30 de maig del 2010

In Memoriam: Dennis Hopper (1936-2010)


No ha sido una sorpresa para el mundo del cine la muerte del gran Dennis Hopper. Hacía tiempo que se sabía que su estado de salud era grave e irreversible y su última aparición pública, hace unos pocos meses, confirmó todas las informaciones. Fue en la concesión de su estrella en el paseo de la fama de Hollywood donde, acompañado por su familia y amigos, escenificó su despedida ante los medios.

Hollywood pierde a uno de los grandes. Un actor magnífico cuya carrera se extiende durante casi seis décadas. Hacer un repaso de tan pródiga trayectoria, con más de 180 películas a sus espaldas, sería una tarea imposible de resumir en un artículo breve.

Trabajó con los grandes de todas las épocas. Fue uno de aquellos intérpretes que entró en la meca del cine siendo muy joven y su debut en la gran pantalla fue, nada más y nada menos, que Rebelde sin Causa (1955), junto a James Dean. Después le vimos interpretando al hijo de Rock Hudson y Elizabeth Taylor en la inolvidable Gigante (1956). Fueron unos inicios inmejorables que se convirtieron en el mejor augurio posible para una carrera posterior larga y poblada de grandes títulos como Easy Rider, Valor de Ley, Apocalypse Now, Rumble Fish, Blue Velvet, Amor a Quemarropa, entre otras.

Además también destacó a la hora de combinar su presencia en proyectos más minoritarios e independientes con grandes superproducciones en las que siempre aportó su singular talento para, en la mayoría de los casos, construir a grandes villanos.

También hizo sus incursiones como director y ahí queda su trabajo en Easy Rider (1969), probablemente su película más mítica y recordada, en la que con sus amigos Peter Fonda y Jack Nicholson construyó un film que fue importante para los movimientos sociales de la época. También destacó, tras las cámaras, en cintas como Colors (1988) y Labios Ardientes (1990), con Don Johnson, Virginia Madsen, y una jovencísima Jennifer Connelly, cuyas imágenes en el film fueron inolvidables para mi generación.

Así pues, un intérprete fantástico que nos abandona. El cine llorará su pérdida pero su legado será eterno.

Farewell, Dennis.