24 d’agost del 2011

Conan ya no vive aquí, se trasladó hace tiempo...


¿ Cómo puede alguien llamarse Conan y no pronunciar ni una sola vez el nombre de Crom ?

Esta pregunta resume la impresión general que obtuve tras ver esta nueva propuesta sobre el bárbaro Cimerio. La sensación que me invadió fue desalentadora porque no encontré valor diferencial alguno con respecto a otras producciones épicas recientemente estrenadas. La película nos presenta a un Conan desvirtuado, agresivo y luchador, pero falto de identidad; sin conexión alguna con el poderoso universo que creó Robert E. Howard y que ha sido desarrollado, durante décadas, por grandes comic book authors.

El film es una crónica de acontecimientos expresada a través de la desapasionada visión de su lamentable director. Estamos ante una cinta que no tiene alma, que no consigue implicar al espectador.

El guión perpetrado por el tándem Donnelly-Oppenheimer, y reescrito posteriormente por Sean Hood, no tiene garra. Si no fuera por la extrema violencia de la película, casi estaríamos ante un capítulo más de las aventuras del "melenudo salvaje", un pariente lejano de Xena, la Princesa Guerrera.

La Era Hyboria, que se nos presenta en el film, se parece demasiado a la escenografía vista en otros films recientes. Tal como apuntaba al inicio, no hay factor diferencial que nos haga sentir que estamos ante una aventura de Conan. No hay referencias a las deidades, la magia es ramplona, los escenarios digitales son poco destacables, y los personajes que pueblan la historia carecen de trascendencia. Sólo Ron Perlman, como padre de Conan, tiene un cierto interés. Jason Momoa podría ser un buen Conan. Tiene físico y actitud pero, dentro de este marasmo, sólo consigue un triste aprobado.

Quiero reseñar que en ningún momento baso mis opiniones en referencia al clásico de John Milius. Valoro la película de forma individual pero ni así consigue obtener mi beneplácito personal.

Podría decir más cosas pero creo que no vale la pena. Me sumo a la opinión de mi amigo Octopus. Creo que el personaje de Conan merece tener más adaptaciones cinematográficas pero, tras visionar esta película, me temo que la presunta franquicia ya está hipotecada a largo plazo. Todo parece indicar que, de producirse un nuevo film, éste deambularía aún más por los caminos de la serie B hasta convertirse en un lamentable producto televisivo de consumo rápido.

P.S. La frase promocional de la película está equivocada. Debería ser: "Sucumbe al poder del sopor".