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25 de març del 2019

El “Come back” de James Bond


Que los clásicos nunca mueren se pondrá a prueba en las carteleras con el regreso del espía más famoso de todos los tiempos. 


Desde que el emblemático personaje de ficción fuera introducido a la sociedad en 1953 para convertirse en un icono de la cultura pop, el mundo ha cambiado bastante. Si bien en Casino Royale se paseaba por las elegantes salas de apuestas jugando al bacará, ¿cómo sería la vida de espionaje de este personaje de haberse creado en la era digital? Nos lo podríamos imaginar perfectamente en misiones con casinos online, frustrando las ganancias en la ruleta de Le Chiffre, que para más detalles investigaría en profundidad cómo encontrarlo y en cuáles de los casinos más famosos en la actualidad. Definitivamente sería muy diferente. 

Y si bien el agente Bond no es una creación de esta época, sí que lo tendremos en la gran pantalla en el 2020 como ya lo están anunciando todos los medios, marcando tendencia con sus gustos. Esta vez parece que será con los coches eléctricos y a saber qué otra sorpresa se tiene entre manos. 

Aunque hubo algunos rumores sobre los problemas que se estaban teniendo para la producción de la película número 25 del espía, ya sabemos que Shatterhand es el working title de la próxima entrega. Un film dirigido por Cary Joji Fukunaga que está inspirado en el libro de Fleming, You Only Live Twice, y donde el Dr. Shatterhand es un alias bajo el que se esconde el archienemigo Ernst Stavro Blofeld. 

A pesar de que no se ha revelado mucho sobre la trama del nuevo film, sí que promete traer algunas sorpresas con referencia al casting, aunque seguirán algunas caras familiares como Léa Seydoux (Madeleine), o Naomie Harris (Miss Moneypenny). 

Algunos dicen que los clásicos nunca mueren y James Bond puede que sea uno de ellos. Lo descubriremos en un año.

2 de setembre del 2018

Tras la pista de Bond en Lisboa


Pocas veces se habla de Al Servicio Secreto de su Majestad (On Her Majesty's Secret Service, 1969). Su carácter atípico dentro de la saga Bond y el hecho de haber contado con un actor que debutó y se despidió del papel de 007 tras una única intervención, la convierten en una película poco conocida dentro de la franquicia y mayoritariamente denostada por gran parte de los seguidores.

No obstante, si aceptamos darle una oportunidad al film y a George Lazenby descubrimos una cinta interesante que nos revela una faceta oculta y trágica en el pasado de Bond. Esta historia de felicidad, tornada en la mayor de las desdichas, aporta mucho a la biografía del mítico agente y debería ocupar un lugar entre la memoria cinéfila de los bondianos, más allá de los prejuicios y las tentaciones de olvido. Ian Fleming decidió convertir a Bond en viudo y no podemos dejarnos llevar por la corriente vilipendiadora hacia Lazenby para aceptar que esta película, con todos sus defectos, se atrevió a entrar en un terreno difícil con todas las consecuencias. No se trata de reivindicar la cinta sino de aceptar su existencia sin estridencias ni insultos.  

La película se rodó en localizaciones inglesas y suizas pero fue en Portugal donde más se detuvo a la hora de filmar exteriores. Desde la playa de Guincho, cerca de Cascais, donde se filmó la secuencia que abre el film, el equipo de rodaje se paseó por Estoril para mostrarnos el histórico Casino y el adyacente Palácio Hotel. Se rodaron secuencias en la región de Setúbal y, por supuesto, la ciudad de Lisboa también tuvo una importante presencia. 

Allí es donde vimos cómo Bond compra el anillo de boda para la Condesa Teresa "Tracy" Di Vicenzo (Diana Rigg). El lugar elegido fue la Joalharia Ferreira Marques, situada en la plaza de Rossio, un auténtico centro neurálgico de la capital portuguesa.

La joyería tiene una apariencia externa que refleja tradición y voluntad de pervivencia como establecimiento emblemático. Desde su privilegiada ubicación, desafía estéticamente a las modernas franquicias comerciales que la rodean. El entorno se mantiene cercano a la apariencia de 1969 y te sientes muy cercano al momento fílmico. Se trata de una localización con una capacidad evocadora ciertamente notoria.

A continuación, os muestro un momento de la secuencia y las fotografías que tomé recientemente en la ubicación. Seguir los pasos de Bond siempre acaba resultando una misión gratificante.





15 d’agost del 2018

La Gun Barrel Sequence de Bond: el caso de Bob Simmons


Antes del estreno del primer film de la saga Bond, Dr. No (1962), los productores Albert R. Broccoli y Harry Saltzman pidieron al diseñador de títulos de crédito Maurice Binder que pensara en una pequeña secuencia de introducción que fuera impactante, justo antes de abrir el film. No querían nada excesivamente complejo sino una especie de atisbo rápido que sorprendiera al público antes de iniciar la película propiamente dicha.

El neoyorkino puso su genialidad a trabajar y decidió crear un clip de pocos segundos que se acabaría convirtiendo en la inmortal gun barrel sequence. Un redondel blanco atraviesa la pantalla de izquierda a derecha y, al fijarse, se amplía para descubrir que se trata del objetivo de un arma que apunta a James Bond. 007 es consciente de ello y responde disparando hacia el asesino, generando un efecto que interpela al público. El rojo se extiende, simulando la sangre del agresor. Finalmente, el objetivo vuelve al blanco, se empequeñece y la película da inicio con el Bond Theme y la primera de sus secuencias de créditos iniciales.


Recordemos que el arte de Maurice Binder se reflejó más extensamente en otras catorce secuencias de títulos iniciales de la saga. Además, está considerado uno de los grandes creadores de main titles, rivalizando con Saul Bass. Le debemos a Binder títulos de crédito tan recordados como Charade (1963), La Jauría Humana (The Chase, 1966), Arabesque (1966), The Private Life of Sherlock Holmes (1970), Dracula (1979), y The Last Emperor (1987).

A lo largo de las 24 películas de la saga, la gun barrel sequence ha experimentado algunos cambios y ha evolucionado manteniendo la esencia. Se ha convertido en un icono fílmico reverencial y esa entrada, con el Bond Theme compuesto por Monty Norman, continúa teniendo un poder magnético.

No obstante, os habréis fijado que en las tres primeras películas de la saga no es Sean Connery el que está en escena. La explicación es que la secuencia estaba pensada para mostrar la figura de 007 casi como una silueta y, además, se filmó sin mantener un formato a toda pantalla. Binder creyó que, en este caso, valdría la pena utilizar a un especialista de acción y así fue como en Dr. No, From Russia with Love (1963) y Goldfinger (1964), la gun barrel está protagonizada por Bob Simmons, un antiguo instructor del ejército británico que había hecho fortuna trabajando como doble de acción en producciones anteriores de Albert R. Broccoli. Simmons luce un traje de Savile Row y demuestra su dominio de movimientos al hacer un giro súbito para colocarse en posición de disparo.

Simmons trabajó en buena parte de los films de la saga Bond hasta su fallecimiento en 1987. Empezó como doble y llegó a ser coordinador de especialistas. Incluso tiene un pequeño papel como agente de Spectra en la secuencia pre-créditos de Operación Trueno (Thunderball, 1965), precisamente el primer film en el que Sean Connery realizó la gun barrel. La razón del relevo se debió oficialmente a que la secuencia pasaba a proyectarse en panavision. En este formato, el público podría identificar más claramente a un Bond que no fuera Connery.

Llegados a este punto repasemos las 24 gun barrel sequences. Empezamos con Bob Simmons para que después vayan pasando todos los actores que han asumido el papel hasta ahora: Sean Connery, George Lazenby, Roger Moore, Timothy Dalton, Pierce Brosnan y Daniel Craig.

29 de juliol del 2017

Bond 25... ¿Qué sabemos realmente?


El pasado día 24 de julio, Eon Productions emitió un comunicado en que se oficializaba la fecha de estreno en Estados Unidos del nuevo film de la saga 007. El proyecto, ya bajo el nombre provisional de Bond 25, llegará el 8 de noviembre de 2019 a las pantallas americanas. Como es tradicional, en el Reino Unido y en otros países europeos verá la luz un poco antes. Los responsables del guión son los habituales Neal Purvis y Robert Wade, una pareja de libretistas que llevan casi veinte años vinculados a la franquicia puesto que iniciaron su andadura con El Mundo Nunca es Suficiente (The World is Not Enough, 1999). A lo largo de este tiempo, han participado en los guiones de seis películas Bond aunque en los últimos años habían perdido algo de peso específico tras la entrada de Paul Haggis (Casino Royale, Quantum of Solace) y John Logan (Skyfall, Spectre). El rodaje de Bond 25 empezará a finales de 2018.

Esta es la única información oficial y firme tras casi dos años de constantes especulaciones y rumores que, por ahora, no han hallado corroboración. La razón por la que Barbara Broccoli y Michael G. Wilson han decidido anunciar la fecha de estreno cumple dos propósitos: calma a los fans ante noticias que auguraban un parón más prolongado y postula el film en el aparador hollywoodiense. Tras la finalización del contrato de distribución entre Eon / MGM y Sony Pictures, se busca nueva major y poner fecha de estreno incita a acelerar las negociaciones para asegurar nuevo partner. Al parecer, Warner Brothers es la que estaría más cerca de la meta.

Los scoops continúan y, tras el anuncio oficial, los medios vuelven a la carga con más fuerza tratando de alargar el culebrón sobre la continuidad o no de Daniel Craig. Al final del artículo que escribí sobre Spectre, explicitaba como idónea la presencia de Craig en una película más. Sigo suscribiendo esta aseveración. En cualquier caso, nos espera un año de rumorología constante y nuevos comunicados oficiales.

23 de maig del 2017

Los rostros de Bond (III): Roger Moore



Concluida la etapa de Sean Connery, los productores se vieron inmersos en una nueva fase de interminables cástings para encontrar a un nuevo actor que fuera perdurable. United Artists llegó a tantear al mismísimo Clint Eastwood, recién salido del gran éxito que supuso Harry el Sucio (1971). Eastwood reconoció estar halagado con la propuesta pero declinó afirmando que un actor norteamericano nunca debería interpretar a James Bond.

Broccoli y Saltzman, por su parte, ya tenían una larga lista de candidatos formada por Julian Glover, Jeremy Brett (uno de los mejores Sherlock Holmes), Simon Oates, John Ronane, y William Gaunt. Pero en los cástings ninguno de ellos acababa de convencer y finalmente decidieron ofrecerle el papel a Roger Moore, un intérprete inglés de curtida fama en la televisión gracias a series como Maverick, El Santo, y Los Persuasores. El hándicap de Moore se centraba en que era más veterano que el actor al que reemplazaba (tenía tres años más que Connery). Iba a empezar su periplo en la franquicia con 45 años y eso propició que se tuviera a un actor en la recámara por si Moore decidía dejar la saga. Ese hombre era Michael Billington, un intérprete que pasará a la historia como el "Bond que nunca fue...."

Hasta 1979, Billington mantuvo la esperanza de asumir el personaje. De hecho, se mantuvo cerca de la producción llegando a interpretar a Sergei Barsov, el novio de Anya Amasova (Barbara Bach), que muere al inicio de La Espía que me Amó (1977). Pero Roger Moore se reveló como el actor que más tiempo ha estado vinculado a la franquicia y el que más películas protagonizó. A pesar de su edad, y tras cumplir su primer contrato por tres películas, siguió renovando su compromiso con Eon Productions y envejeció demasiado con el personaje. En su último film, Panorama para Matar (1985), contaba ya con 57 años y estaba muy limitado para resultar creíble en persecuciones, saltos, peleas, y otras situaciones de peligro.

Su legado fue muy amplio y algunas de sus películas son míticas dentro de la saga. Aunque también representó lo peor de la franquicia y protagonizó algunos de los momentos más ridículos nunca vistos. Si Ian Fleming hubiera estado vivo, se hubiera puesto las manos a la cabeza en más de una ocasión y no le faltaría razón.

Roger Moore es el Bond con el que crecimos muchos de nosotros y eso le otorga el cariño especial de toda una generación pero, siendo objetivos, hay que criticar las situaciones risibles (por utilizar un calificativo amable) que se vieron en Vive y Deja Morir (1973), El Hombre de la Pistola de Oro (1974), La Espía que me Amó (1977), y especialmente Moonraker (1979), a la que califico como el peor film de toda la saga.

Afortunadamente, la década de los 80 trajo nuevos vientos y los guionistas parecieron cambiar su enfoque. Así fue como los tres últimos títulos de Moore fueron sus mejores trabajos: Solo para sus Ojos (1981), Octopussy (1983), y Panorama para matar (1985).

La elección de Roger Moore implicaba cambios ineludibles en la caracterización del personaje. El incipiente talento cómico del intérprete londinense quiso ser aprovechado por los guionistas que, película tras película, definieron a un Bond más cómico, burlón, y casi auto-paródico. Lejos quedó la contundencia, la dureza, y la brutalidad extrema que caracterizó a 007 desde sus inicios literarios. Los años 70 exigían un Bond adaptado a la cultura pop, a la banalidad estética, y a la intrascendencia moral. Nos encontramos, pues, con un profundo lapso de 12 años en los que James Bond se convirtió en un símbolo más de una idea estética irrecuperable y ridícula.

007 siguió conquistando a mujeres, librando combates, y asesinando por encargo pero todo ello estaba enlatado dentro de un producto colorista y circense que, aprovechando la guerra fría y los clásicos villanos megalómanos, desarrolló una historia tras otra olvidando por el camino la verdadera esencia del mejor agente del Servicio Secreto Británico.

Pero el éxito comercial acompañaba esta deficitaria propuesta y así fue como Broccoli aún quería que Moore continuara más allá de 1985. Por suerte, el intérprete no renovó el contrato aduciendo el tema de la edad como factor determinante. No cabe duda de que "Cubby" Broccoli fue un gran productor, que edificó los cimientos de la saga cinematográfica de 007 a base de voluntad y sacrificio, pero siempre le faltó algo más de visión a medio plazo.

En 2005, las películas de Pierce Brosnan habían recaudado las cifras más impresionantes jamás vistas en la franquicia pero eso no enturbió la visión de la hija de Broccoli, Barbara, y su marido, Michael G. Wilson. Ellos detectaron que, a pesar de las grandes cifras, buena parte del público sentía cansancio por una propuesta que siempre aportaba lo mismo. Y decidieron hacer un cambio radical antes de ver caer los rendimientos. Tomaron una decisión arriesgada estando en la cumbre pero convencidos de que era lo mejor. Así fue como decidieron prescindir de Brosnan y apostar por un nuevo actor que rejuveneciera la saga y con el cual pudieran regresar a los orígenes literarios del personaje en lo que fue la apasionante Casino Royale (2006).

Viendo como "Cubby" administró la saga durante su mandato, se me hace difícil creer que llegara a tomar una decisión parecida. Pero, obviamente, esto pertenece al terreno de la hipótesis.

22 de novembre del 2015

Alegato en favor de Spectre


Durante más de seis décadas, la saga Bond ha ido evolucionando y reinventándose a sí misma. Ninguna otra franquicia cinematográfica lleva tanto tiempo seduciendo y entreteniendo al público como la que amparan EON Productions y Danjaq LLC gestionando el legado de Albert R. Broccoli sobre la obra literaria de Ian Fleming. Este registro, por sí mismo, ya es digno de alabanza. Sin embargo, no se había conocido un movimiento tan audaz hasta la etapa de Daniel Craig al frente del personaje. Con la excelente Casino Royale (2006) se hizo evidente que producción, guión, dirección e interpretación se habían conjurado para dotar al nuevo ciclo de un carácter rompedor. Fue una apuesta para recuperar la esencia del personaje, tal como lo concibió Fleming, dejando los gadgets high-tech y los villanos megalómanos en el fondo del armario. Bond volvería a ser el "son of a bitch, bloody killer" de sus inicios novelescos, dentro de un contexto moderno y más realista. Se trataría de explorar facetas diversas de 007, desde la base literaria, manteniendo el canon de entretenimiento y acción.

No todo en esta nueva etapa ha resultado acertado puesto que Quantum of Solace (2008) significó un bajón espectacular respecto a su antecesora. Afortunadamente, fue posible reconducir el camino inicialmente trazado gracias a Skyfall (2012), probablemente el mejor título de la saga. El enorme éxito global de la película también se debió a la incorporación de dos piezas fundamentales: el excelente guionista norteamericano John Logan y, especialmente, el fichaje del ganador del Oscar, Sam Mendes, para la dirección. La asociación entre Mendes y Craig, que ya habían trabajado juntos en Camino a la Perdición (Road to Perdition, 2003), fue algo de lo que se benefició la película. La insistencia del actor fue el factor desequilibrante a la hora de convencer al atareado director para dejar en espera algunos de sus nuevos proyectos teatrales y regresar tras las cámaras con Spectre, convirtiéndose en el primer realizador que dirige dos films Bond consecutivos desde que John Glen hiciera lo propio en los 80.

Volviendo a 2006, es interesante recordar las palabras del propio Sam Mendes cuando le preguntaron qué le parecía la entrada de Daniel Craig en la franquicia. El director declaró que la elección era un error y que Craig no debía aceptar la propuesta. Viéndolo desde la perspectiva actual, estas palabras generan una gran perplejidad que desaparece por completo cuando profundizamos en el contexto de esas declaraciones. Mendes conocía la calidad interpretativa del actor tras haber trabajado con él y consideraba que la deriva que estaba caracterizando a la saga no encajaba con sus prestaciones. No podemos olvidar que Muere otro Día (Die Another Day, 2002), protagonizada por Pierce Brosnan, había sido un festival de superficialidad tecnológica, caracterizada por una grave falta de entidad en los personajes y situaciones. El éxito de taquilla de la misma hacía creer al observador externo que la franquicia iba a continuar por esos derroteros de irrealidad casi patológica que ya se habían apreciado durante la etapa de Roger Moore. Como cualquier cineasta británico que se precie, Sam Mendes era un seguidor más de la saga pero consideraba que su ligereza y falta de solidez argumental siempre le mantendrían alejado en el caso de recibir una oferta de Eon Productions. Este mismo argumento era el que aplicaba en relación a Daniel Craig, actor al que ponía muy por encima de Brosnan en cuanto a capacidad interpretativa. Por tanto, creyó que era una mala decisión del actor el hecho de comprometerse con algo que no estaba a su altura. Sin embargo, con el estreno de Casino Royale, el público vio que la saga había cambiado radicalmente. Bond volvía a sus orígenes literalmente y construía una identidad sólida en el marco de un proyecto capaz de entretener desde planteamientos argumentales más exigentes. Este nuevo rumbo sorprendió a Mendes quien comprendió la razón por la que Craig se había implicado. Después de la apuesta fallida por Marc Forster en Quantum of Solace, Michael G. Wilson y Barbara Broccoli fueron a buscarle para que retomara el rumbo iniciado con Casino Royale. Para Mendes, el trabajo de Martin Campbell, Craig y los guionistas había sido mayúsculo en el film de 2006 y sobre esa base aceptó entrar en el mundo de 007.
"Sin Casino Royale, nunca habría aceptado entrar en la saga. Para mí, los films de 007 eran un magnífico divertimento pero no encajaban conmigo desde el punto de vista creativo. No obstante, el trabajo de Martin Campbell y Paul Haggis, plasmado por Daniel, cambió el rumbo de la franquicia y, en este contexto, sí que podía aportar algo y sentirme cómodo al mismo tiempo."
CIERTOS SPOILERS TRAS EL SALTO 

23 de setembre del 2015

Escenas de acción en Spectre

"The Tradition for Bond is always real stunts, real action, real explosions..."
 Sam Mendes

"It's going to be a real rollercoaster ride."
Chris Corbould (supervisor de efectos especiales) 


18 de setembre del 2015

Venecia, el lugar perfecto para The Tourist. Por Francesc Marí


Solo con hacer una rápida búsqueda en cualquier base de datos de cine, como IMDb, veremos que la capital de la Serenísima República ha sido escenario de más de quinientos títulos entre películas y series de televisión, sin embargo, sería pretencioso afirmar que en todos ellos muestra la ciudad de los canales en todo su esplendor.

El primero y el más claro ejemplo de este hecho es la serie de películas de la televisión Comisario Brunetti, basados en los libros de la escritora estadounidense afincada en Venecia, Donna Leon; y es que cuando lees alguno de sus libros puedes comprobar que si Brunetti es su personaje, ella le escribe a Venecia, y es algo que se ve perfectamente reflejado en la serie de televisión. Gracias a ella nos transportamos hasta la ciudad de los canales para tener una visión muy realista de la ciudad, alejada de los tópicos de los turistas y de las grandes producciones.

Algunas de estas grandes producciones de estilo hollywoodiense no son otras que las películas de la saga James Bond. Desde su segunda entrega, Desde Rusia con amor (From Russia with Love, 1963), 007 ha utilizado Venecia como escenario hasta tres veces, en la primera ocasión no fue más que unos minutos. La escena inicial, justo después de los créditos, en los que un plano aéreo de la entrada al Gran Canal y a la torre de la Piazza de San Marco, se convierte en el contexto perfecto para dar inicio a la historia; para regresar al final de la película en una escena de apenas cinco minutos, en la que Bond y la chica de turno se despiden del espectador a bordo de una lancha que pasa por debajo del Puente de los Suspiros, a la vez que se adentra en la Laguna dejando atrás el Palazzo del Dux, San Marco, en un perfecto happy ending.


Bond volvería a Venecia en la piel de Roger Moore en Moonraker (1979), en la que dejando romanticismos a parte, tras dar un buen repaso a la arquitectura más típica de la ciudad, se dedicaría a destrozar un museo de cristal de Murano al pelearse con un luchador de kendo, rematándolo al arrojarlo por el cristal de la Piazza San Marco. Para después emprender una trepidante persecución a bordo de una góndola tuneada por Q, que incluso se convierte en un hovercraft.

La última vez que Bond pisó Venecia fue en 2006, cuando Daniel Craig se estrenó en el papel con Casino Royale. Dudo que vuelva porque si Roger Moore destrozó todo un museo, Craig se llevó por delante un edificio entero hundiéndolo en las aguas del Gran Canal. Pero antes de esto, Daniel Craig y Eva Green llegarán a la ciudad en velero, brindando una esplendorosa visión de la ciudad; pero tampoco se olvida de elementos tan esenciales para el aspecto de la ciudad como las góndolas, las verdulerías flotantes, San Marco y los turistas, turistas por todas partes. A pesar de que Venecia es una de las ciudades del amor, en Casino Royale se convierte en el escenario final del drama de James Bond.


Alejándonos de 007, otra de las producciones que utilizó Venecia como fondo para su historia fue el remake de The Italian Job, dirigida por F. Gary Gray en 2003. En la escena inicial de quince minutos, las cámaras recorren los habituales escenarios de la ciudad: Piazza San Marco, la iglesia de San Barnaba, los canales, el Gran Canal, la Punta Dogana, aprovechando cualquier elemento para una persecución con lanchas, como las barcas-verdulerías y los basureros.

Hasta ahora hemos mencionado películas que muestran levemente Venecia en apenas unos minutos. Existen otras en que la ciudad es generada completamente por ordenador. Una de ellas es La Liga de los Hombres Extraordinarios (The League of Extraordinary Gentlemen, 2003), en la que no se rodó ni una sola escena en la ciudad aunque una parte importante de la historia transcurra en sus calles y canales. En esta película veremos la Venecia de finales del siglo XIX, en la que un inmenso Nautilus pasa por los estrechos canales rozando el puente de Rialto justo en pleno carnaval. Una de las pegas de esta película, respecto a los que nos concierne, es que se desvirtúa el tamaño de la ciudad, dándole grandes calles y plazas porticadas para que dé cabida a todas las escenas de acción que sean necesarias.

Sin embargo, eso es algo completamente prescindible, como bien nos demuestra Steven Spielberg en Indiana Jones y la Última Cruzada (Indiana Jones and the Last Crusade, 1989), que utilizó los muelles de Tillbury, en Essex, para rodar la persecución entre Indiana Jones y la Hermandad de la Espada Cruciforme, sin necesidad de efectos digitales apelmazados. Sin embargo, aunque solo fuera durante un día, se rodó la llegada de Indiana a Venecia en el Gran Canal, y varias tomas mientras los actores paseaban por una de sus calles, sin olvidar la pieza esencial de la trama de la película: la iglesia de San Barnaba, que se convierte en una biblioteca que da acceso a las catacumbas de Venecia, en las que, además de ratas, también podemos encontrar… ¡petróleo!


Pero de esta película nos quedamos con algo que dice su protagonista, justo cuando su co-protagonista le esta dando un beso. No puede evitar decir:
«¡Me encanta Venecia!»
Para seguir adelante y llegar a la película que nos interesa, debemos quedarnos con esta idea tan bien expresada por Indy. Venecia tiene algo especial que la hace diferente a otras muchas ciudades, y para ello debemos recordar una pequeña conversación, que tiene lugar hacia el final de la película de The Tourist (2010), entre el personaje de Paul Bettany y el de Rufus Sewell:
«—A ver si lo entiendo, porque estoy… Estoy un poco confuso. Usted recibió dinero de un hombre al que no había visto nunca y que le envió mensajes de texto diciéndole que se presentara en un sitio cualquiera.—Bueno… No un sitio cualquiera.»
Y es que Venecia es eso, no es un sitio cualquiera… ¡Por Dios! Si en lugar de calles tiene canales, no puede ser un sitio cualquiera. En The Tourist descubrimos esta Venecia tan especial. Hasta ahora hemos hablado de películas que utilizan Venecia como escenario, aunque podrían tener lugar en cualquier otro sitio. Sin embargo, The Tourist convierte Venecia en su único escenario posible. A pesar de que la acción nace en París —que también retrata de forma bastante interesante, mostrando la ciudad de la jet-set—, la mayor parte de la película transcurre en la ciudad de los canales. Pero, esta sensación de viaje no solo tiene lugar cuando la historia llega a Venecia. Ya desde un principio, tras una breve estancia en París, tomaremos un Eurostar que nos llevará directamente a Venecia a través de la campiña francesa, convirtiendo un mero viaje en tren en todo un placer.

The Tourist llega a Venecia de un modo poco habitual hasta entonces, en tren por la estación de Santa Lucía, una de las puertas del lugar mágico que es la ciudad, a la vez que nos muestra en un plano aéreo el escenario que les espera a nuestros protagonistas. Pero en seguida montaremos en una de las clásicas lanchas con acabados de madera que circulan por los canales a modo de taxi, hasta llegar al hotel. Y no un hotel cualquiera, sino uno de los mejores de la ciudad: el Danieli, que si bien tiene unas grandes vistas del Gran Canal y la Laguna, es físicamente imposible que pueda ver desde sus ventanas el puente de Rialto, ya que se encuentra al otro extremo de la ciudad… Pero bueno, se le perdona a la película, por el bien del clímax, ya que esa toma es la carta de presentación perfecta para Frank (Johnny Depp), nuestro turista, que descubre Venecia en la mejor de sus caras. Y, como colofón, qué mejor manera de terminar el primer día que cenando en una terraza de un restaurante mientras las luces se reflejan en las aguas del Gran Canal.


Llegados a este punto de la película, la verdad sea dicha, no hemos podido descubrir demasiado de los reclamos turísticos de la ciudad, pero sí de su esencia. Ese punto medio entre el romanticismo y la melancolía.

Será a partir de la mañana siguiente cuando a Frank le toque hacer el turista, aunque sea corriendo por los tejados, con lo que tendrá una visión magnífica de los canales y de la típica arquitectura veneciana, antes de ser detenido por la policía.

Como no podía ser de otro modo, cuando no nos damos cuenta tras los actores aparecen lugares de la ciudad, desde la Piazza San Marco y el Palazzo del Dux, hasta los estrechos callejones, en los que apenas cabe la cámara, pasando por todo el repertorio de lugares habituales, ya que si bien la ciudad es muy habitual en el cine, tiene un grave problema para el rodaje, el espacio. Debido al espacio necesario para todo el equipo de rodaje, son muchos los lugares de Venecia que repiten en diversas películas, ya que, como aquellos que han estado allí ya sabrán, la mayoría de calles y canales son más bien estrechos y casi impracticables a pie. Los que sí disponen de espacio, como San Marco, San Barnaba, el Gran Canal o el Mercado de Rialto son usados hasta el infinito.

Dejando de lado un poco la ciudad que nos muestra The Tourist, un elemento que está brillantemente buscado es la caracterización de Frank Tupelo como el típico y tópico turista americano. Para empezar, a pesar de estar en Italia, no hace más que hablar en portugués constantemente, metiendo en el mismo saco a todos los países del sur de Europa; a la vez que cuando pide ayuda porque lo están persiguiendo, los trabajadores del hotel se lo toman a pitorreo por se americano, ya que siempre están exagerando.

Para terminar, y volviendo a lo que nos interesa, a pesar de que The Tourist está repleta de acción e intriga, a través de esta película descubrimos la Venecia más romántica, en la que todo puede ocurrir y en la que cualquier historia de amor, por muy extraña que sea, puede tener su final feliz.

21 de juliol del 2015

Sam Mendes reflexiona sobre Spectre tras concluir el rodaje


Tras 128 días de filmación repartidos a lo largo de siete meses, Sam Mendes puso fin al rodaje de Spectre el pasado 5 de julio. Inmerso ya en la fase de montaje y post-producción con vistas al estreno de la película a finales de octubre, Mendes realizó una entrevista en la BBC Radio donde valora lo que ha supuesto este exigente film y anuncia que esta ha sido su última incursión en la saga Bond. Dijo lo mismo después de finalizar Skyfall y se acabó embarcando en Spectre por la fuerza del nuevo argumento y la influencia ejercida por Daniel Craig. En el contexto cinematográfico actual es difícil poder contar con el mismo director en más de dos entregas de cualquier franquicia. Si además, el realizador en cuestión es Sam Mendes, considerado uno de los directores de cine y teatro más brillantes del panorama actual, es más que lógica la decisión de finalizar esta etapa teniendo en cuenta que el trabajo en las dos películas le ha llevado cinco años y ha impedido que pudiera dedicarse a la dirección teatral de varios proyectos de la escena londinense.

Al mismo tiempo, Mendes augura un nuevo film de la saga que puede volver a romper barreras de brillantez en la franquicia. Actualmente, en las salas de montaje de Pinewood Studios, Mendes y el montador Lee Smith están dando unidad a la película mientras la extensa partitura compuesta por Thomas Newman empieza a integrarse en el metraje. Pronto sabremos qué cantante interpretará el tema principal.

"[SPECTRE] is a bigger movie than 'Skyfall'. When we were up for a BAFTA last time I counted the cast and crew as I wanted to accept it on behalf of everybody. I counted them up myself and there was over a thousand and you really do feel it. [SPECTRE] is shot in more places. We were in Mexico City, Tangiers, the Northern Sahara, Rome, The Alps, and London. We shut down great sections of London. Anyone whose evening was ruined because of the traffic around Westminster Bridge over the last few weeks, I apologise to them. But it's been an enormous undertaking. One of the most rewarding moments for a film director is when you finally finish shooting."
"It kind of starts all over again when you're editing. You really direct the movie four times: when it's being written, when it's being cast and prepped, when it's being shot and then when it's being edited and music is being added. That fourth stage is just beginning. If you're any good as a director you want to be all over every department and you want to be influencing everything. It's your film and your vision. Unlike the theatre, where I learnt a lot of my craft, I don't think theatre is a director's medium, whereas film is. You can pretty much blame the director if you're having a bad evening at the cinema because it does fall on his shoulders."
"I made the movie I wanted to see [for Skyfall] and I think I've done the same thing this time [for SPECTRE]. I hope I've done the same thing this time, although it really is just emerging out of the mists - the way that it does in the editing period. In terms of the story, it's pretty much set out. But as any director will tell you, how you tell the story is everything and the story by itself is not enough. I spend a long, long period with the music for the movie and there will be over 100 minutes of music for this movie. That's a lot of music. There is a lot of visual effects and a lot of sound work. There are any number of ways to mess your film up, even at this late stage, however good the story is. You have to stay completely focused and it is somewhat like rebooting and starting again at this stage. For me, editing is the most pleasurable piece as you've done all the hard work and it's down to the story-telling."
"For me, the Bond franchise as a whole has been a wonderful unexpected gift at this point in my life. it's not just the making of the film, it's the relationship you have with an audience and the dialog you have with the process from the beginning to the end. You have to embrace the fact that everything you do is going to be reviewed and debated from the title to the music to the casting to the trailer... "
"I'm happiest rehearsing a play or editing a movie, and I think that when I've finished a movie I generally want to be back in a theatre environment again. It feels like home, it feels controllable after the chaos of a movie set. But it won't be long before I want to do another film, and I'm very, very fortunate to be able to go back and forth between the two."
"I said 'No' to the last one and then ended up doing it and was pilloried by all my friends, including [former England cricket captain] Michael Atherton who took great pleasure in reminding me that I said no to the last one and ended up doing it. But I do think this is probably it. I think five years for the two movies... It feels now almost, even though we've only just finished shooting it, like one big experience. It was a fantastic life-changing thing, but I don't think I could go down that road again. It's more a lifestyle choice than a job. You do have to put everything else on hold."

27 de febrer del 2015

Sam Mendes en el segundo "Behind the Scenes" de Spectre

"The reasons I’m doing the second Bond movie are the reasons I would do any movie, really, which is all to do with the story. And in this movie, SPECTRE, what you have is a movie entirely driven by Bond. He is on a mission from the very beginning." 
“It’s about whether or not to pursue the life he’s always pursued, whether he matters and is he going to continue or not. And you’re going to have to come to see the movie to find out whether he does.”



COLUMBIA PICTURES and METRO-GOLDWYN-MAYER presents an EON and DANJAQ production 
"SPECTRE"

DANIEL CRAIG  CHRISTOPH WALTZ  MONICA BELLUCCI

LÉA SEYDOUX  ANDREW SCOTT  DAVID BAUTISTA
NAOMIE HARRIS  BEN WHISHAW  RORY KINNEAR
and RALPH FIENNES as M


Music by THOMAS NEWMAN
Cinematography by HOYTE VAN HOYTEMA
Film editing by LEE SMITH
Production design by DENNIS GASSNER
Costume design by JANY TEMIME


Produced by BARBARA BROCCOLI and MICHAEL G. WILSON

Written by JOHN LOGAN and NEAL PURVIS & ROBERT WADE

Directed by SAM MENDES

13 de febrer del 2015

Primer "Behind the Scenes" de Spectre


"The thing that Sam and I talked about was how we are going to top 'Skyfall'. It's going to be 'Spectre' and, so far, it's a great start. I think that we are going to continue the history of the Bond films, making things that are exciting for the audience to look at and what could be more exciting than to be on top of the world?"
Dennis Gassner (Diseñador de producción en Spectre)

El rodaje de Spectre en localizaciones austríacas promete ofrecer poderosas secuencias de acción. Este primer featurette contribuye a incrementar la expectación sobre un film de presupuesto estratosférico. Se habla de una cantidad cercana a los 350 millones de dólares. Sam Mendes dispone de recursos casi ilimitados en esta cinta.



Y como bonus track, adjunto un vídeo grabado durante la sesión fotográfica de Vanity Fair en Inglaterra. Entre otras cosas, los intérpretes se posicionan entorno a su Bond favorito (a partir del minuto 1:20). Vemos a Judi Dench, Michelle Dockery, Jude Law, Damian Lewis, Dominic West, Tom Hiddleston, Matthew Goode, Keira Knightley, Felicity Jones, James Corden, Clive Owen, Kenneth Branagh, Jeremy Irons, Jack Huston, Ruth Wilson, Terence Stamp, Natalie Dormer, Sophie Turner, James McAvoy, Jack O'Connell y Orlando Bloom, entre otros.

4 de desembre del 2014

Bond 24 es SPECTRE



Convertido en maestro de ceremonias, el director Sam Mendes se ha encargado de conducir el acto de presentación de SPECTRE, el film número 24 de la franquicia más longeva de la historia del cine. El acto ha tenido lugar en el 007 stage de Pinewood Studios (Londres)Daniel Craig dará vida a James Bond por cuarta vez tras Casino Royale, Quantum of Solace y Skyfall.

Acompañado por Barbara Broccoli, Mendes ha desvelado el título del nuevo film: SPECTRE. Tras una larga lucha de EON Productions por recuperar los derechos de propiedad sobre todo lo relacionado con la organización terrorista internacional, se ha evidenciado que la victoria en los tribunales ha sido aprovechada inmediatamente para ser incorporada en la siguiente película de la franquicia.

Recordemos que SPECTRA apareció en todas las cintas de la primera etapa de la saga, excepto Goldfinger (1964). Su última presencia, como organización, se dio en Diamantes para la Eternidad (Diamonds are Forever, 1971). Bajo el liderazgo férreo e inmisericorde de Ernst Stavro Blofeld, SPECTRA se convirtió en la mayor amenaza global para la seguridad y la estabilidad del mundo. Blofeld se reservó una última presencia en Solo para sus Ojos (For your Eyes Only, 1981) pero fue algo testimonial.

La forma que dibuja el disparo en el póster promocional busca conectar con el logo clásico de SPECTRA.


Christoph Waltz, Monica Bellucci, Léa Seydoux, Andrew Scott y David Bautista formarán parte del reparto junto a los ya conocidos Ralph Fiennes (M), Naomie Harris (Moneypenny), Ben Whishaw (Q) y Rory Kinnear (Bill Tanner).

Oficialmente, Waltz dará vida a Franz Oberhauser (¿nombre en clave para Blofeld?). Andrew Scott (Jim Moriarty en la serie Sherlock) será Denbigh. El fornido David Bautista recupera la tradición del villano físicamente imponente con el papel de Mr. Hinx. En cuanto al reparto femenino, la saga da la bienvenida a la gran Monica Bellucci en el papel de Lucia Sciarra y a Léa Seydoux como Madeleine Swann.

Una primera sinopsis de la película ha circulado durante el día de hoy:
“A cryptic message from Bond’s past sends him on a trail to uncover a sinister organisation. While M battles political forces to keep the secret service alive, Bond peels back the layers of deceit to reveal the terrible truth behind SPECTRE.”

Mendes comenzará a rodar el 8 de diciembre. Los escenarios de filmación serán Londres y los estudios Pinewood, México D.F, Tánger y Erfoud (Marruecos), Roma (Italia), y Sölden, Obertilliach y el lago Altausse (Austria). El rodaje finalizará a principios de junio. Su estreno está previsto para el 6 de noviembre de 2015 (en algunos países europeos llegará una semana antes, el 30 de octubre).

Para la ocasión, Aston Martin ha preparado el DB10, un nuevo modelo de coche que también ha sido presentado hoy.

El guión está firmado por los autores del libreto de Skyfall: los habituales Neal Purvis & Robert Wade, y el responsable de los elementos más dramáticos de la cinta precedente, el prestigioso John Logan.









COLUMBIA PICTURES and METRO-GOLDWYN-MAYER presents an EON and DANJAQ production 
"SPECTRE"

DANIEL CRAIG  CHRISTOPH WALTZ  MONICA BELLUCCI

LÉA SEYDOUX  ANDREW SCOTT  DAVID BAUTISTA
NAOMIE HARRIS  BEN WHISHAW  RORY KINNEAR
and RALPH FIENNES as M


Music by THOMAS NEWMAN
Cinematography by HOYTE VAN HOYTEMA
Film editing by LEE SMITH
Production design by DENNIS GASSNER
Costume design by JANY TEMIME
Second unit directed by ALEXANDER WITT

Produced by BARBARA BROCCOLI and MICHAEL G. WILSON

Written by JOHN LOGAN and NEAL PURVIS & ROBERT WADE

Directed by SAM MENDES

19 de febrer del 2014

La puerta trasera del MI6. Muere Otro Día (Die Another Day, 2002)

Quien le iba a decir al equipo de limpieza que habitualmente cuida del Westminster bridge y alrededores que los responsables de una película de la saga Bond pudieran estar interesados en rodar una serie de planos en las cercanías de uno de sus cuartos de mantenimiento.

Así es el cine, cuando una cámara encuadra un lugar y sitúa una escena con intérpretes, acaba de investir al enclave de una trascendencia imperecedera. Y si además resulta que James Bond es el protagonista de la situación, el interés sube y los "cazalocalizaciones", entre los cuales me incluyo, rastrearán los lugares y, si es posible, peregrinarán hacia ellos para documentarlo.

Recuerdo que cuando vi Muere Otro Día (Die Another Day, 2002) me resultó curiosa la escena en la que 007 (Pierce Brosnan) recibe un mensaje en forma de llave de hierro. No hacen falta más explicaciones puesto que todos los agentes del MI-6 saben lo que implica esa llave. La reciben los repudiados, aquellos que han desaparecido en acto de servicio y cuyo destino final se ignora. Cuando un operativo vuelve a Londres y pretende reingresar, deberá pasar una audiencia previa en una estación en desuso de la red de metro llamada "Vauxhall Cross".

Bond es ahora uno de estos repudiados. Su largo cautiverio en Corea del Norte arrojaba dudas a M acerca de su resistencia a la tortura. Existía la seria sospecha de que él podría haber sangrado algunos secretos oficiales. Ante tal panorama, 007 decidió escapar de la instalación donde le evaluaban para demostrar su inocencia en una cruzada individual, sin cobertura ni apoyo. Las pesquisas que va llevando a cabo le conducen hacia el multimillonario Gustav Graves (Toby Stephens), un comerciante de diamantes que ha conseguido éxito y notoriedad en muy poco tiempo.

Tras recibir la llave en el gimnasio donde acaba de protagonizar un combate de esgrima desaforado contra Graves, Bond se dirige al lado este del puente de Westminster. Y allí, después de bajar unas escaleras, abre una puerta que le conduce hacia los túneles subterráneos donde le espera M (Judi Dench).

En la realidad, cuando bajas dichas escaleras visualizas la puerta de madera austera en un recodo. Pero, si se da la casualidad de que está abierta, lo que se entrevé es un simple cuarto donde se guardan varios útiles de limpieza. No hay glamour ni misterio tras esa puerta. Pero llegar hasta allí y recordar la escena es algo imprescindible para cualquier fan de las localizaciones que se precie. Os dejo con las imágenes del film y las fotos tomadas en dicho lugar.



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9 de febrer del 2014

Skyfall filming locations report: for your eyes only


Quizá sea Skyfall el film de la saga Bond en que las secuencias en Londres tienen más extensión y preeminencia. Cuando Sam Mendes leyó el guión definitivo y comprobó que buena parte del metraje se ubicaría en la capital británica, se planteó como podía visualizar una ciudad que, en sus palabras, no es muy fotogénica más allá del centro y la zona de Whitehall. Teniendo varias escenas en Shanghai, con sus colosales rascacielos, pensó que el contraste podía ser demasiado marcado. Pero halló la solución imprimiendo un mayor ritmo al montaje, colocando parte de la persecución de Silva en espacios interiores, y centrando la cámara en los personajes y en la enorme tensión que se vive cuando Bond trata de detener el atentado que pretende acabar con la vida de M.

Teniendo en cuenta todo ello y como seguidor acérrimo de la saga 007 y también devoto del trabajo realizado por Mendes en Skyfall, decidí captar algunas imágenes de los lugares en que se filmó la producción cuando viajé a Londres el pasado otoño. Procedamos pues a la lectura y visualización del informe.


Tras la pérdida de la lista encriptada que contiene los nombres de todos los agentes de la OTAN que trabajan infiltrados en las diferentes organizaciones terroristas del mundo, M (Judi Dench) es requerida por su nuevo supervisor, Gareth Mallory (Ralph Fiennes), quien le informará de los cambios que tienen previstos para el MI-6 en el futuro inmediato. M viaja en coche junto a su adjunto, Bill Tanner (Rory Kinnear), y vemos claramente que pasa por Parliament Square en dirección a un edificio oficial en Whitehall. En realidad, el lugar al que llega está bastante más lejos. Cerca de la Torre de Londres se alza el majestuoso edificio que fue sede del Port of London Authority. Actualmente, se halla en reforma puesto que va a convertirse en un hotel de lujo. Las lonas exteriores impidieron que pudiera realizar fotos del mismo. Viendo la imagen que he localizado quizá podáis reconocer también la que fue vivienda de Manfred Powell (Iain Glen) en Lara Croft: Tomb Raider (2001). Más adelante volveremos a esta localización.


Después de saber que el Gobierno tiene previsto sustituirla como máxima responsable del Servicio Secreto Británico, M vuelve a la sede del MI-6 en Vauxhall. Tanner recibe informaciones acerca del hackeo del sistema de comunicaciones en la sede. Con Vauxhall Bridge cortado por la policía como medida de seguridad, M presencia el brutal atentado que destruye buena parte de la zona noble del edificio, causando un buen número de víctimas. Es el segundo atentado que sufre el cuartel general en la saga. El primero fue en El Mundo Nunca es Suficiente (The World is not Enough, 1999).







Con Bond (Daniel Craig) "reported for duty", llega el momento de recibir algo que le distingue como 007: la Walther PPK. El lugar de encuentro con el suministrador es la National Gallery, ubicada en Trafalgar Square. Vemos a Bond cruzando parte de la plaza y subiendo por las escaleras laterales de la entrada al museo. En la sala 34, donde se encuentra la obra maestra de JMW Turner, "The Fighting Temeraire", 007 es contactado por el nuevo y jovencísimo Q (Ben Whishaw). La conversación entre ambos es más que interesante y la he incluido a continuación:






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Damos ahora un salto en el argumento y nos situamos prácticamente en el último tercio del film. La captura de Silva (Javier Bardem) había sido planeada al detalle por él mismo. Y ya en Londres, utilizando sus múltiples recursos, escapa del control del MI-6 para ejecutar el atentado que finalmente acabe con la vida de M. Tras una persecución desenfrenada por varias estaciones de metro de la ciudad, Bond emerge por una de las escaleras de la estación de Westminster. M está prestando declaración en uno de los edificios oficiales del centro ante un comité especial de seguridad. Este será el escenario público en el que Silva planea desatar una orgía de sangre. Vemos a 007 correr por Whitehall, tratando de impedir que eso suceda, mientras M cita a Lord Tennyson ante la comisión en un montaje paralelo que considero un gran recurso técnico y una de las grandes aportaciones de Sam Mendes a la saga.

Recuperamos aquí la primera localización de la que he hablado en el artículo. Porque vemos claramente como Bond dobla una calle y se acerca corriendo hacia la entrada del antiguo Port of London Authority. En las fotos siguientes podéis ver la salida de la estación de metro y también el lugar por donde Daniel Craig fue filmado antes de llegar al supuesto lugar de la audiencia. Tal como he citado anteriormente, no fue posible inmortalizar la fachada por las obras que se estaban realizando.




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La última localización de la que quiero hablar en este post es la que podemos ver casi al final de la película. Después del enfrentamiento final en Escocia, Bond regresa a Londres donde el MI-6 se adapta a los cambios forzosos y voluntarios que ha sufrido. Todo parece indicar que el Servicio Secreto Británico tiene una nueva sede que recuerda mucho a la que vimos habitualmente en los films clásicos de la franquicia. En lo alto del edificio, con vistas claras hacia el Old War Office Building e incluso el Big Ben, observamos como 007 contempla el panorama mientras la bandera británica ondea al fondo. Este magnífico plano fue rodado en la azotea del Departament of Energy and Climate Change, en Whitehall. He adjuntado la imagen que puede tomarse desde la calle. Al tratarse de un edificio oficial, no está permitido subir arriba.






Para finalizar he querido incluir también un pequeño featurette acerca del rodaje de Skyfall en Londres. Sirve como conclusión a un artículo en que he querido mostrar todas aquellas localizaciones del film que tuve tiempo de visitar. 

12 de juliol del 2013

Sam Mendes seguirá la pista de 007 en el nuevo film de la franquicia más longeva


Un anuncio esperado y muy gratificante. Sam Mendes volverá a la silla de dirección para el nuevo film de la saga Bond, cuya fecha de estreno se ha fijado para el 23 de octubre de 2015.

Tras el éxito crítico y comercial de Skyfall (1,1 Billones de dólares de recaudación, la película británica más victoriosa en taquilla de la historia), todos los responsables de producción (Eon, Sony Pictures, y MGM) pusieron un gran empeño en conseguir que Mendes aceptara dirigir el siguiente proyecto de la franquicia. 

Pero Mendes respondió negativamente al ofrecimiento, en un principio, puesto que estaba ya comprometido para supervisar varias obras teatrales en el West End londinense. La producción de un film de 007 es larga y creía que no dispondría del tiempo necesario para estar al mando de todo este proceso.

Sin embargo, Barbara Broccoli y Michael G. Wilson siguieron insistiendo y, al retrasar la fecha de estreno de la nueva película al año 2015, han conseguido que el realizador británico haya aceptado volver a ponerse tras las cámaras de este "Bond 24".

Daniel Craig también ha tenido un gran peso en esta negociación ya que es de sobras conocida la amistad entre ambos y, en entrevistas concedidas durante la promoción de Skyfall, siempre aseguró que Mendes, John Logan, y él mismo habían hablado sobre líneas argumentales interesantes para el futuro de la franquicia. Ahora todo ello podrá hacerse realidad porque también repite John Logan como guionista.

Según el calendario previsto, el nuevo film no entraría en fase de rodaje hasta noviembre o diciembre de 2014. Eso ofrece tiempo a Mendes para dedicarse a fondo a sus proyectos teatrales antes de embarcarse en una pre-producción en la que empezará a trabajar a partir del próximo mes de mayo. John Logan ya está escribiendo el guión, esta vez en solitario.

Ante esta gran noticia que asegura un rumbo de calidad para la nueva cinta de la saga, los responsables han declarado lo siguiente:

Michael G. Wilson & Barbara Broccoli (Eon Productions)

"Following the extraordinary success of Skyfall, we're really excited to be working once again with Daniel Craig, Sam Mendes and John Logan".


Sam Mendes

"I am very pleased that by giving me the time I need to honour all my theatre commitments, the producers have made it possible for me to direct Bond 24. I very much look forward to taking up the reins again, and to working with Daniel Craig, Michael G. Wilson and Barbara Broccoli for a second time."


Michael Lynton & Amy Pascal (Sony Pictures)

"It's a privilege to work on the Bond films. EON, John Logan and Sam Mendes have come up with an extraordinary follow up to Skyfall and we, along with our partners at MGM, can't wait to share this new chapter with audiences all over the world."

27 de maig del 2013

Coches de cine: Aston Martin DB5


Tras el éxito de Dr. No (1962)From Russia with Love (1963), Albert R. Broccoli dispuso la maquinaria para empezar a rodar Goldfinger, una de las novelas más exitosas en la carrera literaria de Ian Fleming.
 
Broccoli buscaba aún más impacto y encontró en la adaptación de Goldfinger la mejor opción para seguir ampliando la magnitud y repercusión de la franquicia. Dentro de este aumento en la escala de la producción, era fundamental encontrar un coche que pudiera ser equipado con dispositivos muy especiales. El Bentley Sport Tourer que aparecía en Desde Rusia... no podía ser modificado para incorporar lo que se necesitaba. Era imprescindible recurrir al mejor modelo del momento para crear el espectáculo deseado.
 
Ian Fleming, en la novela publicada en 1959, colocaba a Bond conduciendo un Aston Martin DB3. Pero en la pre-producción se decidió utilizar el último modelo que la casa británica acababa de lanzar: el DB5.
 
El diseñador de producción de la película, Ken Adam, y el considerado como "The real Q", John Stears, trabajaron intensamente con los ingenieros de Aston Martin para desarrollar un modelo especial del DB5 con motor doble árbol de seis cilindros. El color escogido fue el gris plateado. Los responsables acababan de crear una leyenda de la que aún no eran conscientes. 
 

John Stears, en su labor de supervisor de efectos especiales, preparó varios trucos para el automóvil que aún siguen maravillando a los fans de la saga Bond. La matrícula original, BMT 216A, podía cambiar para facilitar la escapada de 007 y disponía de toda clase de gadgets para hacer frente a sus agresores. Tras las luces de posición delanteras, aparecían dos ametralladoras Browning. Se habilitó también un blindaje trasero extensible al igual que sierras en la ruedas para hacer poco placentero el viaje de su perseguidor. Uno de los elementos más recordados es, sin lugar a dudas, el asiento eyectable cuyo peso en el recuerdo se deja notar hasta en la última entrega de la franquicia: Skyfall.
 
Bond también contaba con otros dispositivos para crear toda clase de infortunios a los villanos (cortinas de humo, derramar aceite en la carretera, disparo de clavos de tres puntas...) además de una pantalla de radar para realizar rastreos. En una época, en la que un coche de estas características era desconocido, el arsenal de trucos y efectos que los responsables de la película pusieron en pantalla, transformó al DB5 gris en una celebridad.

De todos los dispositivos que vemos en la película sólo el asiento eyectable era real, aunque únicamente se instaló para rodar la escena en que Bond lo activaba. El sistema tenía un gran tamaño y no era adaptable a la acción continuada del film. Mediante trucos de cámara fueron capaces de rodar la expulsión de un muñeco que, desde lejos, simuló ser uno de los lacayos de Auric Goldfinger.
 

En el siguiente film de la saga, Operación Trueno (Thunderball, 1965), el DB5 volvió a aparecer en la escena pre-créditos cuando Bond es perseguido en Francia. Los gadgets habituales volvieron a serle útiles a 007.
 
Muchos coches han mejorado y ampliado las prestaciones en películas posteriores pero el Aston Martin de Goldfinger sigue siendo el más emblemático aunque nunca haya sido el más rápido ni tampoco el más cómodo. Pero sí que logró ser el primero en dejar huella en los espectadores y su leyenda se ha ido manteniendo, con el paso de las décadas, de forma que su imagen se asocia, más que ningún otro, con la figura de James Bond.
 
A todo ello ha contribuido la utilización reciente del automóvil en pequeñas escenas que le han seguido relacionando con 007. Así fue como le veíamos, con matrícula diferente, en Goldeneye (1995) cuando Bond mantenía una curiosa carrera contra Xenia Onatopp (aderezada por la ridícula música de Eric Serra) en las carreteras cercanas a Mónaco. Convertido en lo que sería su coche personal, también aparecía brevemente en El Mañana Nunca Muere (Tomorrow Never Dies, 1997) cuando Bond es requerido por M en la sede del Ministerio de Defensa.

En la excelente Casino Royale (2006), los guionistas colocaron al DB5 como propiedad del sicario Alex DimitriosJames conseguía sacarle de sus casillas, a lo largo de una partida de póker, hasta provocar que se jugara el coche en la última apuesta. Bond se hacía, por tanto, con las llaves de un modelo con el volante a la izquierda.

Y finalmente, en Skyfall, aparece de nuevo una réplica del original de Goldfinger, con la matrícula BMT 216A, y que vuelve a disponer de dispositivos útiles, incluso el botón eyectable (el cual suscita un jocoso comentario por parte de M). La película nos lo muestra como si fuera un modelo retirado del servicio que 007 se ha quedado en propiedad por "razones sentimentales". Tras su desaparición en la misión inicial en Turquía, todas sus posesiones se habrían guardado en un trastero incluyendo el apreciado automóvil que, por cosas del destino, volverá a tener un papel importante en el enfrentamiento final con los hombres de Silva, alrededor del Skyfall Lodge.
 

A lo largo de la saga, el agente británico ha conducido también otros modelos más modernos de la casa Aston Martin (el V8 Vantage, el Vanquish, el nuevo DBS) pero el DB5 siempre será el auto más asociado a 007 en la memoria colectiva. Al igual que Frank Abagnale Jr. en Atrápame si Puedes (Catch Me if You Can, 2002), todos los fans de Bond desearíamos tener un DB5 en el garaje y estoy seguro que mi amigo Xavi sería el primero en apuntarse a esa lista de espera imposible.


 
Para rodar Goldfinger, se utilizaron dos DB5. Durante años fueron exhibidos en convenciones y eventos diversos. El coche principal cambió de propietario a lo largo de los años hasta que fue adquirido por el coleccionista Anthony Pugliese en 1986. Durante una década, Pugliese siguió mostrándolo en varias exposiciones hasta que, en 1997, fue robado misteriosamente. Alguien entró en un hangar del aeródromo de Boca Ratón (Florida) y sustrajo el automóvil. Nunca ha vuelto a reaparecer.
 
En cambio, el Aston Martin utilizado en Thunderball está en venta actualmente al módico precio de 4,7 millones de dólares. Incluye además gadgets especiales. ¿Alguien da más?