28 d’octubre del 2010

La misoginia de Robert Towne


Robert Towne (Los Angeles, 1934) es un reputado guionista y director cuyos créditos incluyen grandes títulos como Bonnie & Clyde, Chinatown, Yakuza, Shampoo, El Cielo Puede Esperar, o Greystoke.

También firmó los guiones de otros títulos como Orca, Missouri, Ocho Millones de Maneras de Morir, Frenético, y Días de Trueno. Fue trabajando en este último film donde trabó amistad con Tom Cruise, quien le recomendó para reescribir los guiones de La Tapadera y Misión Imposible. En la secuela que dirigió John Woo, Towne fue el autor único del script recogiendo el argumento elaborado por Ronald D. Moore y Brannon Braga.


Como director consiguió llevar a la pantalla el thriller Conexión Tequila (1988), que protagonizaron Mel Gibson, Kurt Russell, Michelle Pfeiffer, y Raúl Julia. Tom Cruise produjo en 1998 su proyecto Sin Límites, en el que se narraba la vida del legendario atleta Steve Prefontaine. En 2006 estrenó Pregúntale al Viento, adaptación de la novela de Joe Fante ubicada en el Los Angeles de los años 30, la época que él conoció en su infancia.

Así pues, Towne ha combinado trabajos artísticos y comerciales pero siempre se ha tendido a considerarle más outsider que hombre de la industria. En cualquier caso, hay un rasgo que siempre suele estar presente en sus films, de una forma u otra. Y este rasgo no es otro que la misoginia.

Casado en dos ocasiones, se deduce de sus trabajos que su resentimiento hacia el sexo femenino es bastante considerable. A excepción de algunos casos (Bonnie & Clyde sería uno de ellos), las mujeres en sus guiones suelen ser personajes bastante planos y muy manipulables.

Uno de los mejores ejemplos de todo esto lo encontramos en un proyecto personal suyo: Conexión Tequila. Jo Ann Vallenari, la protagonista femenina del film a quien da vida Michelle Pfeiffer, es una mujer sin demasiado criterio, una veleta, que básicamente pasa de los brazos de Russell a Gibson sin demasiado esfuerzo. Un auténtico florero que despertó la indignación de la propia Pfeiffer, que siempre sitúa a Tequila Sunrise como una de sus peores películas. Denosta al personaje que le tocó en suerte y la cataloga como una "ingenua restauradora, ligera de cascos, y escasa de cerebro".

Esta caracterización de la mujer en las películas de Towne también es bien visible en films como Ocho Millones..., Días de Trueno, y las dos primeras partes de Misión Imposible.

Quiero centrarme en estas dos últimas cintas porque creo que contienen algunos de los ejemplos más claros de la misoginia de Towne.

En la primera película, el papel femenino principal recaía en Claire (Emmanuelle Beart), una traidora impostora que parece no obtener demasiada consideración de su esposo, Jim Pheps (Jon Voight).

En la conclusión del film, Phelps le confiesa a Ethan Hunt (Tom Cruise) que estaba seguro de que Claire conquistaría a su antiguo pupilo después de "haber probado la mercancía".

En MI-2, fue bastante más lejos cuando escribió las siguientes frases:

"Ella no tiene el entrenamiento necesario"
"¿ Para mentirle a un hombre y acostarse con él ?... es mujer, tiene el entrenamiento necesario.

"Las mujeres son como monos, no dejan una rama hasta tener firmemente agarrada otra".

Que no se entienda que escribo este artículo como una forma de censurar y dilapidar el trabajo de este guionista y director. Soy partidario de la libertad creativa. No formo parte de su línea de pensamiento pero tampoco creo que haya que descalificarle por ofrecer en sus argumentos su punto de vista personal. En estos casos, siempre tiene que ser la audiencia quien decida y está claro que la ausencia de trabajos recientes de Towne manifiesta que los tiempos han cambiado y que sus propuestas chirrían cada vez más en el contexto ideológico actual.

Pero la creatividad cultural debe ser libre y, cuantas más voces discordantes haya, más rico será el panorama general del mundo artístico. En cualquier caso, lo que debería valorarse es que todas las ideas puedan recibir apoyo y no ser vetadas por no formar parte del pensamiento general imperante.