato, pero vio que la idea de Vincenzoni podía ser más lucrativa. Los dos, Vincenzoni y Grimaldi, llegaron a un acuerdo con la United Artists para un presupuesto de 1 millón de dólares, adelantando el estudio la mitad del dinero y pidiendo un 50 % de la recaudación del film fuera de las fronteras italianas. El presupuesto total del film llegaría a ser de 1.2 millones.   

Leone construyó sobre la idea original del guión el concepto de “mostrar la absurdidad de la guerra…”. En este caso, el absurdo de una Guerra Civil como en la que los personajes, de uno u otro modo se ven mezclados. Leone concebía el conflicto como algo estúpido, inútil, algo que “no daba lugar a nada bueno”. Ávido apasionado de la historia, había leído que 120.000 personas murieron en campos de prisioneros sureños. Campos como el de Andersonville. Tampoco era alguien que se mostrara ignorante al hecho de que en el Norte tampoco sucediera lo mismo con los soldados confederados. Como decía él: “siempre oyes del vergonzoso comportamiento del bando de los vencidos, jamás el de los vencedores”. Por ello, en este caso, el director romano muestra la otra cara de la moneda. Es el caso del campo de prisioneros de Batterville, lugar donde “Rubio” y “Tuco” son encerrados y que está basado precisamente en Andersonville. Muchas imágenes del film están influenciadas por fotografías de archivo hechas por Matthew Brady.

Matthew B. Brady (1822 – 1896) fue uno de los primeros fotógrafos americanos, más conocido por sus escenas de la Guerra Civil. Estudió bajo la tutela del inventor Samuel F. B. Morse, quien fue pionero de la técnica de daguerrotipo en América. Cuando se inició el conflicto Norte - Sur en Estados Unidos su uso del estudio móvil y del cuarto oscuro le permitió llegar a tomar unas vívidas fotografías de la contienda así como llevar el realismo del conflicto al público.  Este dato no es baladí puesto que si prestamos atención a los títulos de crédito se pueden apreciar claramente dichas escenas. Además de transcurrir en un periodo histórico real, los hechos narrados en el film servían de precuela a los anteriores de la trilogía ya que tenían lugar después de la contienda.

Mientras Leone desarrollaba la idea de Vincenzoni, el guionista le recomendó a los escritores de comedia Agenore Incrucci y Furio Scarpell  para que trabajaran en ello con Leone y Sergio Donatti. Según el director, no podía aprovechar ni una sola cosa de lo que escribieron, fue la mayor decepción de su vida. Donatti, por su parte, estuvo de acuerdo con él añadiendo que, de su trabajo, no quedó nada en el guión final. Vincenzoni alega que escribió el guión en once días pero que pronto tuvo que abandonar el proyecto dado que su relación con Leone se fue agriando.


Se dice que los tres protagonistas principales comparten todos ellos elementos biográficos del director romano. Durante una entrevista, dijo que “Sentenza” carece de alma, es un profesional “en el más puro y banal de los sentidos”. Claro ejemplo de ello es, cuando al inicio de la película, vemos como durante la presentación del personaje uno de sus objetivos le ofrece una suma de dinero para que se le perdone la vida, a lo que el mismo “Sentenza” alega que “cuando a él le pagan, siempre cumple con el trabajo”.  Este, precisamente, no es el caso de los otros dos “héroes”. Leone comentaba que su lado metódico y su forma de preocuparse de otros correspondía al “Rubio”. De hecho podemos ver, en no pocos momentos del film, como los comentarios del personaje respecto del conflicto y de la pérdida de vidas humanas le suponen cierto trasfondo de preocupación y tristeza por la enorme pérdida de vidas humanas así como la simpatía o ternura que le despiertan ciertos personajes tal y como se ve en el joven soldado al que reconforta en su postrero momento. Pero, y aquí está el detalle, Leone, con su personalidad y sus formas, quien le despertaba más orgullo y profunda simpatía era precisamente el más rufián de todos, “Tuco”. Decía que dentro de su socarronería, de su forma de rufián, vividor y sinvergüenza, dentro de toda esa humanidad herida que encerraba el personaje, podía ser tierno y compasivo. Buena muestra de ello es su comportamiento con su hermano (Luigi Pistilli) a quien, a pesar de sus críticas y reproches, aún sigue queriendo y al “Rubio” de quién tras las perrerías a las que le somete en su pequeño “periplo por el desierto”, le ayuda a curarse y cuida de él.     

El título en progreso de la película era el de I Due Magnifici Straccioni (Los Dos Magníficos Truhanes) pero se cambió justo antes de empezar el rodaje cuando al mismo Vincenzoni se le ocurrió la idea de Il buono, Il brutto, Il cattivo (El Bueno, El Feo, El Malo), idea que encantó a Leone. En Estados Unidos, la productora United Artists pensó en usar la traducción original italiana, River of Dollars o The Man With No Name, pero decidieron quedarse con The Good, The Bad and The Ugly. 

30 de març del 2015

El western según Sergio Leone (II). Por Xavi López


“El Hombre sin Nombre ha vuelto….” – Tagline de la película

La Muerte Tenía un Precio (Per qualche dollaro in più, 1965) es la secuela de Por Un Puñado de Dolares (Per un Pugno di Dollari, 1964). En ella, un cazarrecompensas apodado “Manco” (“Monco” en el original) va a la búsqueda de “El Indio”, un sanguinario bandido, y su banda. Durante la búsqueda se encuentra con el Coronel Douglas Mortimer, otro cazarrecompensas. Es entonces cuando deciden formar equipo para repartirse la recompensa. Pero antes de hablar de la película, repasemos los hechos.

Tras el enorme éxito de Por un Puñado de Dólares en Italia, Sergio Leone y su nuevo productor, Alberto Grimaldi, querían empezar la producción de una secuela del film asegurándose primero de que Clint Eastwood lo protagonizara. Pero Eastwood no acometería el rodaje de una segunda película sin haber visto la primera. Rápidamente, los productores le mandaron con urgencia una copia italiana del film para que pudiera verlo. Eastwood reunió a un grupo de amigos para un pase de debut en el Centro de Producciones de la CBS y, sin saber exactamente qué esperar, intentó mantener las expectativas bajas por si resultaba un fracaso. Afortunadamente, las expectativas del actor fueron infundadas puesto que aunque la audiencia no entendía el italiano, la película hablaba por si sola. Eastwood recuerda que el público disfrutó como si el film se hubiera rodado en inglés. Cogió el teléfono y llamó al representante de los productores: “Sí, volveré a trabajar para ese director” dijo. Por su parte, los productores habían mantenido conversaciones otra vez con Charles Bronson para ofrecerle un papel protagonista pero él se negó argumentando que el guión de esta secuela era igual de malo que el de la primera y no estaba interesado en él. Por el contrario, Lee Van Cleef aceptó el papel.


Clarence LeRoy Van Cleef, más conocido como Lee Van Cleef. Nacido en Somerville (New Jersey) en 1925 y fallecido en Oxnard (California) en 1989. El hombre del rostro anguloso no era precisamente ajeno al mundo del celuloide. Ya había interpretado distintos papeles de menor calado en cuatro episodios de la serie “The Rifleman” (ABC), con Chuck Connors, y había dado vida a dos personajes en "Tombstone Territory”. En 1958 apareció como el ayudante Sid Carver en el episodio “The Great Stagecoach Robbery” de la serie “Frontier Doctor”, con Rex Allen. A continuación, encadenó papeles en producciones de mayor calado como Duelo de Titanes (Gunfight at the O.K. Corral, 1957) o El Hombre que Mató a Liberty Valance (The Man Who Shot Liberty Valance, 1962) . Pero fue en 1965 cuando su carrera revivió, tras un accidente de tráfico que casi le cuesta la vida, con la propuesta de Sergio Leone para formar parte del reparto de la película que se disponía a rodar. Más tarde, Leone le propondría participar en una tercera película, de nuevo con Eastwood, y con otro actor norteamericano. Pero eso mejor lo dejamos para otro día.

Luciano Vincenzoni escribió el guión en nueve días pero Leone no quedó del todo satisfecho con los diálogos por lo que contrató a Sergio Donati para que le diera un repaso, logrando así el resultado final.

“El Hombre sin Nombre ha vuelto… El Hombre de Negro espera…”   
Tagline de la película.

Eastwood da vida a “Manco” (“Monco” en la versión original). El proverbial “Hombre sin Nombre”. Un avispado cazarrecompensas que va tras los pasos del “Indio” y su banda sobre los que pesa una buena una buena suma de dinero. Le apodan “Manco” por la sencilla razón de que sólo usa la mano izquierda. A su caza del “Indio” se une otro cazarrecompensas, el Coronel Douglas Mortimer, conocido como “El mejor tirador de las dos Carolinas". Es un antiguo coronel de la Unión convertido en cazador de asesinos. Impecablemente vestido de negro y portando un verdadero arsenal de armas consigo, se dispone a cazar al “Indio” con quién tiene una cuenta personal que saldar. 


Gian María Volonté repite con Leone interpretando al "Indio". Despiadado, manipulador, intrigante y carismático. Un personaje parecido al que interpreta en Por un Puñado de Dólares pero aún más extremo. Está considerado por las autoridades como uno de los peores criminales del Oeste. Un ser sanguinario e insensible al que no le importa matar a mujeres y a niños. Un hombre obsesivo y manipulador cuyo plan es el de robar el Banco de El Paso, un bastión fuertemente vigilado. Volonté da un paso más al combinar el registro de Ramón Rojo (despiadado, inteligente, planificador) con un “Indio” que aúna esas cualidades pero las mezcla con las de un psicópata histriónico, impulsivo y atormentado.

Respecto a los secundarios, esta vez tenemos a algunos viejos conocidos como Mario Brega, Luigi Pistilli, Aldo Sambrel, Antonio Molino Rojo, o Lorenzo Robledo (el traidor al que ajusta las cuentas al principio) como miembros de la banda del “Indio”, forajidos tan despiadados como él y ya habituales para el director romano. También repetiría Joseph Egger como “El Profeta”, el singular, simpático y desquiciado personaje que le proporciona informes a “Manco” en su búsqueda del “Indio”. Lamentablemente para él sería su última película puesto que moriría poco más tarde. También aparece un actor alemán, interpretando al personaje de “Wild, el jorobado”, que resulta ser Klaus Kinski.

Los exteriores fueron rodados, casi en su totalidad, en Almería mientras que los interiores, como era habitual, se filmaron en los famosos Cinecittà Studios de Roma. El propio Carlo Simi contruyó la ciudad de “El Paso” en el desierto de Tabernas, situado en las inmediaciones de Almería. Más tarde, esas mismas instalaciones, en lugar de ser desmanteladas, se convertirían en un centro de atracción turística llamado Mini Hollywood. En la actualidad hay tres de esos centros. Como referencia, el director Alex de la Iglesia rindió homenaje a los especialistas de cine y a la región donde se rodaron las películas en 800 Balas (2002).

El pueblo de “Aguas Calientes”, donde se sitúa el tramo final del film, se ubicó en Los Albaricoques, un lugar cercano al Parque Natural del Cabo de Gata - San José y al término de Níjar. Un escenario fascinante por su gran parecido al desierto.

De nuevo, Leone contó con la inestimable colaboración de Ennio Morricone. Aquí, el director hace un notable ejercicio al mezclar momentos de sonido diegético con momentos de sonido no diegético.


Para entendernos, el sonido diegético es aquel que forma parte de la historia narrada, no de la narración en sí. De tal modo que, si uno de los personajes está tocando un instrumento musical, el sonido resultante es diegético. Por lo contrario, si la música de fondo no es escuchada por los personajes, se le denomina extradiegética o no diegética. Morricone, para recurrir a ello, utiliza la melodía que tocan los dos relojes de bolsillo (uno de ellos perteneciente al Coronel Mortimer y el otro al “Indio”) para de alguna forma revivir recuerdos en determinados personajes, denotar emociones así como para marcar los momentos de tensión del film. El compositor crea una partitura con personalidad que no deja a nadie indiferente, mezclando la tensión con el uso del Primerísimo Primer Plano. Una evolución que va a más con cada película de Leone.

Notas de interés. Si bien es cierto que no se aprecian tanto en Por un Puñado de Dólares, en esta ya se van vislumbrando aspectos comunes a la Trilogía de Sergio Leone y por extensión a algunos “Spaghetti westerns” que vendrían más tarde.

Para empezar, Leone rompió muchas de las reglas del Hollywood de 1960 con esta película a pesar de que desconocía muchas de ellas en aquel momento. Entre ellas, las más significativas son: mostrar al tirador y a la víctima en el mismo plano, hacer que un caballo caiga abatido de un disparo, el uso de la marihuana por parte de uno de los personajes y la secuencia de una violación. Con ello no es que Leone buscara deliberadamente la provocación, a pesar del desconocimiento de esas “reglas”. Es de suponer, por parte del que escribe estas líneas, que en el fondo lo hace por el tono de suciedad y de bajeza moral que hay en sus películas. El salvaje Oeste era duro, no algo limpio, pulcro y beatífico.

A destacar, primero, el uso del Primerísimo Primer Plano. Se ha ido puliendo con respecto a Por un Puñado de Dólares. Se muestra el rostro, desde la frente hasta la barbilla, para mostrarnos la tensión del personaje.

Segundo aspecto. El género femenino y los indios (o nativos americanos) en los films. Puede que algunos tachen esto de racista y misógino, nada más lejos de la realidad…

El tercero. Una figura que se empieza a vislumbrar en Por un Puñado de Dólares pero que en La Muerte tenía un Precio ya se nos muestra: el “Triello”. Leone no concebía el duelo como enfrentamiento. El lo concebía como un círculo cerrado, tres hombres se enfrentan, pero ¿quién caerá? ¿quién vivirá?. Porque, si en un duelo dos se enfrentan, uno vive y el otro muere por lógica. En cambio, en el Triello”, ¿quién será el primero en morir?. En este film, parecemos vislumbrarlo pero luego se convierte en duelo. Sin embargo, en películas posteriores, se verá tanto en enfrentamientos directos como en otras situaciones de forma más sutil.


Para complementar el artículo, he querido añadir unas notas al respecto que leí en un libro titulado “Dispara, Clint! - La Trilogía del Dólar de Sergio Leone” de Christopher Frayling, Carlo Gaberscek, Juan Gabriel García, Miguel Losada, José Enrique Martínez y Victor Matellano que precisamente me regaló el creador de este blog para el que escribo (gracias de todo corazón, Néstor) y que supone un compendio de anécdotas y datos muy útiles al respecto, todos ellos tratados desde el cariño y el respeto.
El “western Europeo” apostó por la evasión y el ofrecimiento de una vía de escape y entretenimiento a sus espectadores. Es por ese motivo que los creadores de esas películas optaron por eliminar o dosificar la presencia femenina en sus historias. En Por un Puñado de Dólares, el personaje (o personajes femeninos) son melodramáticos, en La Muerte tenía un Precio es meramente anecdótica la presencia femenina, pero en El Bueno, El Feo, y El Malo es casi inexistente. A diferencia de Hasta que Llegó su Hora en que la acción gira en torno, precisamente, a una mujer quién se erige como protagonista y eje vertebrador de la narración. No conviene olvidar que el “western real” retrataba un universo hostil y machista en el que la mujer no ocupaba el rol que realmente se merecía. El propio Leone elimina estos elementos del esquema básico del “western tradicional” puesto que, al igual que hiciera John Huston, compone una desmitificación del pistolero galante, bueno y caballeroso. Aquí, no todos los buenos son buenos, se mueven por dinero, por interés propio, por venganza... Y los malos son menos malos, tienen más matices (Ramón Rojo, un hombre de negocios despiadado que liquida a la competencia; “El Indio”, un bandido que se droga para “escapar” del recuerdo de sus actos). No todo es blanco o negro. Es más bien gris, un gris tirando a polvoriento.

Anécdotas de La Muerte tenía un Precio. Julio Sempere, ayudante de producción de Leone, recuerda la profesionalidad de Eastwood en el set de rodaje. No se relacionaba con nadie, era “callado, educado, profesional”. Respecto a Van Cleef, comenta su amabilidad y cordialidad, puesto que era bastante asequible con todo el mundo, mostrándose siempre generoso con el equipo. En cuanto a Gian María Volonté, la anécdota resulta bastante cómica tanto por el período histórico en España como por la ideología del propio Volonté. La implicación política de Volonté era cuanto menos conocida por lo que Sempere, Eduardo Noé (uno de los cámaras) y el propio Leone decidieron gastarle una broma. En los rodajes de aquel tiempo en España, la Guardia Civil recogía las armas cada día y las custodiaba hasta la mañana siguiente. Incluso siendo armas de fogueo, que no sirven para disparar de verdad. A raíz de esto y conociendo la militancia de izquierdas de Volonté, un día cualquiera por la mañana, al traer la Guardia Civil las armas para devolverlas al set, Sempere habló con ellos trivialmente y luego, dirigiéndose a Volonté, le comentó que se tenía que ir con los agentes de la autoridad puesto que habían pedido una orden de detención contra él desde Roma. El actor se quedó blanco, lívido. Sempere, Noé y Leone se empezaron a reír a carcajadas hasta que se lo comentaron a Volonté. Cuando se dio cuenta de la broma les quería matar….

Esta segunda entrega no fue ni mucho menos un fracaso, dado que sirvió para confirmar el buen hacer de Sergio Leone, así como asegurar el éxito de la formula y relanzar la carrera de Lee Van Cleef. Aún quedaba una tercera película como colofón, pero eso queda para otro artículo...

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El western según Sergio Leone (I)

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El western según Sergio Leone (III)

19 de març del 2015

El western según Sergio Leone (I). Por Xavi López


“Once Upon a Time…” 
Así es como empiezan los cuentos clásicos y así es como empezaría la Trilogía del Oro de Sergio Leone, director italiano que revitalizó el western no sólo para Europa, sino para el mundo entero creando dos iconos del género: el “Hombre sin nombre” y, por supuesto, Clint Eastwood.

Nacido en Roma, Sergio Leone (1929-1989) decidió abandonar los estudios de Derecho para dedicarse al mundo del cine. Su carrera en el Séptimo Arte empezó a la edad de 18 años cuando trabajó como ayudante de Vittorio De Sica en la película El Ladrón de Bicicletas (Ladri di Biciclette, 1948) - más conocida por ser el máximo exponente del Neo–Realismo Italiano. A partir de 1950, Leone empezó a escribir guiones enfocados a lo que se conoce como el género del “Peplum” pero también trabajó en diversas producciones a gran escala como ayudante de dirección. Las más notables fueron Quo Vadis (1951) y Ben-Hur (1959). Pero fue cuando el director Mario Bonnard cayó enfermo durante el film Los Últimos Días de Pompeya (Gli Ultimi Giorni di Pompei, 1959) que a Leone se le pidió que se encargara de completar la película. Esto dio como resultado que se le encargara la dirección (su debut tras la cámara) en la película El Coloso de Rodas (Il Colosso di Rodi, 1961) para lo cual se armó con un equipo para realizar una cinta de bajo presupuesto que parecía una gran superproducción hollywoodiense.

Rory Calhoun y Leone durante el rodaje de El Coloso de Rodas (1961).

Después de esta experiencia, Leone centró su atención hacia otro tipo de género, el llamado “Spaghetti Western" dado que el “Peplum” había perdido el favor del público.

Y así empezó…
“A su modo, Él es, tal vez, el hombre más peligroso que jamás ha existido!”   
Tagline de la película.

Por un Puñado de Dólares (Per un Pugno di Dollari, 1964), basado en Yojimbo (1961) de Akira Kurosawa, que, a su vez, gravitaba entorno a la novela de Dashiell Hammett, “Red Harvest” (“Cosecha Roja”), publicada en 1929. Las tres obras, la novela y los films, comparten base pero no así el período de tiempo ni la ambientación. Mientras que “Red Harvest” transcurre en los años de la Prohibición, Yojimbo hace lo propio en el Japón Feudal y A Fistful of Dollars se enmarca en una población fronteriza entre Estados Unidos y México.

Un pistolero solitario, cuyo nombre se desconoce pero al que se apoda “Joe”, llega a la pequeña población de San Miguel. Allí encuentra a dos familias que se disputan el control de la ciudad: los Rojo y los Baxter . Es entonces cuando el “pistolero” decide enfrentar a ambas familias en su propio beneficio desembocando en una espiral de muerte, destrucción y traiciones.

Por Un Puñado de Dolares fue el primer intento de Leone para reinventar el género fílmico del western en Italia. De ahí precisamente el apodo del género. En opinión del cineasta los westerns americanos de mediados de los 50 y posteriores se habían estancado, se habían vuelto demasiado moralistas y no eran creíbles. A pesar de que en Hollywood habían empezado a perder fuerza, Leone tenía el convencimiento de que en el mercado europeo había aún posibilidades de llegar a la audiencia observando como el público italiano se reía de los convencionalismos de los westerns americanos y de los pastiches en que algunos directores italianos habían llegado a trabajar bajo pseudónimo.

Su intención era la de tomar la “gramática” de los films italianos y trasladarla a la ambientación del western. Es decir, recoger los elementos que funcionaban en el western y hacer un film italiano que pudiera pasar por norteamericano.


Originalmente, Leone quería a Henry Fonda para el personaje principal. Pero la compañía cinematográfica no podía permitirse pagar por una estrella hollywoodiense dado el reducido presupuesto. Por su parte, Leone, al no poder contar con Fonda, contactó con Charles Bronson quién declinó argumentando que el guión era malo. Curiosamente el cineasta contaría con ambos para Hasta que Llegó su Hora (Once Upon a Time in the West 1968). Fue tras tantear a otros actores como Henry Silva, Rory Calhoun, Tony Russel, Steve Reeves, Ty Hardin y James Coburn que Leone dirigió su atención hacia Richard Harrison, quien recientemente había participado en el que está considerado como el primer spaghetti westernDuello nel Texas (1963). Harrison no se mostró impresionado y declinó la oferta. Los productores, por su parte, le presentaron una lista con actores americanos menos conocidos y le pidieron consejo a Harrison respecto a ellos. Éste sugirió a un tal Clint Eastwood. El mismo Eastwood, más tarde comentando respecto de la transición del western televisivo al western cinematográfico, afirmó que estaba agotado de interpretar al cowboy convencional en la serie Rawhide (1959-1965) y que aquella oportunidad le había proporcionado el vehículo para ser un antihéroe. 

Por otra parte, tenemos a Gian María Volonté como el despiadado pero inteligente Ramón Rojo, cabeza pensante y líder de la familia compuesta por los Hermanos Rojo. Inteligente, despiadado y ambicioso. En la familia él es quién lleva las riendas. Un origen no muy alejado del “Indio” de La Muerte tenía un Precio pero distinto: despiadado pero no psicótico; cruel pero inteligente; taimado y astuto pero no carente de la capacidad para amar a alguien, en este caso a Marisol (Marianne Koch)



Le siguen sus hermanos: Antonio Prieto como Don Miguel Benito Rojo, el hermano mediano, pacificador y cortés quién ve la llegada del “Hombre sin Nombre” como una oportunidad para acabar con sus rivales. Y Esteban Rojo, interpretado por Sieghardt Rupp, el más joven e impetuoso de la familia siempre dejándose llevar, precisamente, por su juventud e inexperiencia aunque eso no lo haga menos peligroso por ello. Por otro lado, tenemos a la familia Baxter, encabezada por el “Pater Familias”, el Sheriff John Baxter (Wolfgang Lukschy), un cargo de paja, vamos, para mantener en San Miguel una apariencia de orden mientras las dos familias se matan entre sí. También tenemos a la matriarca del clan, Doña Consuelo Baxter (Margarita Lozano), la verdadera cabeza pensante de la familia quien maneja a los suyos con puño de hierro a diferencia de su marido y su hijo Antonio, interpretado por Bruno Carotenuto, tan apocado como su padre. 

Por otro lado, y en el bando imparcial como meros espectadores, tenemos a Josef Egger como Piripero, el fabricante de ataúdes que, tras la llegada del “Hombre sin Nombre”, empieza a ver como se le acumula inesperadamente el trabajo. José Calvo interoreta a Silvanito, dueño de la pensión donde el “Hombre sin Nombre” se hospeda y quién le hará primero de guía reticente para luego convertirse en protector y semi-figura paterna. La relación entre “Joe” y Silvanito empieza de forma profesional mientras que a lo largo del film va evolucionando hacia un camino más de cariño y apoyo incluso siendo más paternal que profesional. También aparecen Mario Brega y Aldo Sambrell como hombres de la Familia Rojo.


Por un Puñado de Dolares fue una producción italo-germano-española por lo que el idioma suponía una importante barrera en el set de rodaje. Leone, que no hablaba inglés, y Eastwood, que tampoco hablaba italiano, se comunicaban por medio de Benito Stefanelli, especialista en escenas de acción. Al igual que en otras películas italianas rodadas por aquél entonces, todo el montaje era silencioso y luego en post-producción se añadían los diálogos y los efectos sonoros.

Las influencias de la cinemática paisajística de John Ford así como del método japonés por lo que a la dirección se refiere, se empiezan a apreciar en la obra de Leone. Por un Puñado de Dólares se convirtió en la primera película en mostrar su distintivo estilo de dirección. Es donde se empieza a ver el uso del llamado “Primerísimo Primer Plano”.

Mediante este plano se capta una parte del cuerpo del sujeto, como una mano, una boca, un ojo, etc… Capta el rostro desde la base del mentón hasta la parte de arriba de la cabeza. Fue Sergio Leone quién lo estableció. Buscaba captar la mirada, la expresión que encierra ésta, para mostrar una tensión inusitada.

En “SU WESTERN” (porqué es el Western de Leone) impregnaba las películas de un toque especial: esa sensación de tensión, ese ritmo ralentizado que empieza lento pero que va alcanzando un crescendo hasta culminar en un clímax brutal. El ritmo, la emoción y la comunicación entre escenas se pueden atribuir al meticuloso filmado de Leone en sus primeros planos. Todo ello muy alejado de lo que en Hollywood se hacía con el primer plano. Que es lo que precisamente logró Leone, pasar del Primer Plano al Primerísimo Primer Plano. Pasar de una línea de diálogo a un silencio marcado por el tempo, por la música, por la tensión que va aumentando, poco a poco, hasta desembocar en el anteriormente citado crescendo.



Por otro lado, tenemos la aportación de Eastwood quien fue instrumental para crear el estilo visual del “Hombre sin Nombre”. Y digo esto porque gran parte del vestuario se lo traían los actores y en el caso del actor principal no fue una excepción. Se trajo unos pantalones tejanos negros de una tienda de deportes de Hollywood Boulevard; el sombrero procedía de una firma de guardaropa de Santa Monica y los característicos cigarrillos, que siempre se aprecian en la comisura de sus labios, de una tienda de Beverly Hills. También se trajo de Rawhide un revólver Colt con una Cobra tallada en la empuñadura, la cartuchera y las espuelas. El poncho característico del personaje se compró en España. Fueron precisamente Leone y el diseñador de vestuario, Carlo Simi, quienes decidieron darle este toque al personaje, creando ese aspecto final que todos recordamos.

Hablando precisamente de aportaciones, es cierto el hecho de que Eastwood no fumaba en absoluto y que, por exigencias de Leone, empezó con este mal vicio. El director quería que llevara constantemente un cigarrillo en la boca.


Si hay otro elemento que destaca en los films de Sergio Leone es precisamente la música. No se trata de una canción ni de una sintonía al uso. Para la Banda Sonora, contó con la ayuda de Ennio Morricone quien creó toda la partitura bajo el pseudónimo de Dan Savio. Leone le pidió a Morricone que escribiera un tema que fuera similar a “El Degüello” de Dimitri Tiomkin, que éste usó en el film Rio Bravo (1959). Puede que el tema principal de Morricone se asemeje a ésta última pero el músico respecto a esto comentaba que usó una nana que el había compuesto y que en base a la petición del director, él mismo fue desarrollando. Los dos temas son similares en ejecución pero difieren en los arreglos.

Gran parte de la música de la Banda Sonora se compuso antes del film, algo poco convencional. La razón de Leone obedecía a su devoción por la música. La partitura decidía la duración de las escenas y no a la inversa. Hasta ese punto era importante para él la música. Eso es algo que más adelante se demostrará como una de las bazas del director para causar tensión dramática.

En definitiva, Sergio Leone rompió con los convencionalismos del western clásico. Los personajes ya no eran buenos o malos, se movían por un terreno gris. Nada era pulcro ni “limpio”. Cada uno se movía por sus propios intereses que, por lo general, eran dinero y oro. La moral de sus personajes era cuanto menos discutible cosa que les daba otra dimensión. La ambientación, si bien es en Estados Unidos o por lo menos simula ser la América del Salvaje Oeste, distaba mucho de los grandes espacios fordianos de quien bebía y tenía influencia. Aquí no había más que polvo, suciedad, miseria y desolación. Un uso del tempo que en conjunción con la Banda Sonora y el Primerísimo Primer Plano, causaba un efecto de tensión que se incrementaba con la magistral partitura de Ennio Morricone.

Sergio Leone acababa de rodar su primer western. Luego, llegarían otras dos películas más.

Pero eso, ya es otra historia…

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El western según Sergio Leone (II)