24 d’octubre del 2011

Bienvenidos a la segunda temporada de Boardwalk Empire, el mayor espectáculo del mundo... en los años 20.


La "magnánima" obra de Enoch "Nucky" Thompson (Steve Buscemi) al frente de la tesorería de Atlantic City está dejando a muchos damnificados por el camino. Y uno de ellos no es otro que su mentor, el Comodoro Louis Kaestner (Dabney Coleman). Su decidido impulso, y las poderosas influencias políticas que posee, pueden ser la fuerza decisiva que les permita usurpar el imperio de contrabando de licor, corrupción, y negocios sucios que Thompson ha construido con los años. Varios ex-colaboradores suyos están convencidos de ello y por eso han decidido unirse a Kaestner, con quien comparten unos irrefrenables deseos personales de tomar cumplida venganza por los agravios que han sufrido a las órdenes de Nucky. Jimmy Darmody (Michael Pitt) se convierte así en el brazo armado del grupo.

Pero Nucky no va a claudicar. Nunca hay que menospreciar el valor de un león ejaulado porque cualquiera de sus arañazos puede resultar mortal. Y eso es lo que él va a hacer ante el lobby que pretende aislarle y destruirle.

Lo que sucede a continuación es una guerra encubierta, una guerra de influencias, de contactos y sobornos, y en ella participarán varios nombres "ilustres" de la época. En Nueva York, Arnold Rothstein (Michael Stuhlbarg) va a movilizar a sus "wise guys", Charlie Luciano (Vincent Piazza) y Meyer Lansky (Anatol Yusef), para que ayuden a Nucky a distribuir sus remesas de licor en Philadelphia (la costa de Atlantic City está bloqueada por la Guardia Costera, que sigue órdenes del Comodoro).

Mientras, en Chicago, Johnny Torrio (Greg Antonacci) envía a su mejor hombre, Al Capone (Stephen Graham), para que deje constancia de que los negocios con Nucky ya no están tan claros como antes y quizá se imponga cambiar de aliados. El Bureau of Prohibition sigue haciendo redadas e incautaciones de alcohol en la zona de New Jersey, bajo las órdenes del temible e inestable Nelson Van Alden (Michael Shannon). Pero ¿ de veras creen que una infradotada unidad formada por oficinistas y novatos puede representar un peligro para los avezados gángsters ?

Entramos en la América de 1921, en plena vigencia de la Volstead Act. Una época que es representada de una forma cruda y realista en Boardwalk Empire. Si la primera temporada nos dejó con ganas de más, la segunda está superando las expectativas mientras introduce más elementos que aumentan la tensión narrativa y el interés por conocer más acerca de ese interesantísimo periodo histórico.

Por si faltaba poco, las conexiones de Nucky Thompson llegan incluso hasta la nueva administración Republicana que acaba de llegar a la Casa Blanca en 1921. El propio Presidente, Warren Gamaliel Harding, debe un favor a Thompson aunque el que está más implicado en ello es su jefe de campaña convertido ahora en Fiscal General de los Estados Unidos: Harry M. Daugherty (Christopher McDonald).

Desde un garito de juego en Nueva York, donde asoma la cabeza un jovencísimo Benny "Bugsy" Siegel, hasta un prostíbulo en Chicago, pasando por los carteles luminosos del paseo marítimo de Atlantic City; se nos va introduciendo, con un ritmo impecable, en los entresijos de unas vidas marcadas por la avaricia, la corrupción, y el espíritu de beneficio individual. Las fórmulas de vida honrada son para perdedores, ningún hombre que haya probado el suculento modo de vida de los gángsters es capaz de volver atrás. Quien entra en el vendaval de los negocios sucios queda impregnado de por vida y, a partir de ese momento, solo cuenta ganar dinero cada vez más rápido y apartar a todo aquél que pueda interponerse en la realización de esos planes.

Tras ver los primeros capítulos, creo que hay que seguir apostando por Nucky como vencedor de esta confrontación. ¿ Qué pensáis vosotros ?