3 de gener del 2012

Sherlock Holmes: Juego de Sombras



Hace dos años escribí mis impresiones acerca de la nueva propuesta que nos ofrecía Guy Ritchie sobre el célebre detective surgido de la creatividad de Sir Arthur Conan Doyle. Pero en ese momento ya afirmé que lo más interesante estaba por llegar viendo como concluía el film.

Habiendo visto Sherlock Holmes: Juego de Sombras resulta más que evidente que esta secuela aumenta y refuerza las principales virtudes de su predecesora para erigirse en una película más completa, intensa, y emocionante. La esperada aparición del archienemigo de Holmes, el Profesor James Moriarty, es aprovechada hábilmente por los guionistas, Kieran y Michele Mulroney, para situarle como el cerebro que se oculta tras una serie de atentados ocurridos en varios lugares de Europa. Unos ataques que están tensando las relaciones entre las grandes potencias del viejo continente. La guerra parece inminente y ese es precisamente el objetivo que el perverso Profesor trata de conseguir.

El film, por tanto, amplía la escala y la trascendencia de los acontecimientos obligando a Sherlock Holmes a jugar una partida de ingenio e inteligencia contra el más mortal de sus antagonistas. En este sentido, resulta un acierto contar con Jared Harris (hijo del mítico Richard Harris) para dar vida a Moriarty. El choque entre su personaje y el Holmes que vuelve a componer magníficamente Robert Downey Jr., resulta apasionante.

La cinta mantiene las marcas de fábrica del cine de Guy Ritchie (con varias escenas al estilo slow-motion) pero me atrevería a decir que están mejor diseminadas a lo largo del film e incluso tienen una mayor justificación dentro del argumento que se nos presenta. Un argumento, que dicho sea de paso, cautivará a los seguidores del personaje puesto que culmina en un escenario icónico, que es clave en la historia literaria del detective de Baker Street.

Repleta de giros y secuencias de gran espectacularidad visual, Juego de Sombras cumple sobradamente con el objetivo de entretener a la audiencia sobre una premisa de calidad. El veterano productor Joel Silver ha sabido encauzar una franquicia que le va a seguir dando grandes rendimientos a Warner Brothers mientras engrandece aún más las trayectorias de Ritchie, Downey Jr., y Jude Law (competente y resolutivo en el papel de un Watson emancipado pero no por ello menos leal a Holmes).

Por último, no querría terminar este artículo sin referirme al tremendo homenaje que Guy Ritchie tributa al clásico de Don Siegel, Dos Mulas y una Mujer (1970), que protagonizaron en su momento Clint Eastwood y Shirley MacLaine. Para ello, aprovecha una escena muy concreta y la acompaña con la partitura que Ennio Morricone compuso para ese western fronterizo.

Cabe decir que el apartado musical vuelve a ser maravilloso gracias al fenomenal trabajo de Hans Zimmer que, tras crear una partitura de enorme originalidad en el primer film, insiste en dichas pautas para conseguir una banda sonora que consigue, desde el primer momento, introducirte en la época victoriana. Una época de conspiraciones y secretos, de planes ocultos y traiciones. Un contexto exigente y peligroso, que el mejor detective de todos los tiempos sabrá aprovechar para desplegar sus numerosos talentos...