4 de maig del 2015

Spielberg on Spielberg: Indiana Jones y la Última Cruzada (Indiana Jones and the Last Crusade, 1989)


"Estoy haciendo una tercera película de Indiana Jones para pedir disculpas por la segunda. Fue demasiado horrible."

La creación de la tercera entrega de Indiana Jones pasó por una autentica "tormenta de ideas" durante cuatro años. Después del estreno de Temple of Doom, George Lucas empezó a pensar en la forma de concluir esa trilogía de la que habló con Steven Spielberg siete años antes. Lucas le había vendido al director que tenía ideas para todas las secuelas pero eso no era cierto. El de Modesto nunca tuvo un plan maestro y las películas tuvieron que construirse sin base previa.

Entre 1984 y 1988 se vivió un intenso proceso creativo del cual acabó surgiendo Indiana Jones and the Last Crusade. Spielberg siguió trabajando en sus proyectos personales pero, durante todo ese tiempo, se reunía periódicamente con su amigo Lucas para analizar lo que un guionista tras otro iba proponiendo.

Pero vayamos al inicio de todo. Tanto Lucas como Spielberg querían recuperar el espíritu y la intención de Raiders of the Lost Ark aunque la primera idea fantasiosa que cruzó la mente de Lucas fue la de situar la trama en un castillo encantado. Para ello contactó con Diane Thomas, guionista de Tras el Corazón Verde (Romancing the Stone, 1984). Pero una trama plagada de acontecimientos paranormales no interesaba a Spielberg ya que había quedado saturado de ello en Poltergeist (1982). George Lucas insistió entonces en utilizar el Santo Grial como desencadenante de la acción. Sin embargo, el director seguía sin verlo claro:
"La leyenda del Grial me resultaba interesante en cuanto a símbolo porque representaba la búsqueda de uno mismo, pero hacer una película sobre eso parecía demasiado esotérico para este género."
Llegados a este punto, decidieron llamar a Chris Columbus, autor de varias libretos que Spielberg había convertido en grandes éxitos como productor (Gremlins, The Goonies, Young Sherlock Holmes). Lucas realizó una sinopsis argumental que el futuro director de Harry Potter convirtió en guión. La secuencia inicial trataba sobre la amenaza de un fantasma en un castillo escocés mientras que el núcleo se centraba en la búsqueda de la Fuente de la Eterna Juventud. Después de leer el borrador de Indiana Jones and the Monkey King, Spielberg confesó sentirse demasiado viejo para contar una historia tan ligera en la que uno de sus protagonistas sería un pigmeo de 200 años.

Así pues, las dos versiones del guión escrito por Chris Columbus se descartaron y en las siguientes conversaciones volvió a salir con fuerza el tema del Grial. Spielberg llevaba un tiempo pensando en que sería interesante explorar la relación entre Indy y su padre. Realizarían un estudio del personaje que dio vida a Indiana Jones y que le inspiró. A la pregunta de Lucas sobre cómo encajaría el cáliz sagrado en todo ello, la respuesta de Spielberg fue la siguiente: "la búsqueda del padre será la búsqueda del Grial. Les separará la amargura de la experiencia, ideas opuestas entre ellos. Desarrollaremos la relación entre un padre académico, poco acostumbrado al trabajo de campo, y un hijo intrépido y aventurero".

Para empezar a desarrollar la trama, Spielberg reclutó a Menno Meyjes, con quien ya había colaborado en El Color Púrpura y El Imperio del Sol. El holandés empezó a trabajar en el borrador a principios de 1986 y tardó diez meses en concluirlo sin demasiado éxito puesto que la mayor parte de sus ideas no gustaron al dúo creativo. El siguiente en entrar fue Jeffrey Boam, guionista de otra producción de Spielberg: El Chip Prodigioso (Innerspace, 1987). Boam mantuvo reuniones diarias con George Lucas durante dos semanas y le convenció de que sería interesante introducir al personaje del padre hacia la mitad del metraje. Conseguir el objeto sagrado no sería el punto culminante sino que lo trascendental sería el reencuentro emocional entre padre e hijo tras un distanciamiento de veinte años. Aceptar a su padre y reconstruir puentes con él sería más importante que la recuperación del Grial. Esa visión coincidía plenamente con lo que se estaba intentando hacer desde el principio.

Cuando empezaron a hablar sobre qué actor podría dar vida a Henry Jones Sr., un nombre salió de forma inmediata. El padre debía ser el James Bond genuino e indiscutible: Sean Connery.
"Nos la jugamos y contactamos con él. Por suerte, le encantó la idea y aceptó la invitación."
Connery pensaba que la primera versión del guión de Boam podía trabajarse más. Creía que su personaje debía ser algo más excéntrico e incorporar notas de humor en sus intervenciones. En el libreto, el Profesor Jones tenía un perfil calvinista y muy conservador. En la primera reunión de trabajo, acordaron trabajar más la dimensión del personaje pero, por lo demás, todo prometía porque Harrison Ford estaba encantado con la posibilidad de que Connery diera vida a su padre. La presencia de ambos en pantalla aseguraba una gran dosis de entretenimiento.


Jeffrey Boam presentó un nuevo borrador en el que se incluían algunas de las sugerencias de Connery además de incorporar un prólogo en el que se presentaba  a un Indy de 13 años viviendo una de sus primeras aventuras. Spielberg decidió que Indy fuera un boy scout que, de forma casual, se encuentra con un grupo de saqueadores. Boam creó la trama de la Cruz de Coronado y situó la acción en el interior de Utah durante el año 1912. El grueso del film se ubicaría en 1938 con los nazis tratando de hacerse con el Santo Grial mientras un pérfido empresario norteamericano llamado Walter Donovan conseguía implicar a los dos Jones en esa misión. Todo parecía encajar pero meses antes de iniciar el rodaje, Spielberg llamó a Tom Stoppard (guionista principal de El Imperio del Sol) para una colaboración no acreditada. El dramaturgo británico reescribió una buena parte de los diálogos y creó al personaje de Panama Hat, un hombre obsesionado por mantener la posesión de la Cruz de Coronado. La presencia de este personaje vinculaba pasado y presente ya que la segunda parte del prólogo nos mostraría al Indy adulto obteniendo lo que no había logrado veintiséis años antes.

Connery siguió aportando ideas previas al rodaje. No iba a ser como el Maestro Yoda, él quería implicarse en las secuencias de acción. Además, sugirió la posibilidad de que Henry hubiese mantenido un affair sentimental con Elsa Schneider durante la investigación en Venecia. A Spielberg le encantó la idea y Stoppard la incorporó al libreto. El Profesor Jones no hubiera llegado a ser tan interesante y carismático sin la aportación creativa de Connery más allá de la interpretación en sí misma. Sus salidas y comentarios jocosos fueron compatibles con la expresión del resentimiento entre hijo y padre.

Empezar la película con el Indy boy scout era una oportunidad para dar mayor profundidad a la cinta. Se trataría de mostrar un momento importante en la vida de Indy y visualizar el inicio del distanciamiento con un padre obsesionado y estricto. Fue Harrison Ford el que sugirió a River Phoenix para el papel. Había trabajado con el muchacho en La Costa de los Mosquitos (The Mosquito Coast, 1986) y siempre decía que Phoenix era el actor que más se parecía a él de joven.


Para recuperar el espíritu de Raiders, resultaba esencial recuperar a Marcus Brody (Denholm Elliott) y Sallah (John Rhys-Davies). En el caso de Brody, esa aura de figura paterna que desarrollaba en Raiders ya no era necesaria y se decidió darle una vertiente más cómica para enseñar al público que el trabajo de campo no era lo suyo.

Julian Glover, por su parte, había entrado en el mundo de Lucasfilm con un pequeño papel de comandante imperial en El Imperio Contraataca (The Empire Strikes Back, 1980). El productor Robert Watts era su vecino y lo propuso para esa película y también para Last Crusade. En principio, iba a interpretar al Coronel Vogel pero, después de la prueba de cámara, le llamaron para darle otro papel: el del villano Walter Donovan. Como suele recordar el londinense Glover, la experiencia de interpretar a un americano millonario y traidor supuso una de las mejores vivencias de su carrera. El también británico Michael Byrne fue el que acabó asumiendo el rol del persistente Coronel Vogel. Para el personaje de la doctora Elsa Schneider, se contrató a Alison Doody, una irlandesa de 21 años que había debutado tres años antes en 007: Panorama para Matar (A View to a Kill, 1985). Doody se sentía intimidada ante un reparto tan potente pero consiguió superar sus inseguridades gracias al buen ambiente que reinaba en el set. El reto era difícil pero consiguió resultar creíble embaucando a los dos Jones.

Last Crusade planteaba mayores desafíos, en términos de producción, que las dos entregas anteriores y, por consiguiente, el presupuesto era también más alto (48 millones de dólares de la época). Había multitud de localizaciones exteriores y la primera de ellas fue el desierto de Tabernas (Almería). Allí empezaron a rodar el 16 de mayo de 1988. La persecución entre Indy y el tanque se ubicó en Tabernas y supuso diez días completos de filmación.
"Hemos buscado un tipo de terreno muy crudo, montañoso, con cañones y ese tipo de paisajes. Y desde luego, Almería ofrece todo eso." 

Después la producción se trasladó a Almería capital para rodar en la Escuela de Artes y Oficios. El magnífico patio de arcadas interior se convirtió en el palacio del Sultán de Hatay. El Rolls Royce que capta la atención del Sultán provocó que se rompieran varios peldaños de la escalera principal. El rodaje en España continuó en el Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar, donde se filmaron las escenas en las que Indy y su padre son perseguidos por un Messerschmitt y, por supuesto, el gran momento que se vive en la playa con la brillante idea que se le ocurre a Henry para derribar al caza alemán. Tratamos esta fantástica localización en un artículo concreto: "Let my Armies be the Rocks and the Trees and the Birds in the Sky". El equipo visitó después la estación ferroviaria de Guadix (Granada) para rodar la captura de Marcus Brody en Iskenderun.

A partir del 5 de junio empezó el rodaje de interiores en los ya clásicos estudios Elstree (Inglaterra) donde Elliott Scott ya tenía preparados los sets del Castillo de Brunwald, la biblioteca y las catacumbas de Venecia, el barco mercante portugués, y el Templo del Grial, entre otros. Varios exteriores ingleses sirvieron también para mostrar la casa de Henry y la Universidad en la que Indy imparte sus clases entre los suspiros de sus alumnas. Los muelles Tillbury, en Essex, suplantaron a Venecia para rodar la persecución que sufren Indy y Elsa por parte de la Hermandad de la Espada Cruciforme. 



El rodaje en Venecia planteaba muchas dificultades a nivel técnico pero era esencial rodar una pequeña secuencia en el Gran Canal. A ello se añadió el calendario de filmación ya que el día dispuesto era el 8 de agosto, en plena temporada turística estival. Se planificó todo con gran esmero y se consiguió rodar las cuatro secuencias el mismo día para minimizar las molestias a la ciudad. El productor Robert Watts consiguió cerrar el tráfico de vaporettos entre las 7 de la mañana y la 1 de la tarde mientras que Douglas Slocombe cerró el plano lo suficiente para que no se vieran las antenas de televisión en las casas del Gran Canal durante la escena en que Elsa Schneider recibe a Indy y Marcus. Durante el resto del día se filmó a los tres intérpretes en una calle de la ciudad, el exterior de la Biblioteca (la iglesia de San Barnaba, en la realidad) y el momento en que Kazim (Kevork Malikyan) desembarca del bote y comunica a Indy que su padre está preso en Brunwald.



A continuación, el equipo se trasladó a Petra (Jordania) para rodar los exteriores del Templo del Grial en el Al Khazneh, más conocido como "El Tesoro". Se trata de un imponente mausoleo, de casi dos mil años de antigüedad, incrustado en la piedra. El Rey Hussein y la Reina Noor fueron los anfitriones del equipo.

Después de un par de semanas de descanso, la segunda unidad empezó a rodar planos para el prólogo del film que debía mostrar al joven Indy descubiendo la Cruz de Coronado. Spielberg se incorporó unos días después para dirigir a River Phoenix en la persecución que tiene su punto culminante dentro de los vagones del tren de un circo ambulante. Los exteriores se rodaron en localizaciones de Colorado (Pagosa Springs, Cortez, y Alamosa). Posteriormente, el equipo se trasladó al Arches National Park (Utah) para completar las magníficas imágenes que abren el film. Los interiores se rodaron en los estudios Paramount de Los Angeles.


Concluido el rodaje principal, Spielberg empezó a trabajar con Michael Kahn en el montaje y pronto se dieron cuenta que en la escapada del castillo de Brunwald faltaba una secuencia de acción. Así fue como el equipo volvió a reunirse para rodar una persecución en que los nazis van tras la moto conducida por Indy y ocupada por un escéptico Henry. Esta set piece que se acaba convirtiendo en una justa medieval motorizada, se rodó en localizaciones cercanas al Skywalker Ranch de George Lucas (Marin County, cerca de San Francisco). John Williams volvió a realizar un excelso trabajo en la banda sonora y para esta secuencia, no prevista inicialmente, creó el tema más emblemático de la película: Scherzo for Motorcycle and Orchestra. En cuanto a la imagen final de la película, con los cuatro jinetes alejándose frente al Sol crepuscular, ésta se rodó en el norte de Texas a principios de 1989.

Como hemos mencionado anteriormente, la búsqueda del Grial simboliza el reencuentro emocional entre un padre y un hijo. Esa búsqueda se expresa también en el propio diario donde Henry ha consignado todas sus investigaciones sobre el cáliz a lo largo de su vida. El diario va cambiando de manos y su recuperación incluso lleva a Indiana Jones a la boca del lobo: Berlín en 1938. La secuencia en la que vemos una reunión del III Reich, frente a una pila de libros quemados, se rodó en el Stowe School de Buckingham (Inglaterra) y concluye con el curioso autógrafo que el mismísimo Adolf Hitler estampa en el diario ante la estupefacción de Indy.

En el tercer acto de la película, Spielberg consiguió introducir dramatismo en un relato de aventuras gracias a un guión que establecía la necesidad de obtener el Grial para poder salvar la vida de Henry, tras ser herido de muerte por parte de Walter Donovan. Indiana Jones se veía obligado a localizar el cáliz en muy poco tiempo mientras debía enfrentarse a tres astutas pruebas.
"El guión en el que estuvimos trabajando durante tanto tiempo nos permitió disparar a uno de los protagonistas. Y cuando puedes hacer eso, obtienes el verdadero drama."
La película trataba sobre saltos de fe personales que debían redimir el alma de los personajes. Por todo ello, tras "La Ira de Dios" (solo el penitente pasará) y "La Palabra de Dios" (solo quien siga los pasos de Dios podrá seguir adelante), llega la tercera de las pruebas: "El Sendero de Dios" (solo quien salte de la cabeza del león probará su valía). Indy debía dejar de lado su agnosticismo pragmático para poder salvar la vida de su padre. Un salto al vacío que exigía más confianza que devoción.


Otro de los grandes momentos de la conclusión del film se produce cuando Elsa, cegada por el poder del Grial, rebasa el gran sello del templo sosteniendo el cáliz. El suelo se abre y la austriaca cae en una de las grietas. Indy logra sostenerla pero necesita que le dé la otra mano. Schneider trata de llegar hasta el Grial con avaricia y no atiende a las razones de Indy, cayendo finalmente al vacío. Entonces es Indiana Jones el que queda en la misma posición al abrirse más el terreno. Henry, ya recuperado gracias a la acción curativa del cáliz sagrado, ocupa la misma posición sosteniendo a su hijo que, invadido por la ambición, trata de conseguir el Grial para su padre. No parece que haya nada que pueda disuadirle de ese empeño hasta que Henry pronuncia las siguientes palabras: "Indiana, déjalo". Por primera vez, deja de llamarle Junior y consigue captar inmediatamente la atención de Indy quien le extiende la otra mano para poder salir vivo. Henry renuncia finalmente al Grial en favor de su hijo con lo que la relación entre ambos queda por fin sanada. La vinculación afectiva triunfa sobre la obsesión. El verdadero placer es reencontrarse y reconstruir lazos. Padre e hijo vuelven a unirse mental y espiritualmente. Como Henry afirma casi al final de la película, en la aventura que han vivido ha hallado iluminación. Tras un guiño final a la procedencia del nombre de Indiana, Sallah, Marcus, Henry e Indy cabalgan hacia el atardecer en una conclusión muy fordiana.


El film se estrenó el 24 de mayo de 1989 y logró recaudar, al final de su carrera comercial, la impresionante cifra de 474 millones de dólares a nivel mundial. Obtuvo el Oscar a los mejores efectos de sonido y Sean Connery recibió varias nominaciones en otros premios de la temporada. Con el paso del tiempo, es más que evidente que Crusade no llega al nivel de Raiders pero, en conjunto, supone una grandísima aventura con momentos muy logrados gracias a la dirección de Spielberg y al magnífico elenco de intérpretes.

El prólogo juvenil de Indy en 1912, inspiró a George Lucas para producir una serie de televisión sobre las crónicas del joven Indiana Jones. La serie vio la luz cuatro años después pero, a pesar de contar con buenos guionistas y directores, nunca consiguió pasar de mera anécdota. Spielberg consideraba finalizada su aportación a esta exitosa y brillante franquicia aunque, con el paso de los años, sucedieron una serie de acontecimientos que acabaron llevando a la producción de una cuarta película. Lo veremos más adelante.


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