26 de desembre del 2014

The Walking Dead: Grady Memorial (SPOILERS)


Apoteósico y ansiado final el de esta primera parte de la 5ª temporada de The Walking Dead. La muerte de uno de sus personajes fijos y la puerta que nos abren de cara a los próximos capítulos con los interrogantes planteados a través de sus historias sin finalizar, no son sino ejemplos de cómo el grupo está evolucionando a marchas forzadas obligados por las circunstancias en las que viven.

La muerte de Beth (Emily Kinney) cuando ya casi dábamos por acabado el último episodio pone de manifiesto la capacidad de los creadores de la serie para mantener en vilo al espectador al dar giros de tuerca cuando menos se los espera. Sigo pensando que es una técnica fantástica porque, de este modo, todos nos mantenemos atentos a la serie, tanto los que seguimos el cómic como aquellos para quien la serie es su primer referente. Nadie sabe nada aunque crea que tiene la trama más o menos controlada.


Esta primera parte, que volverá a reiniciarse dentro de pocos meses, no ha hecho sino seguir con el devenir natural que se podía esperar del grupo liderado por Rick Grimes (Andrew Lincoln). Sus integrantes han evolucionado y nos han ido enseñando, episodio a episodio, que las circunstancias extremas con las que tienen que convivir en el nuevo mundo que se ha formado después de la hecatombe, les ha hecho convertirse en un reflejo de lo que se encuentran diariamente. Carol (Melissa McBride) ha cambiado, Carl (Chandler Riggs) ha cambiado, Daryl (Norman Reedus) ha cambiado y Rick es cada vez más extremo en las decisiones que toma.
Aunque haya quien pensará que siempre es más de lo mismo pero en distintas escenas y en distintos estadios de tiempo creo que, precisamente, es necesario el “convivir” con ellos desde fuera de la pantalla para llegar a hacernos una idea de a lo que se enfrentan. Estos episodios son la antesala de más pérdidas humanas, de más decisiones tanto correctas como incorrectas que provocarán que la suerte de todos se decante más hacia un lado o hacia el otro. Sus autores lo saben y utilizan estos episodios donde parece que no sucede nada relevante para ir acomodándonos y preparándonos para cuando llegue el suceso en el que culminen tantos pasos previos. También quieren que les cojamos cariño, que nos identifiquemos, para que cuando llegue la desaparición de alguno de ellos nos haga querer continuar con la serie para saber qué les sucederá a los demás.

Sin embargo, creo que se trata de la temporada que más se ha alejado de la historia paralela del cómic. Los sucesos se desarrollan de manera muy diferente y otorgados a otros personajes, como sucede con la muerte de Bob, Dale en el cómic. Pero es normal; para los lectores de su formato en papel, siguen habiendo sorpresas que hacen que quieran continuar viendo la serie y, para los demás, los capítulos no dejan de sucederse uno tras otro con la incógnita siempre acompañándolos. La muerte de Beth nos ha sorprendido a todos ya que, sin existir su personaje en el cómic, su bondad y dulzura ocupó un lugar en el grupo de momento irremplazable. Bob no es el destinado a ser comido en el formato de papel, sino que es Dale (muerto en la serie hace tiempo ya) el que se lleva esa mala suerte. Michonne (Danai Gurira) casi no ha tenido protagonismo pero ya le llegará, lo ha cedido temporalmente para dar paso a otros personajes, necesarios para continuar con la historia, como Abraham (Michael Cudlitz), Rosita (Christian Serratos) y Eugene (Josh McDermitt). Sobre este último, tampoco se descubre que es un farsante de la misma manera: en el cómic es Rick quien, de manera accidental, se da cuenta que no es el científico que dice ser.

Hay que dar la oportunidad de que todos los protagonistas de la serie puedan explicarnos quiénes son para que, en su conjunto, el grupo tenga el sentido de unidad y de supervivencia que nos quieren transmitir sus creadores en todo momento.
El grupo aún tiene mucho por decir, sus personajes no están estancados sino todo lo contrario; cada vez que cambian de lugar, conocen nueva gente y estas personas con las que se van encontrando serán las que acaben de definir la trayectoria personal de cada uno de ellos. Muchos de ellos morirán, algunos sin que nos lo esperemos (si siguen un poco el devenir del cómic) pero se necesita primero confraternizar con cada uno de los protagonistas para que la muerte del personaje no haya sido en balde y dé un sentido a todo el devenir de esta historia apocalíptica.


Otras novedades que aporta en exclusiva la serie son las concernientes a Terminus y el Grady Memorial, donde muere BethEn la primera, vemos cómo unas personas que en un principio se esconden en las instalaciones de lo que parecen ser unas fábricas se convierten en caníbales que, bajo la falsa ayuda que ofrecen a los supervivientes que queden por los alrededores, atraen a aquellas personas que se han quedado solas y no tienen a quién acudir para matarlas como si fuera ganado y comérselas. Las escenas que centran esta trama en la serie, sin ser rápidas en cuanto a hechos ni movimientos, sí que son intensas y desgarradoras ya que demuestran, una vez más, que el enemigo que existe ahí fuera no es solo el muerto sino también el vivo. Esta historia de Terminus tampoco existe en el cómic ya que el grupo que se quiere comer a Dale (Bob en la serie) simplemente aparece en las páginas sin historia previa que explique por qué comen a otros seres vivos. Encuentro que han sabido aprovechar muy bien esta historia, otorgándole el sentido necesario para que, una vez más, vayamos entendiendo a qué llegan a ser obligadas las personas en caso de extrema supervivencia.
En la segunda, el Grady Memorial es un hospital dominado por otro grupo fuerte, policial en este caso. Antiguos agentes de la ley en Atlanta, toman bajo su control una de sus plantas para llevar a cabo lo que ellos creen que debería ser un estado policial acorde a las leyes: recibes para dar a cambio. Lo que no cuentan a los recién llegados es que se permite la violación sistemática de mujeres, el asesinato por encubrimiento de fallos o por obtener el control del poder y el servilismo a cambio de protección y de seguridad. Cuando Beth llega, todas estas normas ya están dictadas desde hace tiempo pero ello no impide que se dé cuenta de que hay unas fisuras que, más tarde o más temprano, provocarán el derrumbe de este mini estado policial. Capitaneado por la policía Dawn (Christine Woods), el lugar invita a irse más que a quedarse pero los que están en él no se saben valer por sí mismos fuera. Eso hace que se queden aun sabiendo que la vida en él también es un infierno pero de otro tipo. Esta indefensión de la gente es bien aprovechada por el equipo de Dawn, ya que sacan partido de ellos bajo la siempre “segura protección” que les brinda el hospital. Pero como todo estado policial, acaba cayendo y se lleva por delante a la hermana de Maggie (Lauren Cohan) en el último e intenso episodio. El hospital tampoco existe en el cómic pero, en esta temporada, los autores están girando poco a poco hacia una nueva forma de supervivencia del grupo: el de la batalla cara a cara de un grupo contra otro.


La parte de supervivencia individual ya ha quedado más que reflejada en las primeras temporadas de la serie; es hora de dar un nuevo rumbo a la historia pero sin dejar su característica principal: la supervivencia pura y dura. Esta vez, no obstante, tomando como origen el grupo de Rick para ver cómo se relacionan con otros grupos que se han ido formando paralelamente en otros escenarios y con los que se van encontrando durante su peregrinaje incierto. Es decir, hemos evolucionado nosotros como público también y ahora ya estamos preparados para tramas más complejas entre núcleos de personas más extensos.
Como en toda buena serie que se precie, estos episodios de esta primera tanda de la quinta temporada están situándonos, poco a poco, en medio de una trama que acabará por traer más sufrimiento y pérdidas de personajes principales. Episodios que si bien parecen insustanciales al principio, nos hacen dar cuenta de que son imprescindibles para ir tejiendo una buena historia con sentido de fondo, sin fisuras ni hechos absurdos que hagan mella en la trama general.

A veces hay que esperar un poco para obtener una historia de calidad y no quedarnos solo con cierta cantidad de escenas macabras. La impaciencia nunca nos llevará a obtener buenos resultados.
The Walking Dead nos lo está demostrando temporada a temporada: bien hilvanada, consigue crear una historia sólida en su argumento, con buenas interpretaciones y con grandes expectativas de cara al futuro. Y que continúe.