10 d’abril del 2015

Entrevista imposible con... Stanley Kubrick. Por Francesc Marí

Tenía que acostumbrarme, eso de ir por el otro lado de la carretera resulta extraño para cualquiera. Metido en un 2 CV de finales de los cincuenta, una tartana, circulaba por el lado izquierdo de la carretera. Hacia apenas unos treinta minutos que había salido de la congestión londinense y ahora me dirigía a mi destino, una casona en mitad del campo de Hertfordshire. Me desvío y empieza mi tortura, un camino de grava, donde las ruedas del pequeño utilitario francés resbalan y hacen golpear una tras otra todas las piedras del sendero. Al fin logro detener el vehículo delante la puerta de la casa, salgó de él pero antes de tener tiempo de llegar a la puerta, tras ella aparece una cara conocida. Es Christiane, la mujer de mi entrevistado. Tras un amigable saludo, aún me recordaba de cuando perseguía a su marido en los estudios Shepperton durante el rodaje de ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (Dr. Strangelove, 1964), me conduce por los confortables pasillos retocados de madera. Tras cruzar un par de puertas y subir algún tramo de escalera, me abre una puerta dándome paso. En su interior tan solo se ve una sombra frente a unas pantallas, a la vez que me pregunta que quiero con el té ¿leche o limón? Es entonces cuando la luz de la habitación se enciende y una voz agradable pero firme dice: “Es español, tráele café”. Sentado en una silla giratoria y con la mesa de montaje a sus espaldas, apareció Stanley Kubrick.



Muchas gracias, aunque no me hubiera molestado…

Perdona pero hace tanto que vivimos en Inglaterra que olvidamos que la gente viene de otros sitios. Tú eres ese historiador y periodista verdad, ¿cuantos años hace que me vienes detrás?

Desde 1964 que le persigo para una entrevista…

Bueno, pues aquí me tienes.

Hablando de eso, ¿por qué este hermetismo?

Yo trabajo, yo vivo, yo hago cine, todo lo demás no importa. Además, cómo quieres que sorprenda al público si desde el minuto uno de rodaje os tengo a todos encima.

Creo que en cuanto a sorpresa no le faltan recursos…

Te refieres a mi último film ¿verdad?

Sin duda, pero antes. ¿Cómo consigue…

¿Saber qué vas a decir? Todo se trata de previsión y estrategia como en el ajedrez. Tranquilo no lo haré más.

Cine negro, cine épico, cómico, ¿cómo encaja "2001: Odisea en el espacio" en su filmografía?

Encajará cuando no me queden géneros por rodar.

Ya, pero ¿por qué la ciencia ficción?

Hijo, no le des demasiadas vueltas. Los entendidos querrán decir que tras este film hay una mente atormentada por el pasado, o una oscura faceta de su creador. Pero como puedes comprobar soy feliz y no tengo problemas, tan solo hago el cine que quiero hacer cuando lo quiero hacer.

Es decir, un carpe diem cinematográfico ¿no?

Más o menos.

¿A qué se refiere con los entendidos?

Críticos, teóricos, actores con cerebro, y cineastas carentes de él. Son ellos los que te impiden crear, la famosa “Meca” no es una casa de artesanía, es una fábrica de productos en serie.

¿Quiere decir que Hollywood ya no reluce tanto como antes?

Sin duda alguna, los años dorados han pasado y ahora ya nada sorprende, y lo que sorprende se tapa.

Respecto a eso, muchos hablan de usted como un renovador ¿usted lo cree?

De momento parece que sorprendo y hago que la gente hable cuando sale del cine. Algo es algo. Por cierto, tutéame, me hace parece demasiado mayor.

Hace poco estrenaste una película de más de dos horas de duración, pero con tan solo cuarenta minutos de diálogos, ¿por qué?

La imagen también es diálogo, un diálogo visual que el espectador puede captar de la misma forma que el hablado, incluso con más matices ya que cada mente puede comprender una escena de uno u otro modo.

Si te soy sincero, ni entendí la película ni me acabó de gustar.

Enhorabuena, eres el primer valiente. [Una sonrisa se describió en su cara, relajando su mirada.]

¿Valiente?

Hasta ahora no he recibido más que elogios respecto al film, y las críticas que se han hecho han sido desde el conocimiento. Eres el primero que me dice abiertamente que no entendió el film. Bravo. 
¿Quieres saber algo?

Por supuesto…

A mí tampoco me gustó. A pesar de presentarla, cuando la volví a ver, le encontré muchos fallos.

Lo que no me podrás negar es que eres perfeccionista.

Eso es lo que dicen todos, también dicen que soy temido por los actores y el resto del equipo. En realidad disfruto con mi trabajo y lo quiero hacer bien, y si por ello soy perfeccionista, pues lo soy.

Tal vez temido no lo serás, pero bien conocidas son sus, digamos, desavenencias con algunos actores.

Sin duda. Pero es normal, en el plató se tiene que debatir, hablar, y preguntar siempre el por qué. Lo que sí está claro es que el director, como su nombre indica, dirige, y los demás a pesar de mostrar sus opiniones tienen que aceptar las decisiones del máximo responsable de una película.

En numerosas ocasiones has tenido que lidiar con el carácter de los actores, ¿cuál ha sido el peor?

Dejando de lado las discusiones con Marlon Brando, que me llevaron a abandonar la dirección de El Rostro Impenetrable, el peor ha sido Peter Sellers en ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú.

¿Sellers? ¿A qué fue debido?

Por un lado es un tipo maravilloso, trabajador y me entendía con él. Pero por el otro parece que sus personajes le hayan poseído. Aún no habíamos acabado de grabar las escenas del Capitán Lionel Mandrake, que ya empezaba con el Presidente Muffley, y del mismo modo con el Doctor Strangelove. Incluso llegó al extremo de querer interpretar casi todos los papeles de la película. Yo lo veía capaz, pero para el público hubiera sido una locura ver tan solo a Peter Sellers durante hora y media. Además, yo no lo había previsto así.

Cambiando de tema ¿en qué estás trabajando?

Ahora mismo, como bien sabrás pero educadamente preguntas, estoy realizando la pre-producción de la que, sin duda alguna, será mi mayor y mejor película. Una película sobre Napoleón.

¿Cómo es que un norteamericano, afincado en Inglaterra, decide hacer un film sobre un héroe francés?

En pocas palabras, soy raro.

No en serio…

Primero me reafirmo, soy raro. Después, hará unos años leí una pequeña biografía del personaje, cuyo autor no recuerdo, y quedé fascinado por el personaje, su vida, su éxito y su desdicha. Incluso me sentí identificado en su forma de ser. Simplemente quedé cautivo y me dije “Stan, cuando puedas, tiene que llevar esto a la gran pantalla”.

Intentaré reformular la pregunta. ¿Por qué una película sobre Napoleón?

Haría falta toda nuestra entrevista para responder a esta pregunta. Primero, me fascina. Se ha descrito su vida como un poema épico de la acción. Su vida sexual era digna de Arthur Schnitzler. Él formaba parte de aquellos hombres, raros, que sacuden la historia, moldean el destino de sus épocas y de generaciones futuras. En términos concretos, nuestro mundo es el resultado de Napoleón, tanto como el mapa geopolítico de Europa es el producto de la guerra.

Y, por supuesto, nunca ha habido una película válida o exacta sobre él. Encuentro también que todas las preguntas que le conciernen son extrañamente contemporáneas: la responsabilidad del poder y su abuso, la dinámica de la revolución social, la relación del individuo hacia el Estado, la guerra, el militarismo… No será entonces un gran espectáculo polvoriento, sino una película sobre las preguntas fundamentales de nuestra época como aquella de Napoleón. Pero, a parte de estos aspectos de la historia, la existencia misma de Napoleón posee la fuerza y las peripecias para hacer una biografía extraordinaria. Toma solo su relación con Josefina por ejemplo y tienes allí una de las grandes pasiones obsesivas de la historia.

Tal vez sabrás que una vez Napoleón dijo “Quel roman ma vie!”, ¿crees que si viera tu película diría “Quel film mon existence!”?

No lo sé. Pero realmente me gustaría que fuera así.

Muchos de tus films han visto la luz gracias a que leíste un libro. Por simple curiosidad, ¿qué libro tienes ahora entre manos?

Pues hace pocos días Terry Southern me regaló La Naranja Mecánica, de Anthony Burgess. Aún no lo he empezado pero creo que me va a durar muy poco.

¿La veremos dentro de poco en la gran pantalla?

No lo sé, eso te lo podré decir cuando la haya leído. Pero leyendo de qué va, sin duda hay un filón argumental.

Volviendo a Napoleón. Una de las partes más importantes de un film sobre un personaje en concreto es su protagonista, ¿ya has pensado en alguien?

Hay muchas opciones, una de las más atractivas es ese joven actor, Jack Nicholson. Me gustaría trabajar con él.

¿Ya ha habido algún contacto?

Mi fama me precede, y este comentario ya lo he hecho en diversas ocasiones, y por supuesto ha habido un contacto y él está claramente interesado. Pero no quiero concretar ni con él ni con nadie hasta terminar la pre-producción.

¿Cómo lo descubriste?

No lo recuerdo. Lo que sí recuerdo es cuando pensé en él para el papel de Napoleón. Hará unos siete años interpretó a un teniente del ejército napoleónico en un film de terror bastante modesto, El terror, donde se puede ver que las similitudes y las posibilidades son infinitas.

Y ¿cómo va la pre-producción?

Has llegado tarde, hace unas horas había aquí un sastre y un modelo que me han mostrado los diseños de la ropa que puede que utilice para el film. Si no hay impedimentos a principios de año empezaremos el rodaje en Rumanía.

¿Por qué en Rumanía?

No sabes lo difícil que es encontrar tropas y caballería que se preste a rodar un film. [El sarcasmo era más que evidente en su voz].

¿Qué tipo de investigación se debe realizar para llevar a cabo un película como esta?

Primera etapa: he leído todo lo que he podido encontrar sobre Napoleón. Me he introducido completamente en su existencia. He recorrido muchos centenares de obras sobre el tema, desde obras inglesas y francesas de la época hasta las biografías modernas. He obtenido todos esos libros para establecer la búsqueda. He dividido el tema por categorías, desde sus gustos culinarios hasta el clima del día de sus batallas; he construido un índice cruzado de todas las informaciones para crear una base de datos completa. Además de mis propias lecturas, he podio establecer una relación de trabajo con el profesor Felix Markham, de Oxford, un especialista de Napoleón desde hace treinta y cinco años, uno de los expertos mundiales. Está listo para responder a todas mis preguntas, a propósito de todos los libros que he leído o cualquier otra interrogación.

Estamos también creando maquetas de vehículos, de armas, de uniformes de la época, que haremos producir en grandes cantidades. Todos son copiados de los cuadros pictóricos o de descripciones detalladas de la época y éstas son exactas hasta el mínimo detalle. Ya hay veinte personas que trabajan a tiempo completo en la preparación de la película.

¿Qué películas sobre Napoleón has visto?

He intentado ver todas las películas filmadas sobre el tema, y debo decir que no encuentro ninguna que sea particularmente impresionante. He visto recientemente la película de Abel Gance, que, con los años, ha adquirido una reputación entre los cinéfilos, y no la encontré muy mal. Gance estaba técnicamente adelantado en su tiempo; introdujo técnicas nuevas muy inventivas. Eisenstein declaró que Gance hizo nacer en él su interés por la edición. Pero, en lo que corresponde al guión y a los actores, la película es bastante rudimentaria.

¿Qué opinas de la versión rusa de Guerra y Paz?

Está un poco por encima de las otras, y contiene algunas buenas secuencias. Pero no puedo decir que me impresionó. Hay una escena en particular que admiro: el Zar hace su entrada a un baile, todo el mundo se precipita para ver que hace, y luego se aleja febrilmente cuando él regresa. Esta escena captura la realidad de una situación. Por supuesto, la visión que Tolstoi da sobre Napoleón está tan lejos de una visión objetiva de historiador que no puedo culpar al director por la descripción que hizo. La película es decepcionante, y mas aún cuando tenía el potencial para no serlo.

¿Sabrás que Sergei Bondarchuk y Dino De Laurentiis están preparando un film sobre Napoleón?

Desde luego. Pero tan solo será la narración de Waterloo. Además, claramente se ve que destrozarán al personaje en favor de sus enemigos. Tan solo espero una cosa.

¿El qué?

Que su film no sea un fracaso.

¿Por qué?

Porque sino los precedentes para mi producción serán demasiado malos para que mi proyecto siga adelante.

¿Tanto miedo tienes que haya algún problema?

Todo cineasta sensato lo tiene que tener. Y tengo claro que no podré llevar a cabo todos mis proyectos.

Entonces, ¿te gustaría que otros lo hicieran por ti?

Llegados al caso, si el responsable decide seguir mis directrices o mis pautas para realizar algo que yo imaginé, sí. Si por el contrario, tan solo es para subtitular la película con un “La película que Stanley Kubrick imaginó” o algo por el estilo, que solo sirva para aumentar el caché del director, sin duda, no.

Es decir, ¿no quieres que lo hagan por dinero?

Hoy en día todo se hace por dinero, pero la verdad es que lo que debería convencerles sería llevar a cabo mi sueño, no la cantidad del talón al final de mes.

¿Aceptarías un proyecto por dinero?

Ya lo he hecho. Espartaco la acepté por dinero, pero también para hacer un favor a Kirk. Sabía que si esa súper-producción hollywoodiense llegaba a triunfar con mi nombre bajo el título, conseguiría hacer todo lo que quisiese. Y más o menos así ha ocurrido.

De tu filmografía ¿cuál crees que es tu mejor película?

Lo mejor está por venir.

Señor Kubrick…

Stan, por favor.

Stan, en serio.

De todas ellas, sin duda, la mejor es…

Fue entonces cuando su mujer entró con una bandeja, con tazas de café para los tres. Evidentemente, había dejado que hablara con su marido y descubriera que tras sus obras cinematográficas hay un hombre sencillo, trabajador y que disfruta con su trabajo. Ambos me invitaron a cenar y pasar la noche en esa acogedora casona típicamente inglesa. Sin duda, lo mejor estaba por llegar.


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