21 de març del 2016

Tras los pasos de Bogart en El Último Refugio (High Sierra, 1941)



"No habrá paz para los malditos". El viejo lema, fuertemente enraizado en la tradición protestante anglosajona, resulta más certero que nunca para describir la trayectoria vital de Roy Earle (Humphrey Bogart), un experto atracador que no hallará consuelo tras un indulto que le libera de una larga pena de prisión. No se trata de predestinación u obstinación; aquellos que hacen bien algo, aunque sea al margen de la ley, decidirán intentarlo antes de atender la caja registradora de una tienda o el lavadero de coches de una triste carretera interestatal.

Son tiempos desesperados y eso le lleva a ponerse al frente de un grupo que planea atracar un hotel de lujo en Palm Springs (California). La situación dramática se eleva en los días previos al robo y las implicaciones personales nublaran la percepción de unos personajes tocados por el halo de la desdicha. La huída final de Roy le lleva hasta el Mount Whitney, en Sierra Nevada, donde, finalmente, abrazará un destino inexorable ante el que nada sirve una cierta voluntad de redención. Un último viaje a una alta cima que hará más memorable su simbólica caída.

El Último Refugio (High Sierra, 1941) es uno de las joyas noir producidas por Warner Brothers. Con un guión de John Huston y W.R. Burnett, basado en la novela de este último, y la dirección de Raoul Walsh, ésta es una película de apetencia eterna. Se vivían tiempos de moralidad estricta y eso conllevaba que en la resolución de los conflictos planteados no hubiera una escala de grises. No obstante, todos estos clásicos perduran más allá de los juicios de valor porque son capaces de trasladar al espectador los sentimientos profundos de los personajes y logran una empatía insospechada y nunca forzada.

Con un Humphrey Bogart en la cima de su estrellato como rostro imprescindible del noir, El Último Refugio cuenta además con la presencia de la talentosa Ida Lupino (futura pionera en la dirección de largometrajes y proyectos televisivos), Henry Travers, Cornel Wilde, Arthur Kennedy, Joan Leslie, Alan Curtis y Donald MacBride.

Aunque en el film de Walsh las montañas que forman parte esencial de la película se encuentran alrededor del Mount Whitney (Sierra Nevada), se rodó una mayor cantidad de secuencias en otra ubicación. Concretamente, se localizaron en las Alabama Hills, una cadena montañosa cercana al municipio de Lone Pine, entre Death Valley y Sierra Nevada. Esta árida cordillera y su entorno fue el escenario de muchas de las tomas exteriores de la cinta aunque el clímax fue una combinación entre planos de situación en el Whitney y rodaje en estudio.


Ida Lupino regresó a este enclave, ya como directora, en su proyecto The Hitch-Hiker (1953), un relato también criminal protagonizado por Edmond O'Brien y Frank Lovejoy.

En décadas posteriores, los equipos de localización no han olvidado las Alabama Hills y allí han situado escenas de Gladiator (2000). Las vemos durante la huída de Máximo y mientras se acerca a su propiedad en Emérita Augusta.

También aparecieron en Iron Man (2008). Tony Stark viaja a Afganistán para realizar una demostración de su nueva tecnología repulsora, aplicada a los misiles del proyecto Jericó. Aunque pueda parecer un lugar muy remoto, el equipo pudo rodar las secuencias sin salir de California.