17 de juny del 2009

Carlito's Farewell (by Joe Cocker)



Siempre he tenido una relación particular con la película Carlito's Way (1993). Es un film que tiene muchos elementos que me gustan pero nunca me convenció su final.

Pensar que Carlito Brigante, después de haber purgado su pasado en la cárcel, y habiendo superado las múltiples dificultades que sus "amigos" y enemigos le habían puesto en el camino, no consiga su objetivo de escapar a Isla Paraíso para iniciar allí un negocio legal en compañía de su novia y su futuro hijo, es fuertemente decepcionante.

Su muerte en el andén de la Grand Central Station de Nueva York, cuando está tocando su sueño, no pudo ser más desalentadora. Y, además, tener que ser eliminado por un desgraciado como Benny Blanco (John Leguizamo). No, eso no debio ocurrir nunca.

Ya sé que el guionista David Koepp adaptó el relato tal como había sido escrito por Edwin Torres, pero creo que, en el cine, esa conclusión restó trascendencia al film. Durante la cinta, quedamos atrapados en la dinámica del ex-traficante Carlito Brigante, brillantemente interpretado por Al Pacino. Nos ponemos de su lado inmediatamente cuando sabemos que sus planes son reunir el dinero suficiente para asociarse con un antiguo amigo de la prisión que ha puesto un negocio de alquiler de coches en Isla Paraíso. La oportunidad de conseguir el dinero, de forma legal, se le presenta sola cuando su abogado, David Kleinfeld (Sean Penn), le sugiere que ponga orden en una discoteca que pierde dinero por todas partes.

Una vez allí, convertido en una especie de Humphrey Bogart latino de los 70, Brigante administra con rigor el local que, al poco tiempo, le permite tener la cifra que necesita para cambiar definitivamente su vida.

Pero el pérfido Kleinfeld tiene otros planes para él valiendose de un sentido de la lealtad muy arraigado en los latinos, y arrastra a Carlito a un continuo vendaval de problemas del que, sin embargo, consigue salir indemne hasta el final.

En este sentido, es memorable la escena de la última visita que le hace a Kleinfeld en el hospital y que concluye con la muerte del abogado que no puede disparar a su asesino porque Carlito ha retirado las balas antes, valiendose de su enorme experiencia en estos casos.

Me ocurre, pues, lo mismo que a Gabriel Shear (John Travolta) en el prólogo de Swordfish (2001). En aquella ocasión Gabriel se refiere a otro film de Pacino, Tarde de Perros (1975), y se queja de que no llevaron la premisa de su argumento hasta el límite ni permitieron que el protagonista consiguiera escapar. Así pues, ese razonamiento lo aplico yo también para Carlito's Way. Un film para mí impecable en su desarrollo con un Brian de Palma excelso en la dirección, pero que falla justo al final haciendo añicos una propuesta que tenía todas las de ganar.

La conclusión final trata de ser demasiado maniqueísta. Es decir, como Carlito ha sido un delincuente durante toda su vida tiene que acabar pagando sea como sea, aunque intente enmendarse. Y lo único que le conceden es saber que el dinero llegará a las manos de su novia que será la que lleve a término su sueño de una vida mejor.

Me parece completamente insuficiente esta conclusión puesto que, como he dicho antes, la lucha que debe librar Carlito en su última batalla en las calles, merecía la supervivencia.

Esa conclusión injusta según mi criterio tiene, sin embargo, el acierto de la canción elegida para cerrar el film. Un emocionante tema, perteneciente a la primera época de Joe Cocker, que destila sensibilidad por todos los lados. La canción es You're so beautiful, interpretada con la calidez y personalidad que sólo Cocker podía dar.