5 de juny del 2014

Irlanda de cine: Cliffs of Moher

Los acantilados de Moher se alzan en la costa del condado de Clare. Su imponente belleza les ha convertido en la atracción turística de referencia en el Oeste de Irlanda. Formados hace 300 millones de años, los cliffs se extienden ocho kilómetros oscilando su altura entre los 120 y los 240 metros. Toman el nombre de un antiguo asentamiento defensivo que estaba situado en el punto más meridional del conjunto: Hag's Head. El fuerte fue demolido en 1808 y en su lugar se construyó una torre de observación.

Un paraje tan espectacular no podía pasar desapercibido para el mundo del cine. Numerosas películas se han rodado en las inmediaciones pero destacan tres títulos en concreto: La Hija de Ryan (Ryan's Daughter, 1970), El Hombre de Mackintosh (The Mackintosh Man, 1973) y La Princesa Prometida (The Princess Bride, 1987). 

El maestro David Lean fue el primero en aprovechar la magnificencia de los acantilados al localizar allí el inicio de La Hija de Ryan. Rosy Ryan (Sarah Miles) aparece en la cima de uno de los poderosos acantilados tras ver como el viento se lleva hacia el precipicio el paraguas con el que se protegía del Sol. El utensilio es finalmente recogido por unos pescadores que transitaban por la costa en un pequeño bote. Se trata de una poderosa metáfora con la que David Lean trata de imbuir la continua necesidad que tiene Rosy de escapar de su aburrida vida y explorar lo que el mundo puede ofrecerle. Esa necesidad de escape solo podrá ser cumplida por un paraguas que se ha convertido en el símbolo de la película a través de las décadas. El resto del film, inspirado en la Madame Bovary de Gustave Flaubert, se rodó más hacia el sur, en la península de Dingle, donde se encuentra la famosa playa en la que se desarrollan varias escenas trascendentales del film.

El siguiente vídeo es la secuencia inicial de títulos de crédito de la cinta. A partir del minuto 2:19, se hacen presentes los Cliffs of Moher.

 


John Huston era un devoto de las tierras irlandesas. Entre 1960 y 1975 fijó su residencia en una mansión que adquirió en el condado de Galway. La pasión por Irlanda se refleja en varias de sus películas llegando incluso a ser un tema recurrente en su filmografía. En 1973, aceptó dirigir The Mackintosh Man, un thriller de espionaje, bastante fallido, que situaba parte de la acción en Irlanda.

En una de las secuencias cumbre de la película, el agente secreto británico Joseph Rearden (sorprendente la elección de Paul Newman) y la misteriosa "señorita Smith" (Dominique Sanda) son perseguidos en coche por las estrechas carreteras del condado de Clare. La persecución finaliza cuando el conductor del Mercedes blanco sufre un viraje súbito. El vehículo se acaba precipitando al fondo de un acantilado. Aparece a partir del minuto 3:40.




En 1987, se estrenó la que es, sin duda alguna, una de las películas más emblemáticas de la década de los 80: La Princesa Prometida. Su impacto entre el público infantil y juvenil de la época se ha mantenido intacto en las generaciones siguientes. Así lo demuestran los potentes datos de audiencia cada vez que el film se repone en televisión.

En mi caso, recuerdo perfectamente que estaba ansioso por ver Robocop pero las colas en el cine Comedia de Barcelona impidieron el visionado en la primera ocasión. Mis hermanas optaron entonces por seguir subiendo el Passeig de Gràcia para ir hacia el desaparecido Publi, donde proyectaban La Princesa Prometida. No podía sentirme más decepcionado. Cambiaban una película de acción por lo que parecía un cuento soporífero. De alguna manera, me pasó lo mismo que al joven Fred Savage cuando su abuelo empieza a leerle el cuento al principio de la película. Yo tenía una edad parecida a la del chaval y empecé a verla con cierta actitud de desdén. Sin embargo, la mezcla de aventura, comedia, y fantasía acabaron conquistando al niño que estaba dentro y fuera de la pantalla.

Dirigida por Rob Reiner y escrita por el prestigioso William Goldman (adaptando su propia novela), The Princess Bride recorre los elementos del cuento clásico para darle una vuelta argumental y mostrarnos el reverso de algunos personajes arquetípicos que acaban no siéndolo tanto. El film está lleno de matices narrativos y manifiesta un equilibrio y un ritmo constante al cual contribuye notablemente el fantástico reparto y una banda sonora de Mark Knopfler que encajó al milímetro con la propuesta.

Los Cliffs of Moher se convertían, en la cinta, en los Cliffs of Insanity: un terrible acantilado que era casi imposible de superar. Cuando Buttercup (Robin Wright) es raptada por Vizzini (Wallace Shawn), Íñigo Montoya (Mandy Patinkin) y Fezzik (André el Gigante), se ven obligados a escalar los "Acantilados de la Locura" y es allí, antes de afrontar la subida, cuando son alcanzados por un misterioso espadachín enmascarado que afirma ser el temible Pirata Roberts. En realidad, se trata de Westley (Cary Elwes), el gran amor de Buttercup que regresa para recuperarla tras haberse convertido en el sucesor de Roberts, heredando también un nombre que no es más que un señuelo que va pasando de un hombre a otro.

La secuencia del ascenso combina planos rodados en estudio con tomas filmadas en la localización irlandesa donde los especialistas realizaron un buen trabajo. A partir del minuto 1 del vídeo podéis varias imágenes de los Cliffs




Gracias a las fotos de Silviaez y Clinisbud, resulta posible complementar el artículo con unas magníficas instantáneas que inmortalizan la belleza y la fuerza de un paraje maravilloso.

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