Un artículo de Juan Pais.
Es razonable clasificar a Samuel Fuller como cineasta pulp al adscribirse sus películas a géneros populares (western, bélico, thriller) y ser producciones baratas. Además, les imprimió un nervio muy característico que encaja impecablemente con el estilo directo de aquellas entrañables publicaciones. Es importante recordar que Fuller forma parte de una generación (Aldrich, Siegel, Ray) que renueva el cine en los años 50s, aportándole un enfoque realista y un elemento que siempre había estado presente, pero que en esa década comenzó a reflejarse con más crudeza: la violencia.
La venganza y la corrupción son dos temas que aborda Underworld USA. La primera destruye a la persona, la segunda, a la sociedad. Los personajes, condicionados por una suerte de determinismo, están abocados al crimen, con escasas posibilidades de redención. Fuller se muestra pesimista, lo que subyace en el libreto, escrito también por él mismo, que nos presenta una trama de engaños, traiciones y perfidia.
Underworld USA cuenta la historia de Tolly Devlin. Es un chico de la calle que tiene 14 años cuando su padre es asesinado por cuatro hampones. El padre de Tolly no era ningún inocente, también se dedicaba al crimen, y el chaval da sus primeros pasos como raterillo. Los nombres de Farrar, Gela, Gunther, Smith retumban en la cabeza de Tolly según va creciendo. Son los asesinos de su progenitor, y quiere vengarse de ellos. A lo largo de los años, Tolly irá introduciéndose en los ámbitos gansteriles en los que se mueven esos cuatro hombres, poniendo en práctica un plan tramado con astucia y tenacidad.
Es precisamente la descripción de esos ambientes gansteriles uno de los logros de Underworld USA. Fuller refleja la cara B del sueño americano, que se desarrolla no solo en callejones oscuros y sórdidos tugurios sino también en los despachos del poder, hasta donde llega a extenderse el underworld del título. La fotografía de Hal Mohr resalta con sus marcadas luces y sombras la turbiedad (física, moral) de la atmósfera que impregna la película.
Underworld USA se estructura en dos partes, aunque casi mejor hablar de un prólogo y el resto de la película. En dicho prólogo, la acción gira en torno al niño Tolly y el efecto que le produce el asesinato de su padre. Tolly, huérfano también de madre, es cuidado por Sandy, una vieja amiga de su padre, sensible al dolor y el desvalimiento del chico. A lo largo de todo el metraje, Sandy será una presencia constante en la vida de Tolly, sufriendo aquélla enormemente al entender que está atrapado en el rencor y el odio.
Otra mujer importante será Mimosa (Cuddles en el original), inicialmente relacionada con ese mundo delincuencial en el que se introduce, pero que no tardará en enamorarse de Tolly, al que pretende salvar y apartar del mal camino, tarea ardua debido a la obcecación del joven en su misión.
Un serio hándicap de Underworld USA es su protagonista, Cliff Robertson. Es un actor horrible, que pasa de la inexpresividad al histrionismo siempre sin venir a cuento. Tampoco Dolores Dorn, la actriz que interpreta a Mimosa, es la mejor actriz del mundo, pero hace un trabajo aceptable. Por fortuna, un estupendo plantel de secundarios (Beatrice Kay, Robert Emhart, Larry Gates) desempeña cada uno su cometido perfectamente.
Filmada en 1960, Underworld USA antecede a Una Luz en el Hampa (The Naked Kiss, 1964), filme de Fuller con algunos puntos en común, aunque más reputada y más incisiva a la hora de plasmar la corrupción y la hipocresía social. Eso sí, comparten el vigor en la realización, el claroscuro de la fotografía, la sequedad en el montaje y la crudeza en el retrato de personajes y situaciones. Rasgos definitorios de un cineasta temperamental e independiente.