18 de setembre del 2010

El Bradbury building

El edificio Bradbury, situado en el downtown de Los Angeles, es una de las señas de identidad de la ciudad y un enclave reconocido como National Historic Landmark desde 1977.

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El empresario minero Lewis Bradbury quiso invertir, a finales del siglo XIX, parte de su inmensa fortuna en la construcción de un edificio que pudiera albergar su ingente actividad como emprendedor. Tras varios intentos frustrados, el arquitecto George Wyman fue el que desarrolló el proyecto final que ha sido capaz de seducir a generaciones enteras gracias a su maravilloso diseño interior.

Desde 1893, el Bradbury Building se alza en la esquina de la calle Tres con la Avenida Broadway de Los Angeles. De alguna manera, cuando se llega hasta sus puertas desde el sur por Broadway Avenue (nada que ver con la de Nueva York en todos los sentidos), se tiene la sensación de haber entrado en otro mundo. Tras el Bradbury, y siguiendo calle arriba, todo empieza a mejorar en cuanto a calidad urbana ya que la parte baja está dominada por locales de venta al por mayor, almacenes, y tiendas de oportunidades (con la única excepción del histórico Orpheum Theatre).

Cuando abres las puertas del Bradbury experimentas una sensación muy especial. Una claraboya en el techo deja pasar la luz natural que cae sobre barandillas enzarzadas con filigranas de hierro. Los ascensores exteriores forman parte indispensable de la singularidad del conjunto y la sensación de espacio harmonioso inunda la visión del visitante. Un enclave histórico, muy cuidado, que nos recuerda a un gran número de películas que allí se han rodado.

Obviamente, una cinta destaca sobre las otras por derecho propio. Y es que resulta difícil, para cualquier aficionado al cine, no ser consciente que en el hall interior se rodaron un buen número de escenas del clásico de ciencia ficción Blade Runner (1982).

En la película de Ridley Scott, el edificio fue convenientemente decorado para darle una imagen más vetusta y abandonada. Había que transmitir al espectador la imagen de un complejo de apartamentos casi vacío en el que únicamente vivía un personaje clave para el film: J.F. Sebastian (William Sanderson), empleado de la Tyrell Corporation.

Sebastian, aquejado por el síndrome de Methusellah (que le provoca un envejecimiento prematuro y, por consiguiente, una muerte cercana), acoge a los replicantes e intenta ayudarles a contactar con Eldon Tyrell (Joe Turkell). Pero Tyrell no tiene las respuestas que el líder de los replicantes renegados, Roy Batty (Rutger Hauer), esperaba encontrar. Así pues, ambos acabaran siendo víctimas de la cólera desatada de un Nexus-6.

El interior del Bradbury fue el escenario del enfrentamiento entre Rick Deckard (Harrison Ford) y la replicante Pris (Daryl Hannah). A continuación, alberga la desigual lucha entre el Blade Runner y Batty que culmina con una escena memorable en el tejado, donde un Deckard derrotado por la superioridad física del replicante de combate, ve como éste es capaz de un acto final de generosidad antes de agotar su existencia.

Así pues, magnífica utilización de una localización de rodaje. La puesta en escena, preparada por Ridley Scott con el cielo siempre oscuro y la lluvia constante, hicieron el resto para convertir el acto final de Blade Runner en una maravilla fílmica.

Os invito a ver algunas fotos del exterior e interior del Bradbury y las comparo con la imagen que se mostró en la película, en la que los equipos de dirección artística justificaron su sueldo al convertir un escenario brillante en uno opaco y lúgubre.

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Y en Blade Runner lo vimos así:

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En el próximo artículo me referiré a otras producciones que también se han rodado en el Bradbury pero que, evidentemente, no tienen la extraordinaria significación que supuso la cinta de Ridley Scott.

"Todos esos recuerdos se perderan en el tiempo.... como lágrimas en la lluvia..."
(Roy Batty, NEXUS-6 N6MAA10816)