27 de juliol del 2012

Cabalga osado a la busca de... El Dorado

Un caballero alegre y audaz
de día y de noche cabalgando va.
Y canta su canción mientras sigue osado
a la busca de El Dorado.

Pero vano fue su esmero
y ya viejo el caballero,
por la sombra el corazón sintió apresado,
al pensar que nunca el día llegaría 
en que hallaría El Dorado.

Sin fuerzas, exhausto
ya pierde su fe.
Pero de repente, una sombra ve.
"¡Sombra!", grita airado
"Dime donde se halla
la tierra llamado El Dorado”.

Montes de luna cruzando, 
a valles de sombra bajando, 
cabalga siempre osado... 
a la busca de El Dorado.

En 1849, poco antes de su misteriosa muerte, Edgar Allan Poe escribió un pequeño poema motivado por las noticias que llegaban de California respecto a la Fiebre del Oro. Tratándose de un poema crepuscular, se puede trazar una analogía respecto a la trayectoria vital del autor y al momento emocional que le embargaba en esos momentos. Tal como narra el poema, Poe había invertido su vida en la búsqueda infructuosa de la felicidad. Y, tras el enorme desgaste asumido, acaba perdiendo su fuerza y afronta la muerte.

Pero más allá de los significados literarios, el cine recogió brillantemente el texto poético de Poe en la película El Dorado (1966). Aprovechando el título del film, que hace referencia al nombre de la ciudad tejana en que tienen lugar los hechos principales, Howard Hawks y su guionista, Leigh Brackett, decidieron diseminar varias de las estrofas a lo largo de la película.  El encargado de recitarlas era el joven tahúr Alan Bourdillion Traherne alias "Mississippi" (James Caan), un impetuoso muchacho que había aprendido ciertas nociones de literatura gracias a su mentor, un cultivado jugador llamado Johnny Diamond



Las salidas poéticas de "Mississippi" suponían también un reclamo cómico para el film puesto que era interesante observar la reacción de dos hombres duros y curtidos como Cole Thornton (John Wayne) y John Paul Hara (Robert Mitchum) ante las sorpresivas citas que el joven iba soltando. 



Cuando se le preguntaba a Hawks sobre la razón que se escondía tras la inclusión del poema en la película, el cineasta siempre aludía a cuestiones absolutamente pragmáticas y muy poco glamurosas. En este caso, el director afirmaba lo siguiente: 

"Conocía a un jockey mexicano que montaba caballos cuarto de milla y solía recitar el poema. Todo el mundo se imagina El Dorado como un tesoro al final del arco iris. Pero en realidad cada uno tiene su idea de lo que le reserva el final del arco iris.  Jimmy Caan lo recitaba de una forma encantadora, así que valía la pena utilizarlo."

Los analistas suelen decir que es un reflejo de una constante en el cine de Hawks: lo que cuenta no es alcanzar el objetivo sino la forma de buscarlo. Sin embargo, él nunca reconoció estas aseveraciones tan artísticas que la crítica le atribuía. La decisión en el momento era lo que contaba. El resto, como él solía decir, era... literatura.

24 de juliol del 2012

Chris Nolan resume su estancia en Gotham



"Alfred. Gordon. Lucius. Bruce . . . Wayne. Names that have come to mean so much to me. Today, I’m three weeks from saying a final good-bye to these characters and their world. It’s my son’s ninth birthday. He was born as the Tumbler was being glued together in my garage from random parts of model kits. Much time, many changes. A shift from sets where some gunplay or a helicopter were extraordinar...y events to working days where crowds of extras, building demolitions, or mayhem thousands of feet in the air have become familiar.

People ask if we’d always planned a trilogy. This is like being asked whether you had planned on growing up, getting married, having kids. The answer is complicated. When David and I first started cracking open Bruce’s story, we flirted with what might come after, then backed away, not wanting to look too deep into the future. I didn’t want to know everything that Bruce couldn’t; I wanted to live it with him. I told David and Jonah to put everything they knew into each film as we made it. The entire cast and crew put all they had into the first film. Nothing held back. Nothing saved for next time. They built an entire city. Then Christian and Michael and Gary and Morgan and Liam and Cillian started living in it. Christian bit off a big chunk of Bruce Wayne’s life and made it utterly compelling. He took us into a pop icon’s mind and never let us notice for an instant the fanciful nature of Bruce’s methods.

I never thought we’d do a second—how many good sequels are there? Why roll those dice? But once I knew where it would take Bruce, and when I started to see glimpses of the antagonist, it became essential. We re-assembled the team and went back to Gotham. It had changed in three years. Bigger. More real. More modern. And a new force of chaos was coming to the fore. The ultimate scary clown, as brought to terrifying life by Heath. We’d held nothing back, but there were things we hadn’t been able to do the first time out—a Batsuit with a flexible neck, shooting on Imax. And things we’d chickened out on—destroying the Batmobile, burning up the villain’s blood money to show a complete disregard for conventional motivation. We took the supposed security of a sequel as license to throw caution to the wind and headed for the darkest corners of Gotham.

I never thought we’d do a third—are there any great second sequels? But I kept wondering about the end of Bruce’s journey, and once David and I discovered it, I had to see it for myself. We had come back to what we had barely dared whisper about in those first days in my garage. We had been making a trilogy. I called everyone back together for another tour of Gotham. Four years later, it was still there. It even seemed a little cleaner, a little more polished. Wayne Manor had been rebuilt. Familiar faces were back—a little older, a little wiser . . . but not all was as it seemed.

Gotham was rotting away at its foundations. A new evil bubbling up from beneath. Bruce had thought Batman was not needed anymore, but Bruce was wrong, just as I had been wrong. The Batman had to come back. I suppose he always will.

Michael, Morgan, Gary, Cillian, Liam, Heath, Christian . . . Bale. Names that have come to mean so much to me. My time in Gotham, looking after one of the greatest and most enduring figures in pop culture, has been the most challenging and rewarding experience a filmmaker could hope for. I will miss the Batman. I like to think that he’ll miss me, but he’s never been particularly sentimental."


20 de juliol del 2012

El Caballero Oscuro: la Leyenda Renace (The Dark Knight Rises)


Las calles de Gotham disfrutan de una paz y tranquilidad sin precedentes desde hace ocho años. La reducción de los actos delictivos se debe a la entrada en funcionamiento de la Acta Dent, una legislación municipal coercitiva que implica un fuerte endurecimiento de las penas de prisión e incluso la negación de algunos derechos constitucionales de apelación y revisión de sentencias. Pero el Comisario Jim Gordon sigue sin estar tranquilo y mantiene un control firme sobre el cuerpo de policía. Quiere que no se baje la guardia y que no se de un paso atrás en lo conseguido. Aunque hablando de esto solo arañamos la superficie. En realidad, el buen Comisario arrastra un enorme cargo de conciencia tras el acuerdo al que llegó con Batman para que el enmascarado asumiera las cinco muertes perpetradas por Harvey Dent tras el atentado que le desfiguró. El Joker no podía socavar la credibilidad del único funcionario público íntegro que había tenido Gotham en décadas. La ciudadanía confiaba en él y descubrir la verdad sobre el caballero blanco habría significado destruir la moral de una población necesitada de esperanza.

Pero la mentira conlleva consecuencias. Gordon no puede seguir ocultando la verdad y, ocho años después, empieza a pensar en hacerle justicia a su amigo, el protector vigilante que decidió hacer un gran sacrificio personal para que Gotham siguiera adelante. Pero, al igual que Gordon acarrea las consecuencias de esa polémica decisión, Bruce Wayne también ha caído en la desdicha más profunda. Lastrado por heridas físicas y emocionales que ya no es capaz de sobrellevar, ha decidido retirarse del mundo recluyéndose en su mansión. Convencido de que su presencia ya no es necesaria, ha optado por dar rienda suelta a su remordimiento paseando por el ala Este, como una misteriosa figura que solo mantiene contacto con su inseparable mayordomo Alfred Pennyworth.

Los acontecimientos, sin embargo, están a punto de cambiar diametralmente el panorama. Una nueva amenaza se cierne sobre la ciudad y será una atractiva ladrona quien presagiará su llegada. Ante esta situación, Bruce Wayne tendrá que volver al gran juego y todos aquellos que sirven a la ciudad deberán movilizarse de nuevo en un choque de voluntades épico que exigirá que vuelvan a dar lo mejor de ellos.

Ante una premisa argumental como ésta, no hay otra opción que presentar la rendición y convertirse en un audaz espectador de unos acontecimientos apasionantes. Christopher Nolan concluye su periplo, como responsable de las adaptaciones del superhéroe murciélago, con un tercer acto imponente que configura, junto a las dos películas precedentes, un tríptico de gran unidad formal y coherencia narrativa. Gracias a la realización de esta saga memorable, ha conseguido situar a Batman en un lugar de prestigio dentro del mundo del cine trasladando lo mejor de su excelente trayectoria en los cómics y añadiéndole la visión personal de un director que siempre ha apostado por una adaptación realista, dotando a los personajes de esencia y trayectoria, y haciéndoles moverse por escenarios reales, sin fuegos de artificio ni fantasías góticas innecesarias. Esa consideración que tiene ahora era algo largamente esperado puesto que nadie antes había conseguido trascender tanto adaptando al Caballero Oscuro. Nolan partió de cero defendiendo una idea que Warner Brothers decidió sufragar. Afortunadamente, el éxito cosechado con esta propuesta, destierra para siempre otras versiones decepcionantes que casi acabaron por completo con la existencia de Batman en la pantalla grande.  

A lo largo de esta trilogía que ahora termina, Nolan y sus co-guionistas (su hermano Jonathan y David Goyer) han dotado a Batman de la mayor complejidad y profundidad conferida nunca a un superhéroe en el cine. En The Dark Knight Rises, la visión personal y realista junto al tono adulto del guión, configura un desenlace emotivo a la par que sombrío. La sensación crepuscular invade el metraje y se mantiene agazapada en todo momento, dominando el tempo y transmitiendo esa idea en la mente del espectador avezado. 

Tras ver el film, creo firmemente que El Caballero Oscuro (The Dark Knight) mantiene su hegemonía como el mejor film de esta saga y quizá como la mejor adaptación al cine de un superhéroe de cómic. En ella todo encajó tan perfectamente que resulta prácticamente imposible igualarla. Pero ello no es óbice para afirmar que The Dark Knight Rises es un excelente film. Caracterizado por un argumento oscuro, siniestro, y lleno de matices, la película avanza con paso firme hacia un final en la cumbre. Nos deja además escenas y momentos absolutamente memorables que, como en todas las grandes películas, tienen la virtud de resonar y resonar en la mente del espectador días después del visionado. 

Obviamente, la película también tiene pequeñas deficiencias que le impiden llegar al nivel supremo de su predecesora. En el desenlace del film hay algunos elementos que quizá no acaben de funcionar y, en general, la trama es tan intrincada y compleja que puede exigir más concentración de la habitual en el espectador que va a la sala de cine a disfrutar de la parte más superficial. La duración del film es extensa y eso siempre suscita la duda de si una mayor contención podría haber sido beneficiosa. Aunque, en este tema, yo estoy completamente a favor del director porque se ha ganado el derecho a trasladar a la pantalla la historia tal como ha sido concebida. 


Nolan aumenta aún más la escala y la épica en los acontecimientos que narra. Llega a mostrarnos  un escenario apocalíptico de guerra urbana. Estas secuencias incorporan algunos significados que ya han sido reseñados por la crítica especializada y que vale la pena constatar. En la sublevación popular que se desata, podemos encontrar ecos de la situación de crisis económica existente y del descontento creciente de la población. No es casualidad que varias de las escenas más simbólicas se hayan rodado en los alrededores de Wall Street y del New York Stock & Exchange. Nolan sugiere y nunca profundiza porque no es el tema central de la película pero esa leve anotación política es un rasgo patente en la traslación del argumento a la pantalla. En cierto modo, confluyen en Gotham algunos de los temas que más preocupan actualmente y ésta es una concesión que no todos los directores pueden conseguir cuando se realiza un film destinado al gran público. No soy seguidor del cine de reivindicación política, no comparto sus ideales ni motivaciones. Por todo ello, admiro la propuesta de Nolan a la hora de establecer pinceladas de contexto social actual en un concepto de ficción heroica. Creo que concuerda perfectamente con su amplia voluntad de realismo en la que cabe la idea de reflejar como la sociedad occidental ha sufrido una crisis financiera muy potente pero pugna por remontar con la unión y la determinación como bandera. Los ciudadanos de Gotham lo ponen en práctica ante la amenaza de Bane y en eso podemos encontrar ecos de la realidad que nos rodea cada día.

Dicho esto, me gustaría destacar, una vez más, la labor del espléndido reparto de la película empezando por un magnífico Christian Bale, inconmensurable de nuevo a la hora de reflejar la pesada carga emocional que le acompaña. Interesante el rumbo que toma Michael Caine como Alfred y las reflexiones que evoca ante la idea de Bruce de volver a las calles. Gary Oldman y Morgan Freeman se mantienen en el alto nivel que les caracteriza y entre todos ellos forman el mejor colchón posible para la entrada de nuevos miembros. En este tema, debo poner un énfasis especial en Joseph Gordon-Levitt, quien tiene a su cargo un papel formidablemente escrito que gana credibilidad a medida que avanza la película y que tiene una evolución extremadamente interesante. Este John Blake, un honrado e íntegro policía que es capaz de remover las convicciones de Jim Gordon porque le recuerda a él mismo cuando empezaba en el cuerpo, es uno de los grandes aciertos de la película. En cuanto a Anne Hathaway, debo decir que su presentación al universo fílmico como Catwoman es sumamente interesante. Tal como estamos acostumbrados, Nolan ha mantenido las señas de identidad del personaje complementándolo con rasgos de femme fatale aunque siempre controlando para que la cosa no se escape de los parámetros de realismo establecidos. El resultado es  acertado y la interpretación de Anne Hathaway responde a lo exigido superando un reto que muchos creían que no sería capaz de afrontar con credibilidad. El caso de Marion Cotillard y su Miranda  Tate es otro tema y quizá será mejor que lo debatamos en la sección de comentarios.

Punto y aparte merece el villano de la función. El Joker de Ledger siempre será un referente pero es sensacional comprobar como han sido capaces de conseguir que el hercúleo Bane se convierta en un auténtico icono. Nolan quería a un antagonista muy diferente, necesitaba a alguien muy físico para esta conclusión y escogió a Bane porque además le garantizaba otros elementos. La dificultad para Tom Hardy ha sido máxima porque, además de aumentar brutalmente su presencia física, ha tenido que canalizar su interpretación gestual solamente con los ojos. Su voz es opresiva y tenebrosa, un auténtico tesoro que solo podrán descubrir en versión original. Y, enfundado en el chaleco de este misterioso mercenario, encontraremos a un coloso de imponente fuerza pero que también destaca por su gran inteligencia. Sus maquinaciones pueden resultar más peligrosas que la mismísima fuerza de sus puños y su inquebrantable determinación solo puede ser entendida al conocer su origen. Alguien que ha nacido y crecido en las sombras, con graves privaciones, siempre será capaz de desatar una ira inigualable incluso para aquellos que han experimentado una gran tragedia. Pese a la perversidad de sus actos, la manera como desata el terror en la ciudad es digna de reconocimiento. En el apartado de comentarios podemos hablar de sus motivaciones. 

Antes de concluir, quería reseñar también la formulación elegante y diseminada de los flashbacks. Resulta fascinante como utiliza el montaje para mostrarnos imágenes de recuerdo sin diálogo que frecuentemente van acompañadas por la voz explicativa en presente o incluso por la recuperación de anteriores personajes de la saga. Eso le confiere un aire casi onírico a esas secuencias y, tal como ocurría en Origen, son una marca de clase en el director anglo-norteamericano.

En definitiva, The Dark Knight Rises es una película magna y ambiciosa. Sus debilidades son compensadas por su espectacular conjunto y, aunque Nolan y Bale no quieren volver a la franquicia, se deja el camino abierto a la especulación. Algo que nunca debe faltar en este tipo de películas.

Este año hemos tenido dos aportaciones muy diferentes y enormemente válidas al mundo de los superhéroes. La vertiente más lumínica, explosiva y de entretenimiento que nos brindó Joss Whedon con Los Vengadores (en menor medida The Amazing Spider-man) y la que nos ocupa, donde domina la profundidad, el intimismo, y las motivaciones oscuras. Dos magníficas visiones, cada una en su terreno, sobre lo que debería ser el cine de superhéroes. Este es el camino a seguir, ojalá que dure.

12 de juliol del 2012

Christopher Nolan estampa su firma en el Grauman's Chinese Theatre


Acompañado por gran parte del reparto de The Dark Knight Rises (Christian Bale, Michael Caine, Morgan Freeman, Anne Hathaway, Gary Oldman, y Joseph Gordon-Levitt) y por ejecutivos de Warner Brothers, Chris Nolan estampó sus huellas en el cemento del Grauman's Chinese Theatre de Hollywood. También compareció el cineasta Michael Mann, quien tuvo palabras de elogio hacia el trabajo de Nolan.

 

6 de juliol del 2012

Entrevista imposible con... Howard Hawks




Octubre de 1965. Ya hace dos años que sobrevivo trabajando como articulista mientras persigo el cada vez más inviable sueño de vender mi guión a algún estudio de Hollywood. Preparando la maleta, recuerdo las palabras de mi editor: 


- Te he conseguido una gran entrevista.


- ¿Por fin podré hablar con su contacto en la Fox? - le pregunté ilusionado.


- No hijo, eso ya llegará. Te vas a Tucson mañana. ¡Vas a entrevistar a Howard Hawks!


- Ese hombre está casi retirado... Usted me prometió que podría hablar con alguien de Fox para hablar de mi guión...


- Jóvenes irrespetuosos... ¡Te sirvo en bandeja a uno de los mejores directores de la industria y tú lloriqueas por un ridículo guión!


- Ni siquiera lo ha leído. Creo que nunca ha tenido intención de conseguirme esa entrevista. ¿Y ahora qué? Le habrán fallado sus otras opciones y me envía a mí... Parece usted desesperado.


- ¡¡Está bien!! Te doblo la prima habitual. Es muy importante que tengamos esa entrevista y me ha costado conseguirla.


- Sí claro, es usted un hombre de influencias... Ya lo ha demostrado.


- Si esta entrevista no nos pudiera garantizar vender más números de la revista, te despediría ahora mismo. Pero lo reconozco, me tienes cogido por los huevos... ¿Cuánto quieres?


- Tranquilo jefe, habría aceptado hacer la entrevista por el precio de siempre cuando he oído el nombre de Hawks. Pero debo reconocer que me ha resultado divertido extorsionarle...


Salgo rápidamente del despacho entre gritos y vituperios varios. Recojo los billetes y el cheque y empiezo a preparar la entrevista. Howard Hawks, un mito de la historia del cine, ¿ quién me lo iba a decir ? Aunque eso no me va a amedrentar, el hombre tiene fama de ser cordial y yo aprovecharé eso para ser incisivo y sacarle lo que pueda. Por descontado, llevaré mi guión. Nunca se sabe.


Llego a Tucson (Arizona) por la mañana y me alojo en un pequeño motel muy cercano a los Old Tucson Studios, emblemático escenario en el que se han rodado algunos de los mejores westerns jamás realizados: Flecha Rota (Broken Arrow, 1950), Winchester 73 (1950), Duelo de Titanes (Gunfight at O.K. Corral, 1957), Rio Bravo (1959), Cimarron (1960) y ahora el nuevo proyecto de Hawks: El Dorado.


Cuando llego a los estudios, me recibe su ayudante, Bill Poole, quien me cuenta que la entrevista se pactó en un día de descanso en el rodaje porque Hawks quería estar tranquilo para así poder rememorar mejor su trayectoria y anécdotas. Me informa que John Wayne se ha ido a pasar el fin de semana al rancho que posee en la región y que Bob Mitchum y James Caan están en la ciudad, como el resto del reparto. Por consiguiente, sólo le veré a él. 


A medida que voy dando pasos por la main street del estudio, empiezo a verle a lo lejos. Lleva un llamativo sombrero blanco que brilla intensamente con el reflejo de la luz solar. Está viendo como su hijo Gregg, de diez años, muestra su temprana habilidad al volante de una moto, recorriendo las dunas que rodean los estudios. Cuando me acerco más, percibo una estampa clásica del director hollywoodiense. Además de ser un gran cineasta, también lo parece. Es alto y delgado, mueve los brazos transmitiendo una imagen inequívoca de liderazgo. Pronuncia algunas palabras, como si también quisiera guiar los movimientos de su hijo mientras este rebasa una duna tras otra... 


Hawks ha construido una carrera sólida, repleta de films favoritos del público, aunque siempre le ha faltado el reconocimiento de la industria. Los críticos franceses del “Cahiers du Cinema” le alaban pero, en su propio país, le siguen considerando un director de masas porque presuntamente sus películas no tienen una impronta social o artística evidente. Qué gran paradoja. Uno de los realizadores más talentosos de la historia del cine verá reconocida su labor en los años venideros y quizá hasta acabe recibiendo un Oscar honorífico, cuando los académicos crean que deben reparar su “olvido oficial”.


Bill Poole me lo presenta y nos sentamos bajo la sombra del porche trasero de una de las casas del estudio. Estoy ante alguien que es historia viva del cine. El director preferido de Cary Grant, Humphrey Bogart, y casi de John Wayne (sino llega a ser por John Ford). Y, sin embargo, el hombre que ha rodado clásicos inmortales prefiere no darme la mano porque las tiene bastante grasientas tras haberse pasado toda la mañana reparando la moto de su hijo. Antes de empezar, recibo una bocanada de realidad desmitificadora que voy a intentar aprovechar desde la primera pregunta:



Señor Hawks, tras casi cincuenta películas... ¿qué le impulsa a seguir dirigiendo ?

Ahhh los guionistas... siempre persiguiendo escribir algo que tenga éxito y que les permita retirarse en pocos años...

¿Cómo sabe que soy guionista?

Joven... yo también me he informado sobre usted antes de que viniera. Su editor y yo somos amigos desde hace años. Me dijo que me enviaba a un sinvergüenza talentoso que trataría de venderme un guión. ¿Me equivoco?

No, ni un ápice.

Entonces, ahora que ya nos conocemos, permítame que le responda a su primera pregunta. Sigo dirigiendo porque me encanta. Yo no iba a ser director de cine, llegué a este mundo casi por casualidad pero cuando empecé ya no quise hacer nada más. Y después de 47 años de oficio, me he ganado el suficiente prestigio profesional para hacer lo que yo quiero, cuando yo quiero. Y aquí estamos hoy, en estos históricos estudios tratando de hacer una buena película, con los mejores actores que he podido contratar...

Disculpe mi atrevimiento señor Hawks, yo no pretendía...
No siga por ese camino. Tranquilícese, me gusta su enfoque. Quiere usted ser incisivo y demostrar que está por encima del entrevistador corriente. Es usted imprudente, algo muy propio de su edad. Así que no se corte, usted dispare... si en algún momento me incomoda alguna de sus preguntas nos batiremos en la calle principal del estudio. No en vano estamos en el Oeste !!!

Yo no he traído un arma...
Jaja... seguro que nos prestan alguna los chicos de producción...

Es usted único para distender el ambiente.
Siempre lo intento. Pregúntele a Cary Grant o a “Duke”. Hemos pasado momentos muy divertidos en los rodajes...

Hablando de eso, los actores que han trabajado a su lado le alaban. Siempre se sienten cómodos con usted, en Hollywood algunos le llaman un líder que dirige con la mano tendida...
Siempre he intentado llevarme bien y convertir el set en un lugar agradable. Claro que hay tensiones que no se pueden evitar pero yo he tratado de trivializarlas en beneficio del buen entendimiento. No critico la forma de trabajar de los otros directores, muchos de los cuales han hecho mejores películas que yo con un estilo más autoritario. Pero a mi me ha funcionado el mío y con eso me quedo.

Creo que pocos directores han tenido un espectro tan amplio en cuanto a su obra. Usted ha destacado en prácticamente todos los géneros.
Pero eso es algo que caracteriza a los directores de mi generación. Nos forjamos en la industria de los años 20, dirigiendo películas sin descanso, a veces hasta tres en un mes. Aprendimos a tocar todas las teclas y a movernos por todos los géneros. Cuando, más adelante, nos hicimos un nombre, estábamos capacitados para afrontar cualquier argumento con solvencia.

De sus palabras, se desprende que las nuevas generaciones de directores no poseen esa virtud.
En general no. No la tienen. Con el tiempo el cine se va especializando cada vez más y surgen cineastas muy buenos conforme a este esquema. En el futuro, ya no habrán tantos “hombres-orquesta” como lo éramos nosotros.

¿Y eso es malo ?
Ni mucho menos, es algo positivo porque la industria siempre tiene que estar evolucionando al mismo ritmo que cambian los gustos del público. Es un cambio y eso indica que el cine está vivo, es muy saludable.

Su generación también propuso un cine que rompió con los directores anteriores...
Claro !!! Griffith no nos podía ni ver. Él sí que tenía una visión rígida y anquilosada sobre lo que tenía que ser el cine.

Orson Welles ha dicho de usted: “De todos los directores americanos, Hawks es sin lugar a dudas el de más talento”.
Jajaja... Orson no me dice lo mismo cuando me viene a ver a casa. Qué quiere que le diga, no creo en divismos. Creo que hay directores mucho mejores que yo aunque eso no quiere decir que no haya buscado siempre la excelencia en todo lo que he hecho. Después el público es el que debe decidir y calificar.

¿Cuales cree que son sus pautas principales como director?
Lo mejor es contar la historia como si la estuvieras viendo, a través de tus ojos. Que el espectador la vea como si estuviera allí. El público no conoce la geografía de un lugar a menos que tú se la enseñes. Si no se la enseñas, puede ser lo que tú quieras que sea. Una película es el mundo que uno crea.

Lo afirma como si fuera algo simple.
Es más fácil de lo que parece. Yo creo que los directores somos contadores de historias. Debemos disponer un escenario, crear situaciones, transmitir ideas claras a los actores y después dejar que todo fluya. Nunca he creído en la filosofía de controlar hasta el más mínimo detalle. Eso te hace perder concentración sobre lo que es verdaderamente importante: los personajes.

¿ Y el argumento ?
El argumento es importante, sin duda alguna. Pero fíjese cuantas películas tienen argumentos y situaciones parecidas. En cada género hay un número limitado de situaciones argumentales que se pueden dar. Ahora bien, ¿por qué las ve la gente?

Por el carisma de las estrellas y lo que éstas le ofrecen a los personajes.
No exactamente. Porque en cada película varía la relación entre los personajes. Ante un marco parecido, las dinámicas varían, y eso es lo que define a un buen guión. Por tanto, hay que centrarse en los personajes, darles dimensión, fuerza, buenos diálogos. Y otra cosa más, en el género dramático hay que ponerlos en peligro. Sólo hay acción y dinamismo si existe peligro.

Creo que eso coincide con una de sus frases más famosas...
Adivino la frase a la que se refiere. “Una buena película son tres buenas escenas y ninguna mala”. Me alegra ver que ha trascendido. Ya la he oído varias veces por parte de gente joven como usted.

Es usted un genio pero tiene una gran capacidad para simplificar...
Es el resultado de mi experiencia. Pero, al final de todo, el cine es un negocio, un placer. Nunca he considerado mi oficio como un arte. Solo creo en contar una historia y contarla bien. Que cree entretenimiento.

Pero usted es venerado por todos los sectores de la industria. Algunos consideran que ha logrado el éxito porque consiguió tocar una fibra de la psique americana que pervivirá eternamente...
Son bonitas palabras y muy probablemente son ciertas. Pero yo nunca he buscado esa trascendencia de forma consciente. Esas interpretaciones han venido después. Los entendidos y algunos de mis colegas han analizado mi trabajo y han visto cosas maravillosas que yo no planifiqué en su momento pero que surgieron, de forma espontánea, al juntar los diferentes elementos de una película.

Qué me dice de esta frase: “Hawks sabe penetrar en los arquetipos humanos, tiene un sentido casi impecable para percibir las contradicciones de la naturaleza humana en su forma mítica.”
Refleja con precisión, pero de una forma demasiado poética, mi constante atención a los personajes. Con ellos siempre me he volcado y he profundizado todo lo posible. Además, he tenido la suerte de contar con actores maravillosos que siempre han mejorado el material que les ofrecía. Y, por cierto, sé quien pronunció esa frase. Es un crítico y aspirante a director a quien yo apoyo mucho.

Peter Bogdanovich...
El mismo. Un buen tipo.

Hábleme de Humphrey Bogart.
Era facilísimo trabajar con él. Sin él no podría haber hecho lo que hice con Bacall en Tener y no Tener. No hay muchos actores que estarían dispuestos a quedarse mirando mientras una chica se adueña de la escena. Pero él se enamoró de ella y ella de él, y así resultó más fácil.

Usted descubrió a Lauren Bacall...
Sí, de hecho mi esposa me la enseñó en una foto de revista. Era modelo en Nueva York. Reconocí al instante que la cámara podría adorarla así que la hice venir a Los Angeles para hacerle una prueba. Y resultó que, además de belleza, también tenía un instinto natural para la interpretación.

Y hablando de bellezas, usted dirigió a Marilyn Monroe en “Los caballeros las prefieren rubias”, su único musical. ¿ Cómo fue la experiencia ?
Nunca había hecho un musical y quería probar, al menos una vez. Tuve carta blanca y la película tenía los ingredientes que yo consideraba necesarios en un musical. Era un buen material, procedía de una obra de teatro interesante. Y estaba Jane Russell, a la que quiero mucho. Así que la cosa fue fácil.

He leído, en una biografía de Darryl F. Zanuck, que usted no dirigió los grandes números musicales...
Es totalmente cierto. Me negué desde un principio. Siempre me ha parecido que las grandes escenas de musicales vulgarizan una película. Y no quería estar presente ante tal descalabro.

Pero hay números musicales en la película absolutamente míticos como el “Diamond’s are a girl’s best friend”...
Sí, quedó bien pero qué quiere que le diga, a mi todas estas secuencias me parecen vulgares. Además, Marilyn era muy vulgar.

¿ No le reconoce usted talento para la comedia ?
Desde luego que sí, tenía que ensayar y trabajar más que Jane Russell pero cuando lo hacía bien, seducía a la cámara. Sin embargo, creo que nunca pudo sacudirse esa vulgaridad, esa falta de clase y elegancia. Aunque debo decir, por otra parte, que en el rodaje se comportó bastante bien. Yo no tuve demasiados problemas con ella. Era una chica que tenía un enorme complejo de inferioridad pero supe encontrar la forma de tranquilizarla y cantó maravillosamente sus piezas en las sesiones de grabación. Vivía asustada todo el tiempo. En cierto modo, me daba pena y lamenté mucho su desaparición.

Una última pregunta sobre esta película. ¿ Quién dirigió las grandes escenas musicales?
Se las dejé al coreógrafo Jack Cole, que era uno de los mejores en este negocio.

Así que usted quería hacer un musical a su manera...
Sí, me gustó la idea de crear la película, definir su estructura y trabajar ciertas escenas. Quería tener esa experiencia pero sin pasarnos. Me podía permitir ahorrarme lo que no me interesaba y así lo hice.

Rio Bravo...
Tal como lo dice, entiendo que le gustó la película...

Es una de mis favoritas.
Bueno, creo que en ella confluyeron muchas cosas positivas. Por un lado, yo llevaba un tiempo sin hacer películas, había descansado y venía con ideas nuevas. Tuve que convencer a Jack Warner porque él me decía que no me convenía hacer un western en ese momento. Yo le respondí: “Sí que me conviene”. Y en ese momento terminó la discusión.

Ha tenido usted un poder tremendo ante los jefes de estudio...
Sí, así ha sido desde 1931. Me lo gané tras años de dar éxito tras éxito a los estudios en que trabajé. Por otra parte, nunca he creído en los contratos. Nunca he trabajado por contrato. Por eso puedo elegir mis proyectos. En la Metro no aceptaron mis condiciones y por eso no he trabajado para ellos en los últimos treinta años. ¿ Pero no estábamos hablando de Rio Bravo ?

Sí claro... tal como decía usted antes volvió a la silla de dirección con mucho ímpetu, con fuerzas renovadas... la primera escena de la película, donde no hay diálogo pero entendemos rápidamente las motivaciones de los personajes, me parece sensacional.
Es que John Wayne es sensacional y Dean Martin también es un gran intérprete. Definimos muy bien a los personajes, sabíamos que Duke era un sheriff de un pueblo muy duro donde había gente rica y malvada. Y Dean Martin era un alcohólico muy tirado, pero amigo del sheriff. Y aun así, el amigo era capaz de darse la vuelta y pegarle un puñetazo al sheriff porque le habían pillado. Todo eso está ahí, sin palabras, pero llega al espectador por la calidad de los actores que lo interpretan.

Se explican anécdotas sobre la forma en que surgió la interpretación de Martin en la película. Y también se habla de las improvisaciones...
Iré por partes. Dean afrontó el papel con la idea de interpretarlo como un borracho de discoteca, demasiado contemporáneo. Yo le propuse otra idea. Le dije que actuara como si tuviera calambres en las piernas, lo que daría la impresión de estar a punto de caerse continuamente. Él lo interiorizó y salió fantásticamente bien. Creo que hasta entonces Dean creía que no era buen actor. Rodando Rio Bravo se dio cuenta de lo contrario. Trabajó mucho y practicó con el manejo del arma hasta conseguir hacerlo bien. Hay una máxima en este negocio, los que son buenos trabajan.

¿ Y las improvisaciones ?
Cuando tienes a gente de tanto talento en un set de rodaje, lo mejor es aprovecharse del torrente de ideas que van surgiendo y aprovechar las mejores. En Rio Bravo hay dos situaciones claras. La primera se debe a la creatividad de Dean. Sugirió que, para mostrar mejor las dificultades por las que atravesaba su personaje al no beber alcohol, le costara enormemente liar un cigarrillo. En la escena vemos como cada vez que lo intenta es Wayne el que le pasa un cigarrillo detrás de otro. Eso nos sirvió para explicitar, con un pequeño signo, lo amigos que son en la película.
Y la segunda se debe a Walter Brennan, gran actor y magnífica persona. Como su personaje tenía el carácter más irónico de todos, se le ocurrió burlarse del personaje de Wayne imitándolo. Me pareció fantástico y lo incluimos en la película.

Así se vengaba por tener que estar encerrado en la comisaría vigilando a Joe Burdette...
Así es. Al viejo Stumpy se le niega la acción hasta el final.

¿ Qué puede decirme sobre la película que está rodando ahora en estos magníficos estudios ?
El Dorado es un western en la línea de Rio Bravo, con puntos en común en la relación entre personajes.

¿ No le preocupa repetirse ?
No lo veo así. Yo lo enfoco de otra forma. Cuando ves que una cosa funciona... ¿por qué no repetir ?. Además, en esta película vamos a tratar el tema del alcoholismo en clave de comedia. Ya hemos hecho algunas escenas en las que Bob Mitchum está consiguiendo lo que queríamos cuando creamos al personaje.

¿ Cómo le llegó el proyecto ?
El estudio me envió la novela en la que se basa y me gustó. Llamé a Leigh Brackett y le encargué que escribiera el guión. Ella sabe lo que me interesa y cómo quiero expresarlo así que preparó un guión con muchos cambios pero que preserva la esencia de la relación entre los personajes que interpretan Wayne, Mitchum, y Jim Caan.

Me atrevo a decir que usted y John Ford son los forjadores del icono cinematográfico que es John Wayne...
Yo no diría tanto aunque es cierto que los dos hemos trabajado mucho con él en grandes películas. Por mi parte, lo que puedo decir sobre Duke es que es la persona con la que mejor y más fácil he trabajado durante toda mi carrera. Nunca se queja, lo afronta todo y siempre lo hace bien. Además es una guía constante para el resto de actores en el rodaje. Es un intérprete fantástico, con una personalidad arrolladora. Mantiene a todo el equipo unido, y se gana a la gente con su honestidad y solidez. Y en pantalla, es capaz de hacer creíble cualquier cosa.

Esperaba poder conocerle en este viaje pero me temo que no será posible.
Quédese unos días, seguro que su editor lo comprenderá. Además, tiene que darme tiempo para que pueda leer su guión.

¿Quiere leerlo? pensaba que no le interesaría...
No se haga ilusiones, es usted muy joven y seguro que su guión ya no concuerda con mis gustos. Pero le echaré un vistazo y después haré que mi agente se lo pase a algún ejecutivo de la nueva generación. Hay un tipo nuevo en Paramount, un tal Robert Evans, que está subiendo como la espuma. Pronto será jefe de producción. Ese es el tipo de persona que debe leer su libreto.

Estoy muy agradecido señor Hawks, no sé que decirle...
No tiene que decirme nada más. Siempre he creído que hay que ayudar a la gente joven con talento. A mí también me echaron una mano en mis inicios. En esta industria hay que empezar con algún apoyo porque de otra forma no pasará usted de joven promesa.

Trabajando en esa revista me estoy consumiendo...
Lo entiendo. Tal como le decía antes, quédese un par de días, conozca a los actores, el lunes estarán todos aquí. Y, dentro de un tiempo, venga a verme otra vez, charlaremos. Ahora, si me disculpa, mi hijo necesita de mis servicios... creo que su moto ha vuelto a fallarle. Déjele a Bill una copia de su guión. Él me lo hará llegar.


Y con la misma sencillez con la que apareció en escena, Howard Hawks se marcha caminando, con su aire distinguido, hacia las dunas donde su hijo acaba de sufrir una leve caída. Se me han quedado muchos temas pendientes pero eso es bueno. Los seres humanos siempre nos dejamos cosas en el tintero. Es la forma que tenemos de volver a hacer aquello que nos gusta. Además, salgo con una posibilidad de futuro para mi guión. Pienso en mi editor al que tanto he descalificado. Al final resultó que me apreciaba....

Consulta otras entrevistas imposibles con Stanley Kubrick y John Huston.

4 de juliol del 2012

The Amazing Spider-man: fun... but not amazing


Sony Pictures recaudó 2500 millones de dólares con las tres entregas de Spider-man que dirigió Sam Raimi y protagonizó Tobey Maguire. Cuando las circunstancias no fueron favorables a la continuidad de esta franquicia, tal como estaba planteada, los ejecutivos de la major decidieron poner en marcha un reboot a pesar de que solo habían transcurrido cinco años desde el estreno de la última entrega. 

Conscientes de que el público tendría muy presente la trilogía de films precedentes, decidieron basar el reboot en un guión de James Vanderbilt que proponía un nuevo origen para el personaje y resituaba al superhéroe en el inicio de sus aventuras como salvador de la Gran Manzana. Alvin Sargent (responsable de los guiones de las películas previas) y Steve Kloves (conocido por su trabajo en Harry Potter) reescribieron el libreto y aportaron otros elementos para distanciar aún más al film del recuerdo anterior.

Tras confiar la dirección a uno de los realizadores jóvenes más talentosos del momento, Marc Webb, y elegir a Andrew Garfield como nuevo Peter Parker, todo quedó preparado para construir una película que fuera capaz de volver a romper taquillas a beneficio del estudio de Culver City.

Tras ver el resultado final, no tengo dudas al respecto de que lo mejor de este proyecto es el nuevo planteamiento argumental que se aproxima al personaje aportando otro punto de vista. El inicio es muy prometedor gracias a la inclusión de un tema que nunca se trató en las películas de Raimi y que, si está bien aprovechado, puede incluso servir para secuelas posteriores a The Amazing Spider-man. La estrategia de Sony Pictures, al promocionar el film con el tagline "The Untold Story", cobra sentido.

Al cambio en el planteamiento se le unen otras modificaciones más puntuales como la ausencia de personajes (Mary Jane Watson, Harry Osborn, y J. Jonah Jameson, entre otros), la aparición de Lizard como villano, y la recuperación del lanzaredes, tan clásico en los cómics, en perjuicio de la innovación que supuso la tela de araña orgánica (una aportación que se debe a James Cameron, por cierto).

Pero este prometedor inicio pronto se diluye cuando llegamos a una trama argumental que gana enteros en la convencionalidad, e incluso en la repetición, a medida que avanza el metraje. La conclusión recuerda excesivamente lo visto en las películas precedentes y la sensación de desazón se va apoderando del espectador.

Ahora bien, hay que reconocer que es extremadamente difícil plantear una nueva propuesta sobre el trepamuros con tan poco margen de tiempo respecto al trabajo que Raimi llevó a cabo exitosamente a nivel comercial. Marc Webb apuesta por una visión más fresca, juvenil, y menos intimista que la de su predecesor y eso le da un aire más entretenido y dinámico al film. El público más joven va a disfrutar enormemente e incluso sintonizará más con la forma en que Andrew Garfield interpreta a Peter Parker. El taquillazo es bastante previsible y, por ello, es muy importante que la gente no abandone la sala al iniciarse los títulos de crédito finales. Hay una escena que recupera el leitmotiv inicial del argumento y que nos avisa del camino que se puede trazar en el futuro. Recordad que no he citado a Norman Osborn entre los personajes ausentes. El magnate de Oscorp nunca aparece en pantalla pero su presencia flota en el ambiente...

3 de juliol del 2012

San Diego Comic Con 2012


Una vez más, llega la San Diego Comic Con para iluminar, con sus apabullantes paneles, un escenario en el que se mostrarán los proyectos de futuro más interesantes en los géneros de la fantasía, la ciencia ficción y la acción; tanto en cine como en televisión.

Entre el gran número de panels que poblarán la convención, del 12 al 15 de julio, destacan las siguientes presentaciones:

- Screenings de nuevas series que inician su andadura en septiembre: Arrow (CW), 666 Park Avenue (protagonizada por Terry O'Quinn y Vanessa Williams - ABC), The Following (con Kevin Bacon y James Purefoy - FOX), y Revolution (el nuevo proyecto de JJ Abrams para NBC).

- The Expendables 2. Sylvester Stallone y sus mercenarios irrumpen de nuevo en la Comic Con para presentar la esperada secuela del hit de 2010. Dolph Lundgren, Terry Crews, Randy Couture, Jean-Claude Van Damme, y el mismísimo Arnold Schwarzenegger acompañarán a Sly en el panel.

- Dexter. Proyección de los dos primeros minutos de la esperadísima season premiere (séptima temporada) y panel posterior con Michael C. Hall, Jennifer Carpenter, y una de las nuevas incorporaciones: Yvonne Strahovski.

- The Big Bang Theory. Un acontecimiento que nunca puede faltar en San Diego. Jim Parsons, Johnny Galecki, Kaley Cuoco, Simon Helberg, Kunal Nayyar, Mayim Bialik, Melissa Rauch, y los productores Chuck Lorre, Bill Prady, y Steven Molaro, partiparán en uno de los panels que acumula más asistencia.

- Juego de Tronos. Tras el éxito del panel del año pasado, la serie estrella de HBO vuelve a San Diego para un Q&A que dará pistas sobre el desarrollo de la tercera temporada.  Los showrunners David Benioff y D.B. Weiss estarán acompañados por Alfie Allen (Theon Greyjoy), Emilia Clarke (Daenerys Targaryen), Michelle Fairley (Catelyn Stark), Kit Harington (Jon Snow), Lena Headey (Cersei Lannister), y Richard Madden (Robb Stark). Tal como ocurrió en la edición anterior, George R.R. Martin moderará el debate.

- Sony Pictures presenta tres de sus más esperadas producciones en el terreno de la ciencia ficción:
  • Total Recall. El director Len Wiseman acompañará a Colin Farrell, Kate Beckinsale, Jessica Biel, y Bryan Cranston para un Q&A sobre este próximo estreno.
  • Looper. Joseph Gordon-Levitt, Emily Blunt y el director Rian Johnson compartirán sus experiencias con los asistentes.
  • Elysium. Tras el éxito inesperado de Distrito 9, el surafricano Neill Blomkamp presenta su nueva película junto a Matt Damon y Jodie Foster.
- Django Unchained. Quentin Tarantino y algunos miembros del reparto (aún no confirmados) presentarán un sneak peek de la película y responderán a las preguntas de los seguidores expectantes.

- Warner Brothers presenta uno de los títulos más potentes de este 2012 (The Hobbit: An Unexpected Journey, de Peter Jackson), y dos de los bombazos anunciados de 2013: Man of Steel, de Zack Snyder y Pacific Rim, de Guillermo Del Toro.

- True Blood cumple con su cita anual en la San Diego Comic Con. Gran parte del reparto acompañará a Alan Ball para someterse a un Q&A con los aficionados.

- Presentación de Iron Man 3. Mientras continúa el rodaje de la película en Wilmington (North Carolina), Kevin Feige (y otros invitados no anunciados) se desplazarán a San Diego para ofrecer un inside look a la nueva producción de Marvel Studios.  

- Los moteros de Sons of Anarchy aparcan en la Comic Con para explicar algunos detalles de la nueva temporada. El showrunner Kurt Sutter estará acompañado por la plana mayor del reparto.