27 de juny del 2011

La Mansión Wayne en The Dark Knight Rises


Hace unas semanas, el equipo de rodaje de The Dark Knight Rises, capitaneado por Christopher Nolan, estuvo rodando escenas interiores en Osterley Park, una mansión del siglo XVI situada en el barrio de Hounslow, dentro del conocido como Greater London.

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Los interiores de Osterley Park serán los que aparecerán en la nueva película de Batman cuando la acción se sitúe dentro de Wayne Manor.

Para las tomas exteriores, sin embargo, se ha elegido otra localización. Se trata de Wollaton Hall, en la región de Nottingham. Construida entre 1580 y 1588, esta imponente mansión recibe mucha atención durante estos días. En su exterior, el equipo de decorados ha situado el que sería el cementerio familiar de los Wayne. Varios scoopers aseguran que Christian Bale ha rodado una escena en la que observa atentamente la tumba de sus padres.

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Recordemos que en Batman Begins (2005), la Mansión Wayne era incendiada por los lacayos de Ra's al Ghul y se veía reducida a cenizas. El propio Bruce Wayne manifiesta su intención de reconstruirla piedra a piedra al final del film. En The Dark Knight (2008), Wayne y su inseparable mayordomo, Alfred, viven en un ático del centro de la ciudad de Gotham, mientras las obras de reconstrucción siguen su curso.

En Batman Begins, la mansión utilizada fue Mentmore Towers, en la región de Buckingham.

20 de juny del 2011

Maestros de la escenografía: Cedric Gibbons

Junto a Johnny Weissmuller en el rodaje de Tarzan y su Compañera (1934)


Austin Cedric Gibbons (1893-1960) es uno de los nombres más ilustres de la historia de Hollywood. Fue el pionero del diseño escenográfico a gran escala y su contribución fue esencial para la expansión del séptimo arte.

Nacido en Dublín, emigró muy pronto con sus padres a Estados Unidos. Iniciado en el mundo del diseño por su padre arquitecto, pronto desarrolló sus aptitudes en varias academias artísticas. Su creatividad rebosante le llevó al incipiente Hollywood de 1915. Fue contratado por los Edison Studios para los que diseñó su primera escenografía en 1919.

Tras el cierre de los estudios Edison, pasó a trabajar para Samuel Goldwyn dándose a conocer ante Louis B. Mayer, que le contrató en exclusiva para la MGM a partir de 1924. Hasta 1956, año de su retirada, Gibbons diseñó la escenografía en más de 1000 películas de la Metro. Su visión arquitectónica del espacio y los enormes recursos del estudio permitieron que pudiera diseñar decorados de gran profundidad y lujo sacudiendo el panorama cinematográfico de su época. Los films de la Metro (y en particular sus famosos musicales) consiguieron impactar fuertemente en el público afianzanado la posición del estudio como emblema de la era dorada de Hollywood. Trabajó con los mejores y dio lo máximo para crear escenarios fílmicos inolvidables. Repasar su lista de películas es como trazar una parte de la historia del cine entre la década de los 20 y la de los 50.

Por sus espléndidos trabajos, Cedric Gibbons fue nominado a los Oscar 39 veces, ganando 11 por los decorados de las siguientes películas: El Puente de San Luis Rey (1929), La Viuda Alegre (1934), Orgullo y Prejuicio (1940), De Corazón a Corazón (1941), Luz que Agoniza (1944), El Despertar (1946), Mujercitas (1949), Un Americano en París (1951), Cautivos del Mal (1952), Julio César (1953), y Marcado por el Odio (1956).

Gibbons también fue uno de los 36 miembros fundadores de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas en 1927. Se le acredita, además, como el principal diseñador de la clásica estatuilla de los premios Oscar.

Su nombre está grabado en letras de oro al ser considerado el creador del diseño escenográfico exclusivo para el cine. Cuando llegó a Hollywood, la creación de decorados era una actividad residual en la industria pero, con su trabajo, amplió los horizontes del sector y rompió las barreras que atenazaban la evolución de los grandes espacios de rodaje. Los que vinieron detrás le deben mucho y no es de extrañar que fuera de los primeros en ser nombrado para el Arts Directors Guild Hall of Fame.

15 de juny del 2011

Rodando en LaSalle street


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Tras conocer Union Station, seguimos con otra ubicación emblemática de la ciudad de Chicago. Se trata de South LaSalle Street en su confluencia con el Chicago Board of Trade.

Después del juicio en el que Al Capone resulta condenado por evasión de impuestos, Eliot Ness deja su puesto en la unidad especial que dirigía. A la salida, un periodista le pregunta qué va a hacer si, como se rumorea, la Ley Seca está a punto de abolirse. Y éste responde: "me tomaré un trago". Entonces, sale caminado por la calle y vemos como se encamina por LaSalle Street en dirección a la Cámara de Comercio.

Los responsables de la película Los Intocables decidieron utilizar este escenario como centro neurálgico del film. No hay que olvidar que la primera redada exitosa del grupo se produce cuando Malone les conduce a un sótano del edificio que está justo delante de la comisaría. Los cuatro agentes sólo tienen que cruzar la calle para descubrir una destilería ilegal en la que irrumpen de forma contundente. Y es que el edificio Rookery fue el que sirvió como comisaría central. Su entorno le daba un innegable atractivo que iba a ser muy bien captado por la cámara además de ofrecer una profundidad de campo magnífica.

El Rookery building fue construido en 1888 y su vestíbulo interior es obra de Frank Lloyd Wright. En 1975 obtuvo el reconocimiento del Registro de Enclaves de Interés Histórico. Actualmente, ocupan parte de su espacio instituciones bancarias como el BNP Paribas y el US Bank.

En cuanto al Chicago Board of Trade building, cabe decir que es uno de los grandes rascacielos art deco de los Estados Unidos. Fue construido en 1930 y forma parte del Registro de Enclaves Históricos desde 1978. En el cine, además de aparecer en Los Intocables (1987), también ha sido visto en Camino a la Perdición (2002) y, especialmente, en las dos entregas de Batman filmadas hasta ahora por Christopher Nolan, un hombre criado en la ciudad del viento.

En Batman Begins (2005) representaba ser la sede de Wayne Enterprises. Un lugar donde, además, confluían las diferentes redes del ferrocarril elevado de la ciudad de Gotham. El centro de control del suministro de agua de la ciudad también estaba situada en la Torre Wayne. Por ello el ataque de Ra's al Ghul buscaba concluir con la voladura del edificio.

En El Caballero Oscuro (2008), sin embargo, se decidió que el Richard J. Daley building haría las veces de Torre Wayne. En LaSalle Street se localizó una de las escenas cumbres del film: aquella en la que Batman, montado en el batpod, derriba el camión del Joker y luego tienen un "cara a cara" con el edificio de la Cámara de Comercio en el fondo del plano.


12 de juny del 2011

Poster retro especial para Captain America



En la Hero Complex Film Festival, que se celebra durante estos días en Los Angeles, se distribuirán 100 copias exclusivas del magnífico retro poster diseñado por Paolo Rivera para Captain America: The First Avenger.

9 de juny del 2011

Clásicos inmortales: Como un Torrente (Some Came Running, 1958)


Se abre el plano y vemos el interior de un autobús casi vacío en el que viaja un somnoliento pasajero vestido con el uniforme militar. La contundente música del maestro Elmer Bernstein nos alerta acerca del contenido eminentemente dramático del film. Sabemos que algo va a ocurrir cuando el misterioso transeúnte llegue a su destino. Y su destino es un pequeño pueblo de Indiana llamado Parkman, un triste "agujero" en el que no hay futuro ni posibilidades.

Nos preguntamos entonces... ¿por qué Dave Hirsch (Frank Sinatra) viene a un sitio como éste, haciendo el camino contrario de todos aquellos que quieren una vida mejor ? Pronto conoceremos la respuesta...

Este es el formidable inicio de Como un Torrente (1958), una magnífica película dirigida por Vincente Minnelli y protagonizada por Frank Sinatra, Dean Martin, Shirley MacLaine, y Arthur Kennedy. La cinta nos ofrece una de las mejores interpretaciones del genio de Hoboken aunque éste es un film que se ha revalorizado con los años. No suele ser tan reconocida como otras grandes películas del actor y cantante entre las que podríamos citar "De Aquí a la Eternidad", "El Hombre del Brazo de Oro", o "El Mensajero del Miedo". Entorno a este tema es interesante conocer que el mismo Sinatra solía considerar su interpretación en "Some Came Running" como la mejor de su carrera y lo defendía con la explicación siguiente: "Es la única película en que no me veo a mí mismo. Veo la película y no me reconozco, fue una de las pocas veces en las que conseguí interpretar a un tipo sin ninguno de mis trazos distintivos a nivel gestual."

Así pues, nos encontramos ante un film sumamente interesante, que nos introduce de lleno en la sociedad norteamericana de la postguerra (se ambienta en 1948), justo en los inicios de lo que se llamó el "American Way of Life". Los rendimientos económicos que siempre se obtienen cuando un país interviene en una guerra pero no la sufre en su territorio, permitieron que en Estados Unidos floreciera una potente clase media, vinculada a la indústria y al comercio. Una middle class acomodada, hipócrita y conservadora.

El auge de esta clase media supuso el triunfo de un modelo de familia presuntamente conservador que, en muchos casos, enmascaraba engaños, perversiones, y envidias. Una sociedad de "cuento de hadas" que tenía unos fundamentos endebles, siempre cubierta por el halo de la hipocresía y la vana ostentación. En ese contexto nos sumerge Como un Torrente.


Dave Hirsch vuelve a Parkman, después de 16 años de ausencia, con varias cuentas pendientes que atañen a su aburguesado hermano. Frank Hirsch (Arthur Kennedy) es un hombre que se vanagloria de haber alcanzado el éxito gracias a su esfuerzo personal. Administra un negocio próspero de joyería (que le llegó gracias a la herencia de su esposa), vive en una mansión, es respetado por la comunidad, y tiene una familia ejemplar. Pero con eso sólo rascamos la superficie. La llegada de Dave, un escritor fracasado que encontró en el ejército una vía de escape, supone para su hermano Frank una amenaza. Dave puede romper el esquema de vida idílico que su hermano tiene montado. A sus ojos, no es más que un descastado que pone en peligro todo aquello por lo que ha luchado.


Pero las intenciones de unos y otros no acaban siendo tan claras. Lo bueno de la película es que la trama se vuelve más compleja por la desviación de los personajes sobre el camino que parecían destinados a recorrer. Dave no es tan amenazante para Frank aunque su presencia parece despertar sentimientos ocultos que no tardará en explorar con una de sus empleadas, rompiendo así la hipocresía en la que se estaba convirtiendo su matrimonio.

El film es un retrato social, la radiografía de una época, y tiene la virtud de mostrarnos lo aparente y lo oculto, avanzándose a su época a la hora de enseñar determinados comportamientos. Basada en una novela de James Jones, los guionistas John Patrick y Arthur Sheekman realizan una magnífica labor de adaptación y construyen un guión sólido y rompedor dentro de lo que era la tónica moral del cine norteamericano en los 50. Vincente Minnelli, al que muchos conocen únicamente por sus musicales, confirma su innegable talento para expresar hasta donde llega el poder de las emociones humanas. En un año en el que realizó tres películas (y ganó el oscar por Gigi), Minnelli afrontó Some Came Running como un encargo de la Metro-Goldwyn Mayer. Pero pronto se olvidó de eso y quedó fascinado por el guión implicándose cada vez más y obteniendo uno de los mejores títulos de su dilatada y brillante carrera. Las relaciones con Sinatra no siempre fueron fáciles pero la sangre no llegó al río y hubo el entendimiento suficiente para mantener un rodaje tranquilo. Fue idea de Minnelli contratar a Dean Martin, gran amigo de Sinatra, para el papel del tahúr Bama Dillert, siendo ésta la primera vez que ambos coinciden en la gran pantalla.

Y en cuanto a Shirley MacLaine, nominada al Oscar por su interpretación de la joven de vida disoluta, Ginny Moorehead, sólo cabe decir que está impecable a pesar de ser uno de sus primeros papeles dramáticos. Suya es la mejor escena del film, aquella que transcurre después de que un relato corto de Dave haya sido publicado en una revista. Éste le recrimina que diga que le ha gustado cuando no ha entendido el contenido del cuento y ella se defiende diciendo: "es verdad que no lo he entendido, pero eso no quiere decir que no me guste...". Un razonamiento simple pero que sorprende por su enorme sinceridad y honestidad. Dave se queda pensativo y experimenta la misma sensación que tiene el espectador. En ese momento, se da cuenta de la bondad intrínseca de Ginny y empieza a ver que hay algo más en ella de lo que parece a simple vista.



Es curioso que el razonamiento de Ginny se sigue explicando en clases de narrativa y crítica cinematográfica. Es un ejemplo perfecto de un hecho que ocurre continuamente. Hay personas que ven una película y dicen "me ha gustado... aunque no sabría decir por qué". Esto ocurre cada día en las salas de cine y la valoración no es menospreciable porque el sentimiento es honesto. Otros desarrollarán amplias parrafadas para llegar a una misma conclusión. Debemos tener en cuenta que el cine es un fenomeno complejo y es necesario aceptar las diferentes sensibilidades que existen entre el público que acude a las salas.

Finalmente, es importante citar que la conclusión del film es diferente a la novela de origen. Y ese cambio se debe a Sinatra que creyó, con acierto, que el final más lógico pasaba por el sacrificio de Ginny. Y cómo olvidar también el detalle en el cementerio cuando Dillert se quita, por primera vez, su sombrero como muestra de respeto en el funeral de Ginny. Un gesto casi poético que simboliza el aprecio final que Ginny consigue arrancar por parte de Bama, después de interponerse en el camino de una bala que apuntaba a Dave.

Una película digna de los mayores análisis porque en ella todo tiene un significado que va más allá de lo evidente.

7 de juny del 2011

La primera generación de los X-Men supera el reto


En el contenido de la siguiente reseña, se citan algunas informaciones consideradas como SPOILERS:

Sobre X-Men First Class se están oyendo toda clase de elogios. Algunos la catalogan como la mejor de la saga y otros sostienen que es la más destacable de las películas de superhéroes recientes. Yo no me pronunciaré en estos términos tan absolutos pero sí diré que la cinta, como pieza cinematográfica al margen del cómic originario, funciona a las mil maravillas.

El director Matthew Vaughn imprime al film un ritmo incesante y el joven reparto aporta mucha frescura e intensidad, revitalizando una saga de X-Men que parecía más bien mortecina. La película se apoya especialmente en una de las dualidades más importantes de la historia de Marvel: la relación entre Charles Xavier y Erik Lehnsherr, dos poderosos mutantes que se convierten en grandes amigos durante una época pero cuyos destinos se acaban separando al tener concepciones completamente opuestas de lo que debe ser el futuro de la coexistencia entre mutantes y humanos. Dos amigos condenados a un enfrentamiento perpetuo aunque siempre mantendrán un enorme respeto entre ellos y un sentimiento profundo de fraternidad capaz de estar por encima de sus propios intereses.



En las películas precedentes pero posteriores en el tiempo cronológico de la saga, fueron los excelentes Patrick Stewart e Ian McKellen quienes dieron vida a estos magníficos personajes. Al proponer esta precuela, los responsables de la cinta sabían que necesitaban a dos intérpretes jóvenes que fueran capaces de asumir la fuerza y la trascendencia de Xavier y Magneto. Y lo consiguieron porque James McAvoy y Michael Fassbender realizan un trabajo impresionante. McAvoy conecta perfectamente con las características reflexivas y de liderazgo propias del fundador de los X-Men mientras que Fassbender está inmenso reflejando el sentimiento de venganza, la fuerza, y la visceralidad de un personaje cuya enorme tragedia personal formará parte de sus principios por siempre jamás.

El resto del reparto resulta también muy efectivo. Los chicos jóvenes cumplen perfectamente gracias a un guión, de tono adulto, que establece situaciones cómicas pero nunca ridículas. En cuanto a los villanos, Kevin Bacon destaca con fuerza en el papel de Sebastian Shaw, un acaudalado magnate de pasado oscuro que lidera, en 1962, el exclusivo y misterioso Hellfire's Club. A su lado, la Reina Blanca del club, Emma Frost (January Jones), brilla con luz propia por su gran belleza aunque la actriz de Mad Men es la que me resultó menos convincente del grupo de actores principales.

La trama argumental es interesante y atrayente. Consigue meterte de lleno en un momento en que el surgimiento de los mutantes coincide con la crisis de los misiles en Cuba, un acontecimiento que puede destruir a la humanidad y que supone, por sí solo, un excelente escenario para ver en acción a la primera generación de los X-Men. Una amenaza global y poderosa, que en el film es el resultado de un siniestro plan que tiene en mente Sebastian Shaw para poner de rodillas a la humanidad en un nuevo amanecer donde el poder recaería en sus poderosas manos.

Sobre la película, pues, se me ocurren pocas reticencias. Es sumamente entretenida y resulta muy grata de ver. Creo que cumple con su propósito sobradamente. Pero todo esto sirve si se considera al film únicamente desde el punto de vista cinematográfico. Si se intenta leer la cinta desde la óptica del cómic, observaremos innumerables cambios, no todos negativos, pero el film perderá parte de su atractivo. Creo que los expertos en la saga deberían dejar al margen estas consideraciones porque estamos ante una película, un producto audiovisual que ha tenido que adaptar el contenido a lo que resultaba mejor desde el punto de vista narrativo en la gran pantalla. El principal objetivo de los guionistas y el director ha sido el de tratar de encajar, lo máximo posible, con las otras cintas de la franquicia y, aunque no lo han conseguido al 100%, sí han obtenido una concordancia óptima.

Yo también veo que la asociación entre Xavier y Magneto se rompe demasiado pronto y que Sebastian Shaw debería haber tenido más recorrido pero hay que valorar el hecho de que una película necesita que la historia se cierre de alguna manera. Ni el mismísimo Chris Nolan pudo evitar someterse a esta regla no escrita cuando en su guión tuvo que eliminar a un personaje tan prolífico como Dos Caras en The Dark Knight. En el cine las tramas siempre son más rápidas porque no se dispone de tanto tiempo como el que tienen los cómics para desarrollar historias y argumentos. Y las víctimas de esta necesaria adaptación siempre suelen ser los personajes.

Es duro ver que el Hellfire's Club, enemigo recurrente de los X-Men, pierde a uno de sus líderes tan rápido pero también hay que comprender que el cine es un medio de expresión muy diferente al cómic y requiere ciertos cánones que, muchas veces, no satisfacen a los aficionados más puristas de los personajes creados por Stan Lee.

En cuanto a los tres cameos reseñables, podemos hablar sobre ellos en el apartado de comentarios.

La educación del joven Charles Xavier



En X-Men First Class tenemos la oportunidad de conocer los primeros pasos de uno de los personajes más emblemáticos de Marvel: el Profesor Charles Francis Xavier. Le vemos completando sus estudios en la Universidad de Oxford con una tesis sobre las mutaciones genéticas que han permitido que la vida en la Tierra pudiera ir evolucionando hasta la aparición del ser humano. Consciente de que los mutantes como él suponen una nueva fase en dicha evolución, defiende que la integración será necesaria y requerirá de todos los esfuerzos necesarios para conseguirla. Aunque, de momento, el anonimato será la base sobre la cual iniciar un proceso de reunión y conocimiento entre los propios mutantes.

En la película vemos varias de ubicaciones del magnífico campus de la tercera universidad más antigua del mundo. Concretamente, contemplamos el Hertford Bridge o Bridge of Sighs (Puente de los Suspiros). Comunica dos edificios del Hertford College y, aunque se le suele denominar como el célebre puente de Venecia, tiene más similitud con otro emblema de la ciudad de los canales: el puente de Rialto. Fue construido en 1914 a partir de los diseños de Sir Thomas Jackson.

Charles y su "hermana" Raven Darkholme (Jennifer Lawrence) salen de un pub cercano al puente y, en otra secuencia, también se les ve abandonando el Sheldonian Theatre, donde Xavier ha presentado su tesis obteniendo el rango de profesor. Dicho auditorio es uno de los edificios más antiguos del campus (1668) y se debe a la creatividad del gran Christopher Wren.

En varias tomas aéreas tenemos la oportunidad de divisar la Radcliffe Camera, uno de los emblemas del campus. Un edificio que culmina en cúpula y que alberga gran parte de las colecciones de la Bodleian Library. Fue diseñado por el arquitecto James Gibbs y su construcción terminó en 1748.

Acompaño el artículo con una serie de fotos que realicé en Oxford cuando visité el campus durante el verano de 2005.


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Brassnose College


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Central Chapel


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Radcliffe Camera


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Sheldonian Theatre


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Hertford Bridge

3 de juny del 2011

Aquellas noches en Malta...


El británico Oliver Reed (1938-1999) fue un fantástico actor y también un alcohólico de grandes proporciones. Siendo jugador de varios equipos de rugby en su juventud, ya destacó por haber sido capaz de acabar con las existencias de licor de varios pubs.

La pasión por la bebida le acompañó el resto de su vida y también en el final de la misma. En 1999, Ridley Scott le había elegido para interpretar a Próximo en Gladiator. El rodaje empezó en el mes de marzo en Inglaterra pero Reed se incorporó a la filmación en abril puesto que todas sus escenas se rodarían en los escenarios creados en Malta.

Desde principios de abril hasta el día en que falleció, el 2 de mayo, Reed se dedicó a salir y a beber como un cosaco cada noche. Llegaron a conocerle bien en los bares de La Valletta e incluso, en alguna ocasión, estando el actor en condiciones pésimas, requirió de la ayuda de personas vinculadas a la producción del film para recogerle y llevarle al hotel en que se alojaba.



Durante el día rodaba sus escenas y por las noches se dedicaba a sumergir sus inquietudes en el alcohol. En su última salida nocturna, Reed ingirió tres botellas de ron. Su corazón pareció decir basta y le sobrevino un ataque fulminante que le causó la muerte casi instantánea.

Pero en ese momento aún le quedaban tomas por rodar de la película. Ridley Scott siempre comenta al respecto que la muerte de Oliver Reed cambió el destino de Próximo. En el guión, el ex-gladiador y propietario del ludus al que va a parar Máximo (Russell Crowe), no obtenía la redención. Sin embargo, al no poder contar con él hubo que reducir su papel y Scott modificó el guión para darle a Próximo un final más abrupto pero, al fin y a la postre, heroico. Si nos fijamos, cuando Máximo y sus compañeros planean fugarse de Roma, la figura de Próximo siempre se ve de espaldas o en la sombra. Es un extra el que vemos abriendo las celdas para que los gladiadores puedan escapar. Cuando Máximo le mira directamente, el primer plano de Reed se obtuvo con una captura de él mismo que fue superpuesta gracias al CGI.

El supervisor de efectos visuales del film, John Nelson, declaró lo siguiente sobre el trabajo especial que realizaron: "What we did was small compared to our other tasks on the film. What Oliver did was much greater. He gave an inspiring, moving performance. All we did was help him finish it."

Hay varios planos más que fueron sacados de la filmación de otras escenas o de material sobrante de rodaje. Próximo muere a manos de los Pretorianos cuando éstos irrumpen en el ludus pero lo hace con honor, salvando a sus compañeros de armas.

Al día siguiente, se guardó un emocionado recuerdo en el set antes de continuar con el rodaje y la película se dedicó a su memoria. Aunque había nacido en Wimbledon (Inglaterra), sentía pasión por Irlanda y era su deseo ser enterrado en la isla verde. Su funeral se celebró en la iglesia de Churchtown (condado de Cork) y sus restos descansan en el cementerio adyacente. Tenía 61 años en el momento de su fallecimiento.